Corea del Norte acusa a EE.UU. de «gangsterismo» en las negociaciones nucleares
Horas antes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, desplazado a Pyongyang, había asegurado que las conversaciones habían sido «productivas»
Corea del Norte y EE.UU. están armados con un palo y una zanahoria en sus negociaciones para la desnuclearización del régimen comunista. Ayer, después de que el secretario de Estado, Mike Pompeo , cerrara una visita al país asiático para avanzar en las conversaciones, Pyongyang empuñó el primero.
«Las actitudes y las exigencias del lado estadounidense en las conversaciones de alto nivel fueron profundamente lamentables », criticó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado, que lamentó la «unilateralida» y el «gangsterismo» en sus demandas de desnuclearización. También acusó al secretario de Estado y su equipo de tratar de destruir el acuerdo alcanzado entre el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente de EE.UU., Donald Trump , en la cumbre del mes pasado en Singapur.
La reacción dejó descolorado a Pompeo, que solo unas horas antes, de camino a Tokio, aseguraba que su delegación había conseguido «hacer progresos en casi todas las cuestiones centrales» y había calificado los encuentros como «productivos». Ello a pesar de que no dio ninguna muestra de haber arrancado compromisos o acciones claros y comprobables de Pyongyang.
La intención de Pompeo era volver de Pyongyang con algo más que las buenas intenciones mostradas por Kim en Singapur: información sobre localización de arsenales, calendario para la destrucción de sitios nucleares o un consenso sobre qué acciones implica la desnuclearización.
Corea del Norte dejó asomar la zanahoria para asegurar que Kim todavía quiere seguir «construyendo la relación de amistad y confianza» que empezó con Trump. Es la tónica que ha marcado la relación entre ambos países desde la llegada a la Casa Blanca del multimillonario neoyorquino. Trump prometió «furia y fuego» contra Corea del Norte el verano pasado, para después abrir una negociación histórica. Ha insultado a Kim en Twitter y le ha elogiado en persona. Ha cancelado la cumbre de Singapur para reflotarla poco después porque Kim le envío «una carta muy amable».
Más allá del espectáculo del gato y el ratón, el fondo de la cuestión no ha cambiado demasiado, como se ha podido ver tras el último viaje de Pompeo. Corea del Norte exige pasos recíprocos de EE.UU. a cada uno de sus avances, y Washington asegura que solo ofrecerá recompensas significativas cuando se demuestre que desmantela de verdad su capacidad nuclear. En otras contraprestaciones -Corea del Norte quiere que EE.UU. relaje sus intercambios comerciales y anuncie de forma oficial el fin de la Guerra de Corea a cambio del desmantelamiento de un centro de pruebas y la repatriación de los restos de soldados estadounidenses fallecidos en aquel conflicto- tampoco hay acuerdo. Mientras tanto, la inteligencia estadounidense cree que Pyongyang sigue trabajando en su programa nuclear y lo oculta a Washington.
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