Trump bloquea el fondo Covid al exigir más ayudas directas

El presidente abre otra disputa interna con la dirección de su partido, que negoció las cuentas con los demócratas en el Congreso

El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y Jerome Powell, miembro de la Reserva Ferderal, esta semana en una sesión del Senado REUTERS

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Las agendas de Donald Trump y los republicanos del Congreso no siempre están alineadas y, con el presidente de EE.UU. en sus últimas semanas en a Casa Blanca, parecen haber tomado rutas divergentes. La prioridad para Trump ahora es dar la vuelta al resultado electoral -su rival, Joe Biden , le derrotó por más de siete millones de votos- o, al menos, cimentar un relato de que perdió por un fraude electoral masivo (que no ha podido demostrar y que no lo ven ni su Administración ni los tribunales).

Los republicanos -o, al menos, sus líderes en Washington- están más preocupados por mantener el poder que les queda en el Congreso. Para ellos, la aprobación del paquete de ayuda por el Covid-19, acordada el lunes con los demócratas tras meses de negociaciones , es un éxito que les ahorra las consecuencias desastrosas de que no hubiera acuerdo: millones de estadounidenses se quedarían sin subsidios en un momento de máxima necesidad y se empujaría al país a un cierre parcial del Gobierno.

El acuerdo sobre Covid también es clave para su suerte en las elecciones de Georgia del 5 de enero, de las que depende su mayoría exigua en el Senado. El estado sureño celebra una segunda vuelta en la que se disputan sus dos escaños de senador. Son dos carreras muy empatadas que, si llegan a perderlas, dejarían la cámara alta con un empate a 50 escaños entre demócratas y republicanos que entregaría el poder a los demócratas (en caso de empate, el voto decisivo es del presidente del Senado y a partir del 20 de enero lo será Kamala Harris, la vicepresidenta con Biden).

Por sorpresa, el martes por la noche Trump lanzó por los aires el acuerdo sobre Covid, un paquete de estímulo económico de 900.000 millones de dólares, con ayudas menores que las que querían los demócratas. Los republicanos exigían un desembolso más modesto. Frente a los cheques de 1.200 dólares por persona que se concedieron en primavera, el acuerdo ahora era para pagos de 600 dólares. Y los subsidios extra al desempleo pasaban de 600 a 300 dólares semanales.

El presidente exigía que los cheques fueran mucho más abultados, de 2.000 dólares, y protestaba por partidas a países extranjeros o a instituciones culturales que estaban dentro de la ley presupuestaria que se votaba junto al paquete para el Covid.

Fue su propio secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, quien defendió los cheques de 600 dólares, celebró el acuerdo y dijo que se produjo gracias al «liderazgo» de Trump. Mitch McConnell , el líder republicano en el Senado, dijo que era el acuerdo «que necesita el país». David Perdue y Kelly Loeffler, los dos senadores con los que los republcianos se juegan su mayoría en Georgia, también celebraron el acuerdo como una victoria del partido e iba a ser parte de su mensaje de campaña.

Votación rápida

Los republicanos más reacios al gasto presupuestario han celebrado a Trump, pero los líderes del partido -tanto del Congreso como de la Casa Blanca- que han negociado el acuerdo se han quedado descolocados. Los demócratas, por su parte, han recogido la exigencia de Trump y ahora exigen a los republicanos que hagan caso a su líder y celebren una votación rápida para aumentar la cuantía de los cheques a 2.000 dólares.

Al mismo tiempo, Trump está poniendo contra las cuerdas a los republicanos para que le ayuden en su cruzada contra los resultados de las elecciones. La carta que le queda al presidente es que el Congreso no certifique la votación del Colegio Electoral, que es quien elige al presidente. Los legisladores se reúnen el 6 de enero para votar y Trump presiona a los legisladores para que se pongan de su parte y den la espalda a la voluntad popular. Un puñado de ellos están con el presidente, como Ron Johnson o Mo Brooks . McConnell, que ha dirigido con puño de hierro el Senado en los últimos años, no. La semana pasada, después de que votara el Colegio Electoral y certificara la victoria de Biden, calificó por primera vez al ganador como «presidente electo». Además, en una reunión con el resto de senadores del partido, les exigió que no se plantearan oponerse a los resultados en la sesión del 6 de enero, porque no tendría ninguna posibilidad de salir adelante y forzaría al resto a posicionarse contra Trump, algo que haría parecer al partido dividido y les perjudicará de cara al futuro. El segundo republicano de mayor rango en el Senado, John Thune , advirtió esta semana que una rebelión contra las urnas «no irá a ningún sitio». En respuesta, Trump, se la cobró en Twitter: dijo que apoyaría primarias en su contra en 2022 y que su carrera política «estará acabada».

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