Los agentes de Daniel Ortega recorren los barrios de Nicaragua para obligar a votar por él
Los consejos ciudadanos presionan a los votantes a apoyar al presidente o sufrir represalias
A pocas horas de las elecciones generales en Nicaragua , el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ejecuta una estrategia que tiene el fin de garantizar el voto de sus bases. En los barrios del país, la presencia omnipresente del partido ha tomado relevancia a través de los Consejo del Poder Ciudadano (CPC), quienes exigen la firma de un documento con el fin de recopilar toda la información de posibles votantes. Los nicaragüenses han denunciado que algunos de estos papeles vienen con el compromiso de votar por Daniel Ortega y Rosario Murillo .
«Desde hace unos días andan en cada casa con cartas para asistir a las urnas el domingo. También nos dicen que hemos sido beneficiados con bonos y programas de gobierno», informó una ciudadana a ABC, que por motivos de seguridad y ante el contexto represivo prefirió mantenerse en el anonimato. El régimen de Ortega ha impuesto un estado de terror a través de encarcelamientos a opositores y críticos. Las elecciones se llevarán a cabo en un clima represivo con siete precandidatos opositores encarcelados y una treintena de activistas acusados de ‘conspiración’.
El documento oficialista tiene el fin de crear un registro paralelo de las personas que viven en cada una de las viviendas. En el formulario aparecen una serie de requisitos que confirman la necesidad de control que los dirigentes del partido buscan entre la población. Por ejemplo, se pregunta cuántos de los habitantes de una casa son considerados como ‘militantes sandinistas’ y quiénes tienen un carné de suscripción al partido. Pero la pregunta que más preocupación provoca entre defensores de derechos humanos es la de un apartado en el que se pide el listado de «compañeros que votarán por el FSLN». «Toda mi familia ha sido invitada el domingo al centro de votación más cercano. Además, nos han metido a un grupo de WhatsApp en el que informan sobre actividades y demás», reveló la fuente.
El control del partido también ha llegado a las instituciones públicas. Los funcionarios estatales han recibido muchas presiones de cara al proceso electoral, y con el fin de garantizar la fidelidad al partido. Fuentes dentro de estas instancias gubernamentales afirmaron a ABC que la vigilancia mutua se ha incrementado, y los altos cargos dentro de los ministerios esperan que los trabajadores presenten el dedo pulgar con la marca del voto. «Nos han dicho que el mismo día de las elecciones enviamos fotos de nuestros dedos, con el fin de garantizar la ausencia. Aunque tengo la certeza que muchos votaremos nulo», aseguró una funcionaria bajo condición de anonimato.
Dentro de las bases del partido hay un silencioso descontento que algunas encuestas como las de CID Gallup evidencian. La firma arrojó a finales de octubre que la simpatía hacia Ortega y Murillo se redujo al 19%. En cambio, los siete opositores detenidos durante la escalada represiva cuentan el 69% de aprobación.
Defender el voto
Para el día de las elecciones, el FSLN contará con el respaldo de las UVE (Unidad de Victorias Electorales), un eufemismo utilizado por el partido para la estructura de control territorial durante las elecciones. Según el oficialismo, estas agrupaciones tienen el fin de llevar la propaganda oficial y las promesas del Gobierno, pero reportes de medios nacionales indican que son un instrumento de represión más.
Las UVE fueron instauradas en el país en noviembre de 2020, fecha en la que el régimen ejecutó un combo de leyes punitivas que allanaron el camino de la persecución contra opositores. Las estructuras fueron anunciadas por Rosario Murillo, vicepresidenta y esposa de Ortega. Confidencial, uno de los medios nicaragüenses más importantes, detalló en una publicación que la estructura de las UVE son coordinadas directamente por Ortega y Murillo, quienes a su vez han delegado el mando a otros funcionarios gubernamentales y operadores políticos, muchos de ellos sancionados por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Por su parte, la oposición ha hecho un llamamiento a la abstención a través de sus redes sociales. Algunos movimientos políticos en el exilio invitaron a la población nicaragüense a «quedarse en casa», con el fin de evitar que las presencia de personas en los puestos de votaciones sea utilizada para «legitimar el proceso». El régimen pretende dar una imagen de pluralidad política, con la presencia de cinco partidos tachados de colaboracionistas. Los otros candidatos que ‘competirán’ contra Ortega son desconocidos parar la población.
Este 7 de noviembre se desarrollará en Nicaragua unas elecciones generales atípicas, con la ausencia de siete aspirantes presidenciales que fueron inhabilitados para la contienda. Los analistas consideran que después del domingo se instalará en la nación centroamericana un régimen de partido único, comparable al de Cuba y Corea del Norte . Pero además, con tintes dinásticos. En una de las pocas apariciones de campaña, Ortega aseguró que la presidencia del país es compartida en un 50% con su esposa Murillo. «Tenemos dos presidentes porque respetamos el principio de 50-50, o sea aquí tenemos una copresidencia con la compañera Rosario», aseguró el mandatario.
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