Cerca de 14 millones de personas en EE.UU., sin subsidio por el Covid-19

Este fin de semana dejaron de circular los cheques por la resistencia de Trump

El presidente Donald Trump EFE

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Ayer empezó a cerrarse la fuente de dinero que ha mantenido a flote a muchos estadounidenses durante la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19. El sábado se enviaron los últimos cheques semanales para subsidio de desempleo extra aprobados la primavera pasada y la llegada de nuevas ayudas está en el limbo. El presidente de EE.UU. insiste en no firmar el paquete de estímulo económico aprobado la semana pasada por republicanos y demócratas en el Congreso, lo que deja en el aire subsidios y ayudas de los que dependen millones de ciudadanos y pymes estadounidenses.

El acuerdo tardó meses en fraguarse, con exigencias de ayudas más cuantiosas por parte de los demócratas, mientras que los republicanos favorecían un paquete más modesto que el cerrado en primavera. Al final, para forzar su aprobación antes de que comenzaran a expirar las ayudas esta semana, los legisladores vincularon los fondos del Covid con la ley de gasto federal. El lunes pasado se acabó por cerrar un acuerdo con un paquete para Covid de 900.000 millones de dólares, que incluía cheques de 600 dólares por estadounidense con ingresos menores a 75.000 dólares al año -2.400 dólares para una familia de cuatro-, extensión de los subsidios semanales a 300 dólares durante once semanas, 330.000 millones para ayudas a pymes y más fondos a partidas como transporte, colegios o vacunación. También extendía la moratoria para desalojos, que preocupa a millones de inquilinos con problemas económicos.

Trump hizo explotar el acuerdo por sorpresa . Defendió que los cheques de 600 dólares eran birriosos y que los estadounidenses necesitaban más dinero. Exigió cheques de 2.000 dólares por persona, contra lo que sus aliados republicanos habían peleado durante meses. Este fin de semana, volvió a insistir en lo mismo: «Simplemente quiero conseguir 2.000 dólares para nuestro gran pueblo estadounidense, en lugar de los míseros 600 dólares que están ahora en la ley», escribió en Twitter. «Y también eliminar los miles de millones de dólares en ‘cerdo’», añadió en referencia a partidas incluidas en la ley presupuestaria -no en la de Covid-, como fondos para países extranjeros o subvención de instituciones culturales como el Smithsonian.

Lo que no dijo Trump es que fue su propio secretario del Tesoro, Steve Mnuchin , quien negoció ese acuerdo, que defendió los cheques de 600 dólares y que buena parte de la ley de gasto viene del presupuesto enviado por la Casa Blanca.

No está claro cómo acabará este arranque populista de Trump. De momento, los desempleados han recibido su último subsidio aprobado. El de la semana que viene no está garantizado. Lauren Bauer, del Brookings Institution, ha calculado que once millones de estadounidenses se quedarán sin el subsidio adicional. Andrew Stettner, del «think tank» Century Foundation, eleva ese número hasta los 14 millones porque calcula que el mercado laboral se ha deteriorado desde las fiestas de Acción de Gracias. En las siguientes semanas, otros subsidios seguirán expirando y el 31 de diciembre acaba la moratoria de desalojos.

Un empujón a los demócratas

Trump, que no participó en las negociaciones del acuerdo -estaba centrado en sus acusaciones de fraude electoral-, ha dejado ahora a sus aliados republicanos descolocados y ha dado un empujón a los demócratas, que desde el principio defendían el envío de cheques de 2.000 dólares. Se contentaron con menos porque el Congreso está dividido -la Cámara de Representantes con mayoría demócrata, el Senado con mayoría republicana- y las ayudas estaban a punto de expirar.

«Se acaba el tiempo», protestó ayer el senador republicano Patrick Toomey en Fox News. «Entiendo que él quiere ser recordado por defender cheques cuantiosos», dijo sobre la negativa de Trump a firmar la ley. «Pero el peligro es que sea recordado por el caos, la miseria y un comportamiento errático si permite que las ayudas expiren».

Otro republicano, el diputado Adam Kinzinger, también criticaba la actitud de Trump después de un acuerdo negociado en el Congreso con la participación de la Casa Blanca. «No entiendo lo que está haciendo, a no ser que sea solo para crear caos y mostrar poder y estar enfadado por la derrota en las elecciones», dijo en la CNN. «Si no, no lo entiendo, porque esto tiene que aprobarse».

La Cámara de Representantes se reunirá hoy y los demócratas tratarán de forzar a los republicanos a aceptar el cheque de 2.000 dólares que exige el presidente, algo que será muy difícil si no hay grandes contrapartidas. Además, tendrán que volver a aprobar una extensión de la ley presupuestaria , que expira esta medianoche, para no provocar un cierre parcial del Gobierno de EE.UU.

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