Tokio 2020
La atleta bielorrusa amenazada deja Tokio y se instala en Polonia
Krystsina Tsimanouskaya pidió ayuda al COI cuando las autoridades de su país intentaron enviarla de nuevo a Minsk contra su voluntad
La atleta olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya ha abandonado Tokio para dirigirse a Polonia, país que le ha otorgado un visado humanitario después de que la joven denunciase el domingo que las autoridades de su país intentaban obligarla a abandonar Japón contra su voluntad.
Tsimanouskaya ha salido en la mañana del miércoles de la Embajada polaca en Tokio para dirigirse al aeropuerto de Narita y volar hasta la capital de Polonia, Varsovia , según ha informado la agencia japonesa Kyodo.
La joven, de 24 años, ha llegado al aeropuerto de Japón escoltada por funcionarios y no ha respondido a preguntas, si bien manifestó recientemente a la cadena BBC que sus acciones no son una protesta política, sino que «ama su país», pero «se han cometido errores» por parte de los miembros del Comité Olímpico de Bielorrusia.
El Comité Olímpico de Bielorrusia anunció el pasado 1 de agosto que Tsimanouskaya se retiraba de los Juegos de Tokio 2020 «debido a su estado psicológico». La noticia llegó después de que la velocista, que tenía previsto participar en las pruebas de 100 y 200 metros lisos, criticara en las redes sociales a los responsables de la selección bielorrusa y al propio comité, que se encuentra encabezado por Viktor Lukashenko, hijo del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko .
Según la opositora Fundación Bielorrusa para la Solidaridad Deportiva, Tsimanouskaya fue trasladada al aeropuerto de Tokio, donde pidió ayuda a la Policía japonesa alegando que intentaban sacarla del país a la fuerza. Posteriormente, la atleta se trasladó a la Embajada de Polonia, donde ha permanecido desde el lunes hasta este miércoles. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha abierto una investigación sobre el caso.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, está acusado de manipular las últimas elecciones presidenciales y de emplear tácticas autoritarias para silenciar a sus opositores. Meses después de las elecciones, más de 1.500 atletas bielorrusos publicaron una carta abierta en la que exigían la convocatoria de nuevas elecciones y el final inmediato de la represión policial contra la oposición.