Alexander Schallenberg promete una «estrecha colaboración» con Kurz
La extrema derecha y los socialdemócratas presentarán hoy dos mociones de censura
Minutos después de jurar el cargo de canciller de Austria en el Hofburg de Viena, Alexander Schallenberg pronunció su primer discurso al frente del gobierno y ofreció dos líneas programáticas esenciales. Para promover el respeto y la confianza mutuos entre los dos partidos de la coalición de gobierno, los conservadores del Partido Popular Austriaco (ÖVP) y Los Verdes, prometió «rellenar las trincheras». Además anunció abiertamente que mantendrá una «cooperación muy estrecha» con su predecesor, Sebastian Kurz, e insistió en que las acusaciones en su contra son «erróneas».
Unas horas antes, el ya excanciller pero líder del ÖVP, Sebastián Kurz , había enfatizado que él no será «un canciller en la sombra». En una declaración escrita, Kurz respondió así a las críticas de la oposición, que cuenta con que continúe marcando la dirección del gobierno. «En cualquier caso, en mi papel de presidente del partido, apoyaré el trabajo del gobierno federal porque es lo mejor para la gente de nuestro país», concluyó, asegurando una vez más que «refutaré todas las acusaciones que se han hecho en mi contra». Kurz agradeció a su sucesor, Schallenberg, por su disposición a asumir la responsabilidad, «porque este paso garantizará la estabilidad del país». «Ese era mi objetivo en esta difícil situación de los últimos día», declaró, y se manifestó «convencido de que funcionará bien». Pero las palabras de Schallenberg dejaron claro que Kurz será el miembro ausente del gobierno de coalición, al asegurar que «cualquier cosa que no sea una estrecha cooperación con Kurz sería absurdo en términos de política democrática».
Schallenberg definió como un honor para él el hecho de ser investido como Canciller Federal, «incluso si es un honor que nunca esperé y nunca deseé». Austria necesita ahora «responsabilidad y estabilidad», insistió, porque «el pueblo merece que la política funcione y no discuta». Reconoció además que los acontecimientos de los últimos días «realmente no fueron un ejemplo». El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen , recordó a Schallenberg y al vicecanciller y líder de Los Verdes Werner Kogler, que también estuvo presente en la toma de posesión, su responsabilidad de continuar los proyectos del gobierno verde-turquesa y de restaurar la confianza de la ciudadanía en la política. «Por mi parte, confío en que los socios de la coalición logren crear una base estable para una cooperación intergubernamental estable», dijo, y señaló que «las palabras por sí solas no serán suficientes para restaurar la confianza». Schallenberg sabe por su experiencia diplomática cómo llevar «las posiciones más contradictorias a un denominador común» sugirió, y se mostró convencido de que esta habilidad será «de gran utilidad» para Schallenberg como canciller.
El vicecanciller Kogler, por su parte, declaró en un primer comunicado que la cooperación con Schallenberg había comenzado «muy bien», con varias llamadas telefónicas y una reunión, y que nombrar a Michael Linhart como ministro de Relaciones Exteriores fue «muy apropiado». Kogler se refirió a los muchos proyectos «que ahora podrían abordarse» y habló de una «buena cooperación» que suscitó muestras de irritación por parte de la oposición.
Continuidad a medias
«Todavía estoy un poco aturdido en estos minutos», ironizó el líder de la extrema derecha del FPÖ, Herbert Kickl , en referencia a que el nuevo canciller asegurase en su primer discurso que las acusaciones contra Kurz sean falsas. Esto, según Kickl, apunta a una campaña del ÖVP contra el poder judicial austríaco. «Yo lo veo de otra manera», refutó Kickl, «creo que la coalición verde turquesa, específicamente el ÖVP, lo que ha hecho en los últimos días no es un nuevo comienzo, sino darle a la República una pastilla sedante para seguir con más de lo mismo». «Si el vicecanciller Kogler quisiera limpieza, habría tenido que exigir el fin de la coalición, pero eso es exactamente lo que no hizo , sino que abrió una vía de escape para el ÖVP». «El FPÖ no seguirá el juego», amenazó, y anunció una moción de censura contra todo el gobierno que tendrá lugar en el pleno parlamentario extraordinario de hoy. El vicepresidente del Partido Socialdemócrata (SPÖ), Jörg Leichtfried, también desveló que su grupo parlamentario tiene previsto presentar una moción de censura contra el ministro de Finanzas, Gernot Blümel (ÖVP), en la sesión del Consejo Nacional.
Aunque la apariencia es de completa continuidad, en los cargos de confianza del gobierno sí han comenzado a rodar cabezas. El hasta ahora portavoz e investigado en el caso de corrupción que ha llevado a la dimisión de Kurz, Gerald Fleischmann , ya no ocupa en su oficina y oficina y oficialmente está de vacaciones.
Desde Bruselas, los presidentes de la Comisión y del Consejo felicitaron ayer a Schallenberg, muy conocido en la capital europea porque de 200 a 2005 dirigió el departamento jurídico de la Representación Permanente de Austria y guarda allí desde entonces muy buenos contactos. Es considerado un gran defensor de la relación con EE.UU., posición que mantuvo durante la presidencia de Trump, también un amigo declarado de Israel, de hecho llegó a izar en mayo pasado la bandera de este país en el Ministerio de Exteriores de Austria, tras el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas, y es un estricto contrario a las cuotas de reparto de inmigrantes en el seno de la UE.
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