Dimite el canciller de Austria, Sebastian Kurz, tras las acusaciones por corrupción

Su puesto lo ocupará el ministro de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg

Sebastian Kurz, este sábado antes de anunciar su dimisión EFE

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«Mi país es más importante para mí que yo», dijo e l canciller austriaco Sebastian Kurz en una rueda de prensa convocada este sábado con apenas media hora de antelación. «Quiero dejar espacio para evitar el caos y garantizar la estabilidad», anunció su dimisión, después de que el socio menor con el que gobierna en coalición, Los Verdes, le hubiesen retirado su apoyo y hubiesen solicitado su sustitución al frente del gobierno por algún otro miembro «impecable» del Partido Popular Austriaco (ÖVP). Alexander Schallenberg, hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores, será su sucesor. El resto de los ministros seguirán en sus carteras. Después de que el partido cerrase filas en torno a Kurz y defendiese la inocencia de su líder respecto a las acusaciones de corrupción, Los Verdes habían logrado la convocatoria de un pleno extraordinario del parlamento, el próximo martes, para votar una moción de censura que ahora queda en el aire. Una vez cumplida la exigencia de sustituir a Kurz, no tendrían por qué cumplir su amenaza, sobre todo porque para ello deben de recabar el apoyo del partido de extrema derecha FPÖ, que había hecho pública su intención de hacerlo pagar muy caro.

«Ha habido cargos criminales en mi contra en los últimos días. Están equivocados. Lo podré aclarar, estoy profundamente convencido de eso», insistió Kurz, quien parecía sereno y tranquilo. Está experimentando, dijo, lo que muchos otros políticos han experimentado anteriormente. «Sería bueno si la presunción de inocencia también se aplica aquí», sugirió, aunque admitió por primera vez que «escribí mensajes en el calor del momento que no reformularía ahora». «Solo soy una persona con errores», se disculpó. Kurz explicó que el objetivo de su renuncia es terminar con la crisis de gobierno y la situación de estancamiento institucional, así como evitar el caos en Austria. Agradeció el ciudadano que ha recibido en los últimos días y celebró que Schallenberg tiene «muchas habilidades diplomáticas que se necesitan en este preciso momento».

Seguirá en política

Sebastian Kurz, otros nueve sospechosos y tres organizaciones están siendo investigados por el uso de dinero público destinado a la compra de espacios publicitarios en el periódico 'Österreich' a cambio, según sospechan los fiscales, de que fueran publicadas informaciones favorables. En ese momento Kurz ocupaba el cargo de ministro de Exteriores y todavía no ha sido formulada ninguna acusación formal, aunque la Fiscalía Económica y de Corrupción (WKSTA) afirma que cuenta con indicios de abuso de confianza, soborno y corrupción. Kurz, en todo caso, sigue declarándose inocente.

Su dimisión como canciller de Austria no significa una retirada completa de la política. Seguirá siendo el jefe del ÖVP y se trasladará al parlamento como líder del grupo parlamentario, advirtió este sábado. En las últimas 48 horas, Los Verdes han estado manteniendo contactos con el resto de partidos con presencia parlamentaria, en busca de una coalición alternativa que tendría que contar necesariamente con el FPÖ. El ÖVP también ha mantenido por su parte contactos para buscar un nuevo socio de gobierno. Todavía no está claro si Los Verdes continuarán en el gobierno o si el ÖVP está preparando un movimiento hacia el FPÖ, con el que ya compartió coalición anteriormente. Lo único claro es que, con su movimiento, Kurz se ha asegurado de que el ÖVP siga siendo la fuerza dominante en el gobierno y las muestras de apoyo y agradecimiento de los suyos no se han hecho esperar. El gobernador de Estiria, Hermann Schützenhöfer , expresó su «respeto» en una primera reacción a la dimisión. «Sebastian Kurz fue un excelente Canciller Federal de Austria. La exitosa lucha contra la epidemia, la recuperación económica y su enfoque en la investigación siguen siendo su mérito particular. Su decisión personal de despejar el camino al frente del gobierno federal me ha ganado un gran respeto», dijo. Desde el Partido Socialdemócrata (SPÖ), sin embargo, se calificó este paso como «una farsa para mantener el poder».

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