Borrell pide la liberación de Navalni y Rusia responde con los presos del «procés»

El Alto Representante de la UE se encuentra en Moscú, donde permanecerá hasta mañana

Borrel junto a Lavrov, durante la reunión celebrada en moscú Reuters

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El Alto Representante de la Unión Europea de Exteriores y Seguridad, Josep Borrell , y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov , mantuvieron este viernes en la capital rusa un duelo dialéctico a cuenta del encarcelamiento del líder opositor ruso, Alexéi Navalni , y del paralelismo que Moscú dice ver con respecto a los presos del «procés».

Durante la rueda de prensa conjunta ofrecida tras las conversaciones que ambos mantuvieron, Borrell solicitó a su anfitrión la puesta en libertad de Navalni y una «investigación transparente» sobre las causas del envenenamiento que sufrió el pasado mes de agosto en Siberia.

A tal demanda Lavrov respondió que «los líderes independentistas catalanes están en prisión por organizar un referéndum, una decisión que la Justicia española no ha revocado pese a que tribunales de Alemania y Bélgica fallaron en contra». El ministro de Exteriores ruso añadió que, pese a lo sucedido «con los catalanes enjuiciados», «España ha defendido su sistema judicial y ha pedido no dudar de sus decisiones. Eso es lo que queremos que haga Occidente en términos de reciprocidad» con el caso Navalni. Según sus palabras, el caso de los presos del «procés» constituye un ejemplo «de las múltiples situaciones que se dan en Europa cuando los tribunales levantan sospechas de haber adoptado decisiones motivadas políticamente».

En relación con la segunda solicitud de Borrell, Lavrov volvió a cuestionar que el principal adversario político del presidente Vladímir Putin fuera envenenado e insistió en que Moscú no ha recibido de Alemania ninguna prueba de ello. El jefe de la diplomacia rusa contestó también a los reproches sobre la forma con la que las fuerzas del orden rusas están disolviendo las manifestaciones en apoyo de Navalni asegurando que «en Europa y Estados Unidos también se han dado casos de brutalidad policial».

La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, respondió este mismo viernes de manera contundente a Lavrov. «España es una de las democracias plenas en el mundo y solo hay 23. Rusia está en el puesto 124 de 167 países», aseguró. «Espero que Alexéi Navalni tenga la posiblidad de participar y de hacer campaña en las próximas elecciones rusas, como lo están haciendo los líderes independentistas catalanes que cumplen condena en España», continuó, según informa Carlota Pérez.

La jefa de la diplomacia española, de gira por Polonia, defendió que en España todos los ciudadanos tienen plenamente garantizados sus derechos y liberatades, donde «no hay presos políticos. Hay políticos presos».

Primera visita en cuatro años

El viaje de Borrell a Moscú ha sido el primero en cuatro años de un jefe de la diplomacia europea y se produce tras un largo periodo de desencuentros. Lavrov subrayó la necesidad de normalizar las relaciones y le aseguró a su interlocutor que «estamos dispuestos a responder a cualquier cuestión que nos plantee». Según sus palabras, «no es normal que las dos grandes potencias del continente europeo mantengan unas relaciones como las actuales».

Ya durante la rueda de prensa, el ministro de Exteriores ruso anunció que «hemos acordado mantener todos los canales en nuestras relaciones incluso en los temas en donde hay discrepancias, que no son pocos (...) y evitar que las cosas sigan degradándose hasta el punto de conducir a una situación imprevisible». Según Lavrov, «hemos constatado nuestra disposición a cooperar de forma pragmática cuando haya un interés común».

Borrell, por su parte, reconoció que las relaciones entre Moscú y Bruselas atraviesan un «momento difícil», entre otras cosas por el trato que está sufriendo Navalni. Declaró que «los temas relacionados con el estado de derecho, los derechos humanos, la sociedad civil y las libertades políticas siguen siendo centrales para nuestro futuro común». Al mismo tiempo, el exministro de Exteriores español hizo hincapié en que son muchos los vínculos existentes entre Europa y Rusia, especialmente en el aspecto económico y cultural. «Rusia es parte de Europa», afirmó.

Antes de acudir a su encuentro con Lavrov, Borrell se reunió con representantes de la sociedad civil rusa. «La UE es y seguirá siendo el principal respaldo a los proyectos de la sociedad civil en el país», manifestó a través de su cuenta de Twitter. Se habló en un primer momento de que, por parte de Bruselas, había interés en que el Alto Representante de la UE pudiera acudir a la cárcel a ver a Navalni, pero, desde Bruselas , la portavoz, Nabila Massrali, desmintió tal extremo. «Es inaceptable que Navalni esté entre rejas, ¿cómo podría el Alto Representante reunirse con él en tales circunstancias? Daría la impresión errónea de que aceptamos o estamos de acuerdo con la situación, y no lo estamos», indicó.

Las autoridades rusas ya habían advertido de que un eventual encuentro con el líder opositor depende, no del poder político, sino de la Justicia. Sostienen que es el Tribunal Símonovski de Moscú , que decidió el martes que la pena en suspensión que le fue impuesta a Navalni en 2014 pase a ser real, el que debe o no permitir que Borrell vaya a la prisión a verle.

La vacuna rusa

Entre los temas de cooperación bilateral que Lavrov y Borrell trataron ayer estuvo el de la vacuna rusa Spútnik V y su posible distribución a los países de la UE. El Alto Representante europeo dijo que el fármaco ruso «es una buena noticia para la humanidad porque significa que vamos a tener más herramientas para afrontar la pandemia». Borrell señaló que la certificación de la Spútnik V por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que permitiría ser administrada en los países europeos, «abriría otra vía dado que estamos haciendo frente a una escasez de suministros de vacunas». Lavrov corroboró que en la UE «hay varios países interesados en producir la Spútnik V en su territorio».

Las relaciones entre Bruselas y Moscú se deterioraron seriamente después de que Rusia se anexionara Crimea, en marzo de 2014, y atizase una guerra en el este de Ucrania entre las tropas de Kiev y los sublevados separatistas. Las sanciones impuestas a partir de entonces, que tuvieron su réplica por parte de Rusia, y el envenenamiento de Navalni contribuyeron a enrarecer todavía más el ambiente. La visita a Moscú de Borrell ha dividido a los países de la UE entre quienes consideran que no había que haberla efectuado y los que opinan que hay que aprovecharla para expresar claramente el punto de vista europeo en relación con todos los problemas que empañan las relaciones.

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