Hermann Tertsch
Dos Benjamines y mucho Trump
Tras muchos años de parálisis parece haber indicios de tiempos de movimiento
Las elecciones en Israel ya se anunciaban muy reñidas en lo personal y lo estarán hasta que uno de los dos, Benjamin «Bibi» Netanyahu o Benjamin «Benny» Gantz, logre reunir 61 de los 120 escaños del Knesset para formar gobierno. A última hora estaban ambos rondando los 30 y nadie sabía cómo quedarían distribuidos los demás. Con el sistema israelí tendrán mucho que pactar con otros partidos para reunir la cifra. Israel es una sociedad de éxito y prosperidad que no deja de desarrollar complejidad en una prosperidad de espaldas al «asunto pendiente», la cuestión palestina. Los palestinos se condenaron con pretensiones como el derecho al retorno. Mientras, el dinamismo de población y economía israelíes generan hechos consumados que dificultan cada vez más un acuerdo de paz de dos estados. Tras muchos años de parálisis parece haber indicios de tiempos de movimiento.
La prioridad máxima nunca cambia: la seguridad. Y son la seguridad y sus éxitos los que explican que Netanyahu sigue ahí. Pese a problemas de justicia y el cansancio de cuatro mandatos. De ganar, asumiría el quinto y superaría al mítico Ben Gurion. Acosado con varias causas judiciales por tráfico de influencias, muchos creían que «Bibi» estaba de salida. Ni hablar. Sus estrechos lazos con Donald Trump han logrado para Israel inmensas victorias estratégicas. Si ya lo fue el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, en plena campaña Trump proclama que EE.UU. reconoce la anexión israelí de los Altos del Golán arrebatados a Siria en 1967. Y el propio Netanyahu hace pública su intención de anexionar parte de Cisjordania. Trump ha anunciado además un nuevo plan de paz. Parece que habrá movimiento de fichas gane quien gane.
El rival es Benny Gantz, que lidera la coalición Azul y Blanco, igualada con el Likud al final de la campaña. Es un grandísimo hombre de armas, general que llegó a jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israeli. Con la perspectiva de un Trump con mandato renovado en 2020 y en juego la pieza de Irán, sí cabe pensar que Gantz se podría abrir tanto como Netanyahu a comenzar a plantearse nuevas realidades en la región. Que no gusten a algunos europeos no será para ello ningún impedimento.
Noticias relacionadas