Borrell explora en Moscú la difícil normalización con Putin

Los grupos políticos de la Eurocámara le piden que se reuna con el opositor Alexéi Navalni, condena a casi tres años de cárcel esta semana

Vladimir Putin con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko REUTERS

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El viaje oficial a Moscú que emprende hoy el Alto Representante de la UE, Josep Borrell , es probablemente el más importante de los últimos años y tiene lugar en un momento especialmente delicado porque deberá intentar combinar la firmeza ante el flagrante comportamiento antidemocrático del Kremlin y la necesidad de cooperar en numerosos campos con el vecino más poderoso de Europa. Borrell estará dos días en Moscú llevando el mandato de los países europeos para transmitir a Vladimir Putin el descontento con la represión de la oposición y los obstáculos a las actividades de la sociedad civil. Varios grupos políticos del Parlamento Europeo le han pedido que se reúna con el dirigente opositor Alexéi Navalni que acaba de ser condenado a casi tres años de cárcel después de haber sobrevivido a un intento de envenenamiento que los servicios europeos de información atribuyen a los propios agentes del Kremlin. Algunos eurodiputados habían dicho incluso que era preferible suspender el viaje de Borrell si este no tenía ocasión de encontrarse con Navalni, y muchos países creen que el viaje del representante europeo podría considerarse como un símbolo de normalización con Moscú. Pero desde otros sectores de la opinión pública europea y de los propios gobiernos se ha empezado a abrir paso la idea de que para lograr avances en la lucha contra la pandemia del Covid-19 la UE debería contar con la vacuna rusa si es aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Entre otros, la canciller alemana Angela Merkel ha dicho que «las diferencias políticas no deberían ser un obstáculo para cooperar en la lucha contra el Covid-19».

Muchos países creen que el viaje del representante europeo podría considerarse como un símbolo de normalización con Moscú

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov , ha dicho que Rusia estaba dispuesta «a todo» para mejorar las relaciones con la UE, pero no a «escuchar consejos» sobre Derechos Humanos. Borrell también ha intentado rebajar las expectativas ante este viaje diciendo que «no creo que vaya a lograr la liberación de Navalni» aunque si podría reunirse con él «si las autoridades rusas lo permiten».

Relaciones congeladas desde 2014

Más allá del foco puesto en la suerte del disidente democrático y de las manifestaciones que piden su liberación en las ciudades de Rusia, la realidad es que las relaciones entre Bruselas y Moscú han estado prácticamente congeladas desde 2014, tras el conflicto en Ucrania y la anexión rusa de la península de Crimea . Tampoco están de acuerdo en asuntos como la situación en Bielorrusia y las protestas contra el autócrata Alexander Lukashenko o lo que ha pasado recientemente en el Caucaso, pero la posición rusa es esencial también para los intereses europeos en Siria, Libia y el Mediterráneo Oriental. Putin ha enviado a los grupos paramilitares irregulares incluso en zonas tradicionalmente asociadas al interés de Europa como la República Centroafricana, así que Borrell tiene una larga lista de asuntos pendientes para tratar con el régimen de Putin.

También se trata de una visita importante para intentar establecer una posición global de la UE después del cambio de la administración norteramericana y para fortalecer su posición ante China. Pero por lo que se refiere a las cuestiones bilaterales con Rusia y sobre todo las exigencias de que Moscú acepte respetar unas mínimas reglas democráticas, se prevé un auténtico «diálogo de sordos».

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