De Comaneci a Tsimanouskaya: deportistas que huyeron de su país aprovechando los Juegos
La atleta bielorrusa que huyó a Polonia se suma a la lista de deportistas que piden asilo tras competir en los Juegos Olímpicos
El lamentable caso de la atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya que denunció el pasado domingo que el Gobierno de Alexander Lukashenko la obligaba a abandonar Japón contra su voluntad nos recuerda que el deporte ha sido una vía de escape poderosa para muchos atletas que viven bajo férreas dictaduras. Tras quedar eliminada de los Juegos Olimpícos 2020, la velocista, de 24 años, criticó por redes sociales a su equipo de atletismo y al Comité Olímpico Bielorruso, presidido por Viktor Lukashenko, hijo del dictador. Ante el revuelo montado en la Villa Olímpica, Polonia la acogió en su Embajada y le otorgó un visado con el que podrá viajar al país, que ya le ha ofrecido asilo político.
La joven abordó esta mañana un vuelo a la ciudad de Viena para continuar su viaje a Varsovia, destino final donde se encontrará con su marido que huyó a Ucrania. Tsimanouskaya fue una de las más de 2.000 figuras del deporte de Bielorrusia que firmaron una carta abierta pidiendo nuevas elecciones y la liberación de los presos políticos.
Pero Tsimanouskaya no ha sido la única. En estos Juegos Olímpicos, al venezolano Eldric Sella , que participó en el Equipo Olímpico de atletas Refugiados, se le negó la entrada a Trinidad y Tobago , país donde residía desde 2018 por tener el pasaporte vencido. Ahora, tramita su asilo político en Canadá . «Notifico que hemos solicitado formalmente a (el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) Acnur que active protocolos de reasentamiento humanitario para que nuestro compatriota el boxeador olímpico Eldric Sella (24 años) sea recibido en Canadá», informaba de esta manera el opositor venezolano Orlando Viera-Blanco, embajador de Juan Guaidó en el país norteamericano.
Durante los JJ. OO. de Atlanta, en Estados Unidos, en 1996, tres deportistas cubanos desertaron de la delegación , que se presentó a la competición con 170 atletas. Dos boxeadores y el jugador de béisbol, Rolando Arrojo, huyeron de la dictadura de Fidel Castro y pidieron asilo en EE.UU. Castro, en respuesta, acusó a Estados Unidos de tratar de desmoralizar a su equipo. «A lo largo de la Revolución hemos tenido Judas en todos los sectores, y entre ellos en el sector atlético, que es donde más le duele al pueblo», dijo Fidel Castro tras conocer la noticia.
Una situación similar se vivió en el 2007, cuando tres deportistas cubanos asistieron a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y terminaron pidiendo asilo político. En el 2012, cinco jugadores cubanos de baloncesto aprovecharon un torneo en Puerto Rico para pedir asilo en la embajada de EE.UU. Según el portal 'El Observador de Uruguay', «el país que más deportistas desertores ha tenido en los últimos años» es Cuba. Durante los Panamericanos de Toronto (2015), se reportaron al menos 28 deportistas que hicieron lo mismo.
Propaganda comunista
Tras su participación en la olimpiadas en Montreal en 1976, su fama y su reconocimiento mundial hizo que la exgimnasta rumana, Nadia Comaneci , consagrada con el «10 perfecto» se planteara huir del régimen comunista de Nicolae Ceausescu que a su regreso la utilizó como instrumento político. Pero no fue hasta noviembre de 1989 cuando huyó de Rumanía por la frontera hasta Hungría, continuó a Austria y terminó solicitando asilo político en Estados Unidos. La admiración que despertó sirvió como propaganda del régimen comunista , del que sufrió una dura condena en forma de un estricto control.
Según la Deutsche Welle, el primer caso de deserción sucedió en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 . Entonces, la entrenadora del equipo femenino de gimnasia de Checoslovaquia se rehusó a regresar a su país, acusando que allí no había libertad después de que se convirtiera en un satélite de la entonces Unión Soviética. Luego, en 1956, en los Juegos Olímpicos de Melbourne, casi la mitad del equipo húngaro –compuesto por cien personas– desertó cuando los soviéticos aplastaron manifestaciones en el país.
Siguiendo esa misma línea, en las Olimpiadas de Moscú 1980, «cinco miembros de la delegación de Afganistán desertaron» luego de que la URSS invadiera su país.
The New York Times recuerda algunas cifras: en los Juegos Olímpicos Londres 2012, «82 atletas y oficiales» pidieron asilo al Reino Unido. De igual forma, aprovechando el Mundial de Fútbol Brasil 2014, 200 personas de Ghana pidieron refugio.
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