Los caucus de hoy en Nevada desafían a un Trump en racha

Rubio lucha por ganar apoyos y donantes del retirado candidato republicano Bush

Votantes republicanos de Rubio, en un acto de campaña en Nevada REUTERS

MANUEL ERICE

La carrera republicana se detiene este martes en Nevada, un singular alto en el camino previo al Supermartes , que en siete días empezará a dictar sentencia con doce estados en competición. El más hispano de los cuatro disputados hasta hoy recupera los caucus (asambleas), un sistema de elección que nada tiene que ver con las primarias y que se caracteriza por ser más imprevisible. Todo un reto para el líder Donald Trump , quien después de sus dos rotundas victorias en las primarias de New Hampshire y Carolina del Sur, vuelve a hacer frente a un procedimiento de votación que en Iowa le llevó a la derrota.

Como demostró el entonces vencedor Ted Cruz, los caucus, en los que se vota en grupos dentro de cada precinto (lugar de reunión) y donde sólo participan los miembros del partido que se registran en el momento, exigen un sobreesfuerzo y una organización sobre el terreno de la que Trump carece . A ello se suma la especial complejidad de los de Nevada, donde en 2012 no se conoció el resultado hasta dos días más tarde . A diferencia de Iowa, que este año incorporó un sofisticado sistema de Microsoft, se anuncia otro recuento complicado, con transmisión de datos vía manual, mediante teléfonos móviles. Los candidatos no van a esperar. Todos ellos estarán ya mañana por la mañana celebrando mítines en alguno de los estados que disputarán elecciones el crucial Supermartes, el 1 de marzo. Incluso, alguno, como John Kasich, ha renunciado a hacer campaña en Nevada, sabedor de que no tiene opción alguna.

Recelo de las minorías

Al igual que en la mayoría de los estados del país, las encuestas previas conceden a Trump una amplia ventaja sobre el resto de los rivales, que en algunas de ellas supera los veinte puntos de ventaja . Como ocurriera en Carolina del Sur, y puede que en otros muchos estados, Marco Rubio, que ha recuperado su momentum, y Ted Cruz, se van a disputar el segundo puesto. El objetivo de ambos es que el millonario neoyorquino obtenga el mínimo posible de los treinta delegados que hay en juego, algo menos complicado en este caso al tratarse de un reparto proporcional, no mayoritario.

La creciente presencia hispana, que hoy supera la cuarta parte de la población del estado, de dos millones y medio de habitantes , se ha ido reflejando también en el proceso electoral cada cuatro años. La organización calcula que hoy será, con mucho, la minoría más representada en los caucus, con aproximadamente un 10% de los votantes republicanos. En las dos últimas convocatorias, su peso relativo se ha multiplicado por tres.

Paradójicamente, los dos aspirantes a la nominación de origen hispano, Rubio y Cruz, llegan a Nevada en medio del recelo de una parte de esa comunidad, crítica con ambos por haber radicalizado su discurso antiinmigración los últimos meses. En una campaña en la que Trump ha logrado arrastrar a muchos de sus oponentes con su propuesta de construir un muro en toda la frontera con México, de boca de sus dos principales oponentes no salen hoy más propuestas que la del combate contra la inmigración ilegal. Lo que no casa bien con el estilo de campaña de Marco Rubio, que está exhibiendo a su familia hispana en muchos mítines, y que en Carolina del Sur ha simbolizado su propuesta de resucitar el sueño americano con una alianza con la gobernadora Nikki Haley, hija de indios, y con el senador afroamericano Tim Scott.

La herencia de Jeb Bush

Tras Carolina del Sur, ayer todo eran especulaciones sobre el liderato de Trump y las posibilidades de sus rivales. Es lo que Marco Rubio llamó la noche electoral «el comienzo de las verdaderas primarias republicanas». Tras la retirada de Jeb Bush, la campaña del cubanoamericano intenta sumar sus apoyos y sus donantes, en un intento de reforzar su financiación y de hacer bueno su mensaje de que es el único que puede «unir al partido». Batalla en la que topa con el gobernador de Ohio, John Kasich, cuyo perfil moderado le acerca al de Jeb Bush.

También Donald Trump se refuerza. Aunque el afectado ha restado importancia a lo que es una «conversación informal» del exalcalde de Nueva York , Rudolph Giuliani, ayer trascendió que el magnate cuenta con él como actual asesor y secretario de un gobierno en la sombra.

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