Joe Biden anuncia que enviará tropas al este de Europa «a corto plazo»

Poco antes del anuncio, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ha trasladado a Rusia la intención de Washington de evitar un conflicto

El presidente de EE.UU., Joe Biden, durante un acto en Pittsburgh, Pennsylvania AFP / Vídeo: Biden advierte de que hay una «clara posibilidad» de que Rusia invada Ucrania en febrero - EP

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EE.UU. busca en la crisis de Ucrania mantener un difícil equilibrio entre dejar la puerta abierta a la diplomacia con Rusia y avisar de que si da el paso de la invasión, las sanciones económicas y la respuesta militar estarán listas.

El presidente Joe Biden ha insistido este fin de semana en que el ejército estadounidense desplegará tropas adicionales en Europa del Este en un futuro próximo. Ya lo avisó al comienzo de la semana y ha insistido en ello, pero con vaguedad, sin dar detalles, mientras los esfuerzos diplomáticos –tanto de su Administración como de aliados europeos, como Francia y su presidente Emmanuel Macron– siguen adelante.

«Voy a desplegar tropas en el Este de Europa y en los países de la OTAN a corto plazo», dijo el viernes desde la base militar de Joint Andrews, tras regresar de una visita a Pittsburgh (Pensilvania). «Pero no muchas», se limitó a decir sobre el contingente.

El presidente de EE.UU. tampoco dio detalles sobre qué países en concreto recibirían a los soldados, aunque él y su Administración han descartado en varias ocasiones que el despliegue vaya a ser en el propio territorio de Ucrania.

Esta semana, el Pentágono anunció que ha puesto a 8.500 soldados en situación de «máxima alerta» por si un despliegue es necesario de forma inminente. El contingente engrosaría la fuerza de respuesta de la OTAN, que contaría con un total de 40.000 efectivos.

Las autoridades militares han insistido en las últimas horas en que el reforzamiento militar de Rusia en regiones limítrofes con Ucrania es muy preocupante . «Dado el tipo de fuerzas que han acumulado, las fuerzas terrestres, la artillería, los misiles, las fuerzas aéreas, todo junto, si eso se lanzara contra Ucrania sería muy significativo. Resultaría en una cantidad importante de víctimas y es fácil imaginarse el impacto en zonas urbanas densas, carreteras y demás», explicó el jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley , en una comparecencia junto al secretario de Defensa, Lloyd Austin . «Sería horrible».

Milley aseguró que la presencia militar desplegada por Rusia en la frontera con Ucrania es algo que no hay visto en sus cuatro décadas de carrera militar. «Tienes que volver hasta los tiempos de la Guerra Fría para ver algo de esta magnitud», dijo sobre el despliegue ruso. «Esto parece diferente a lo que hemos visto en el pasado», añadió el jefe militar. «Es más grande en tamaño y objetivos, y la acumulación de tropas no es comparable a nada reciente».

Austin defendió que Rusia «claramente tiene ahora la capacidad» de invadir Ucrania y controlar territorios amplios del país. La capital, Kiev, está a solo 225 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, donde el ejército ruso ha desarrollado maniobras militares conjuntas. Para Austin, el número de tropas estacionadas en las inmediaciones de la frontera con Ucrania «exceden en mucho las que normalmente se registran en ejercicios militares».

Austin añadió que no cree que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, haya llegado a una determinación sobre si atacar o no, pero sí que está en condiciones de hacerlo . En ese contexto, insistió en el compromiso de EE.UU. para «ayudar a Ucrania a defender con material de seguridad». La primera potencia mundial ha intensificado el envío de equipamiento militar a Kiev en las últimas semanas.

Una guerra evitable

Tanto Austin como Milley han insistido en que la guerra «no es inevitable» y que Putin puede y debe tomar el camino de la diplomacia. Rusia, a través de su ministro de Exteriores, ha insistido en que no habrá guerra «si eso depende de la Federación Rusa», pero que ni EE.UU. ni sus aliados de la OTAN han escuchado sus exigencias sobre seguridad en Europa del Este: en esencia, que la alianza militar occidental no se extienda a Ucrania ni otros países de su entorno. La posición de EE.UU. es que la decisión sobre entrar o no en la OTAN –el Gobierno de Ucrania y su presidente lo tienen como objetivo– es una decisión soberana de cada país. Esta semana, EE.UU. envió una respuesta escrita al Kremlin en la que respondía a estas peticiones e insistía en el principio fundamental del respeto a la integridad territorial y a la soberanía de Ucrania.

Mañana está previsto que se celebre una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a petición de EE.UU., para tratar la situación en Ucrania. Washington busca que haya una mayor presión internacional para que Putin acepte una desescalada de la tensión. Nada indica que la reunión vaya a provocar cambios, más allá de cimentar la posición de cada parte y comprobar qué postura toma China, que por ahora ha defendido las exigencias de seguridad de Rusia. Uno de los principales diplomáticos rusos ante la ONU, Dimitri Polianski, aseguró que la reunión –en formato abierto y con la presencia de Ucrania– es «un claro montaje propagandístico».

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