China se muestra preparada para «facilitar el diálogo» entre Ucrania y Rusia
«La amistad entre chinos y rusos es sólida como una roca», ha asegurado en el ministro de Exteriores chino Wang Yi
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Mientras Estados Unidos, la Unión Europea y la propia Ucrania le piden ayuda para que medie con Rusia y detenga la guerra, China sigue haciéndose de rogar y jugando a una supuesta ambigüedad que, por omisión, es en realidad un apoyo velado a Putin. Así se ve cada día en los medios oficiales y en las redes sociales, y así lo ha manifestado este lunes el ministro de Exteriores, Wang Yi , mucho más contundente a la hora de demostrar su «amistad» con Moscú que su voluntad mediadora.
«La amistad entre chinos y rusos es sólida como una roca», ha asegurado en su comparecencia ante la Prensa internacional con motivo de la Asamblea Nacional Popular, la reunión anual del Parlamento orgánico del régimen. A pregunta de un periodista ruso, Wang Yi ha explicado que «sin importar lo precaria y desafiante que sea la situación internacional, China y Rusia mantendrán su foco estratégico y avanzarán en su cooperación integral».
En este sentido, recordó el comunicado conjunto firmado el mes pasado por el presidente Xi Jinping y Vladímir Putin durante su asistencia a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022. En él, los dirigentes de las dos mayores autocracias del planeta abogaron por nuevo orden mundial distinto al que encarnan las democracias occidentales. Para Wang Yi, dicha declaración «envía al mundo un mensaje inequívoco de que China y Rusia se oponen juntas a los intentos de revivir la mentalidad de la Guerra Fría o provocar confrontaciones ideológicas y apuestan por una mayor democracia en las relaciones internacionales». A pesar de tales palabras, y solo 20 días después de suscribir ese comunicado, Putin ordenaba invadir Ucrania nada más acabar los Juegos, intentando así recuperar el espacio de influencia de la extinta Unión Soviética. «Nuestra relación bilateral es una de las más cruciales en el mundo, porque no solo concierne a nuestros pueblos, sino que contribuye a la paz, estabilidad y desarrollo en el mundo », afirmó Wang con rotundidad.
Más impreciso se mostró a la hora de definir su labor mediadora. En su rueda de prensa, ofrecida a través de una pantalla por los protocolos de seguridad contra el coronavirus, Wang Yi señaló que «China está preparada para seguir jugando un papel constructivo y facilitar el diálogo por la paz, trabajando con la comunidad internacional cuando sea necesario para llevar a cabo la mediación que haga falta». Pero no explicó cómo lo haría y se limitó a insistir en la necesidad de diálogo y a recordar que «el segundo día conflicto, el presidente Xi Jinping llamó por teléfono a Putin y le manifestó el deseo de China de Rusia y Ucrania tuvieran conversaciones de paz lo antes posible. El presidente Putin respondió positivamente y, desde entonces, ha habido dos rondas de negociaciones». «Esperamos que la tercera consiga más progresos», dijo sin mencionar la palabra «guerra» y obviando los bombardeos y ataques contra civiles, que han frustrado los intentos de abrir corredores humanitarios.
«Ucrania no es Taiwán»
Mucho más claro fue en su ataque a EE.UU., al que acusó de «resucitar la mentalidad de la Guerra Fría y la confrontación de bloques» tanto en Europa como en Asia y el Pacífico. «EE.UU. dice que no quiere revivir la Guerra Fría ni cambiar el sistema de China, que la revitalización de sus alianzas no va contra nosotros y no apoya la independencia de Taiwán ni busca conflicto ni confrontación. Pero, desgraciadamente, estas declaraciones son solo palabras y todavía tienen que ponerse en práctica», criticó Wang. A su juicio, «la realidad que hemos visto es esta: EE.UU. se ha implicado en una competición de «suma cero» con China. Sigue provocándonos en asuntos clave y está formando pequeños bloques para suprimir a China. Estas acciones minan las relaciones bilaterales y afectan a la paz y estabilidad internacional. Así no debería actuar una potencia responsable o un país creíble». Por ese motivo, prometió que «China es un país independiente y soberano y haremos lo que sea necesario para defender nuestros legítimos intereses».
A pesar de las crecientes disputas con la Unión Europea , Wang Yi utilizó un tono más conciliador y declaró que ambas son «dos fuerzas para la paz mundial y el desarrollo», recordando que su comercio bilateral superó los 800.000 millones de dólares (740.000 millones de euros) el año pasado. «Algunas fuerzas no están contentas de ver el crecimiento de las relaciones bilaterales y han fabricado una narrativa de la amenaza de China, asegurando que es un rival y provocando la confrontación», denunció en una velada referencia a la Casa Blanca. «Esperamos que Europa desarrolle una visión más independiente y objetiva de China y adopte una política más pragmática y racional, trabajando juntos para evitar una nueva Guerra Fría y por el multilateralismo», aconsejó a Bruselas en medio del conflicto que ha desatado el boicot comercial a Lituania por su apoyo diplomático a Taiwán, la isla independiente «de facto» reclamada por Pekín.
En esta controversia, Wang Yi quiso marcar diferencias con Ucrania y declaró que «ambos asuntos son diferentes y no se pueden comparar». A su juicio, «Taiwán es una parte inalienable de China y una cuestión interna, mientras que el otro asunto es entre dos países: Ucrania y China». Además, acusó a «algunas fuerzas de EE.UU. de apoyar a las fuerzas secesionistas de Taiwán, lo que traerá consecuencias insoportables».
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