Los demócratas boicotean el rescate propuesto por Trump
El Senado rechaza en dos votaciones preliminares el estímulo económico por el coronavirus de dos billones de dólares
En el peor momento posible, el Capitolio quedó ayer dividido , paralizado en una guerra política por algo tan urgente como el paquete de estímulo por el coronavirus, que en virtud de un acuerdo preliminar pero aun no sellado ya alcanza los dos billones de dólares (1,8 billones de euros). Los republicanos y la Casa Blanca defienden unas ayudas rápidas a pequeñas, medianas y grandes empresas mientras los demócratas piden una serie de garantías de protección a los asalariados y unos controles a las corporaciones para que el rescate, a la larga, no les salga a estas gratuito como sucedió en la Gran Depresión de hace una década.
El rescate, el mayor en décadas, lo anunció el presidente, Donald Trump, la semana pasada tras una serie de negociaciones entre republicanos y demócratas, mediadas por el secretario del Tesoro (ministro de Finanzas) Steven Mnuchin. En teoría todo estaba consensuado, y los demócratas estaban dispuestos a colaborar en medio de una pandemia sin precedentes. Pero el domingo un voto preliminar fracasó , porque los demócratas se oponen a una partida de la ley que le permitiría a las grandes empresas recibir ayudas y créditos baratos por valor de 425.000 millones con escasos controles sobre su política de recursos humanos y masa y reparto salarial.
Es cierto que los republicanos son mayoría en el Senado, tienen 53 escaños de 100, pero necesitan de 60 para proceder a un voto final. El resultado de la votación preliminar del domingo fue de 47 votos a favor y 47 en contra, ya que hay varios senadores en cuarentena por coronavirus. Ayer ambos partidos negociaron de nuevo durante horas, enfrentándose en el hemiciclo mientras hora a hora ascendía el número de contagiados. La repetición de la votación preliminar dio como resultado 49 a favor y 46 en contra , un resultado de nuevo insuficiente.
STRONG & UNITED, WE WILL PREVAIL! GOD BLESS THE USA!!pic.twitter.com/T6UCyaPRIy
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 23, 2020
La reacción de los republicanos ante el bloqueo de la oposición fue furibunda . El líder de la mayoría conservadora, el senador Mitch McConnell, denunció que el tiempo se acaba para tomar medidas de urgencia para dinamizar la economía. «Por favor entiendan que se nos está acabando el tiempo», dijo el senador, justo cuando el gobierno federal anunciaba que la cifra de fallecidos se acercaba al medio centenar, con más de 40.000 diagnosticados.
Nunca antes frente a una tragedia de semejantes dimensiones y una catástrofe económica sin precedentes, el Capitolio quedó paralizado , aunque sea sólo durante unos días, por desavenencias entre ambos partidos. No sucedió ni después de los atentados terroristas de 2001 ni tras el hundimiento de la economía de 2008. Los demócratas, sin embargo, argumentan que lo que quieren evitar son los errores de esa Gran Depresión, cuando muchas empresas aceptaron créditos y ayudas sin apenas supervisión por parte del Gobierno federal.
De las ayudas pactadas por ambos partidos hay 500.000 millones para rescatar a empresas, estados y municipios que lo necesiten. La gran mayoría, 425.000 millones, pueden ir a parar a empresas que no sean de los sectores de la aviación o necesarias para la seguridad nacional, ya que estos dos últimos casos tienen una partida diferente de 75.000 millones.
Los demócratas se oponen, primero, a que sea la Casa Blanca la que elija qué empresas van a recibir esas ayudas; que la lista se deba hacer pública pasados seis meses, y que los beneficiarios no sean sometidos a un control con respecto a posibles despidos o reducción de beneficios como cobertura sanitaria o aportaciones al fondo de pensiones. La ley del estímulo se centra, según el senador de Virginia Occidental Joe Manchin, del Partido Demócrata, « en la buena salud de las grandes empresas y de Wall Street, y no en la salud de los ciudadanos».
En un momento de especial tensión, con acusaciones cruzadas, un senador, el republicano Tom Cotton, de Arkansas, exclamó, en uno de los debates más soeces de la historia del Capitolio: «¡Vaya mierda! ¡Esto es increíble!» .
En la Casa Blanca, el presidente Trump expresó una honda preocupación por los efectos sobre la economía del parón obligado por el coronavirus. Ante las caídas encadenadas de las bolsas, la destrucción de empleo y el hundimiento del consumo, Trump dijo en su cuenta de Twitter: «No podemos dejar que la cura sea peor que la enfermedad. Cuando pase el periodo de aislamiento de 15 días decidiremos qué hacer ».
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