Corbyn se aferrará al cargo aunque pierda

Las últimas encuestas lo sitúan a 22 puntos, cifras negativas récord

Crobyn se fotografía con una seguidora en Worcester, AFP
Luis Ventoso

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La última encuesta de ICM para el diario pro laborista «The Guardian» sitúa a Corbyn a 22 puntos de Theresa May . La compañía que elabora el sondeo asegura que no había visto abismo igual desde que lleva a cabo sus estudios. Calculan que la mayoría conservadora en los Comunes, hoy de 17 escaños, puede irse a 170 diputados. Otra encuesta, de la cadena ITV, es más benigna con Corbyn, pero aún así lo coloca a 17 puntos (Cameron logró mayoría absoluta frente a Miliband con solo seis puntos).

«Fui elegido como líder de este partido y continuaré como líder de este partido», declaró Corbyn a «BuzzFeed»

Pero esos pésimos augurios no parecen desalentar a Jeremy Corbyn, un veterano apparatchik de 67 años, que nunca ha trabajado en una empresa y vive de su escaño en los Comunes desde 1983. «Fui elegido como líder de este partido y continuaré como líder de este partido», respondió en la noche del lunes al canal digital «BuzzFeed» cuando le preguntaron si se retiraría ante la derrota. Afirmó que seguirá adelante y que cree «en serio» que va ganar las elecciones.

«The Guardian» le hizo la misma pregunta: ¿Se irá si pierde? «En absoluto. Yo no me descorazono». Corbyn es un claro ejemplo de la paradoja de las primarias que también se acaba de vivir en el socialismo francés: la militancia, más radicalizada y dogmática, se inclina por candidatos que después no conectan con el conjunto de la sociedad real.

Corbyn ha ganado por dos veces las primarias laboristas , la primera con el 59,5% de los votos. Tras ser desautorizado por una rebelión interna y perder una moción de confianza entre sus diputados, se sometió de nuevo al refrendo de las bases y se impuso todavía con más ventaja: 61,8% de los votos.

El Brexit, zanjado

Este martes inicia su campaña en Manchester y ya ha declarado que el tema del Brexit, el asunto medular de la política británica «está zanjado» y que hay que hablar de las condiciones de vida de los ciudadanos. Corbyn, profundo euroescéptico, no ha acabado de marcar una línea clara para su partido en la cuestión europea.

En lo que se refiere la vida cotidiana de los votantes se ha visto adelantado por el supuesto conservadurismo social de May. Su rival acaba de prometer que congelará las tarifas eléctricas . Lo ha hecho May, con un lenguaje que parece tomado del propio catecismo laborista. La primera ministra tory dice que quiere evitar así que los más pobres «sean explotados por subidas súbitas e injustificadas» de las tarifas. Promete beneficiar a 17 millones de familias , con ahorros de hasta cien libras al año.

La campaña va mostrando a una candidata que conecta con los británicos de a pie, que la ven como una persona razonable, «un par de manos seguras», como se dice en Inglaterra, frente a un militante de la vieja izquierda setentera, ajeno a las preocupaciones de las grandes clases medias y que apela a un proletariado que probablemente ya no existe, o que al menos ha tomado otras formas.

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