Una agente rusa, condenada por injerencias en las elecciones de EE.UU.
Trabajaba para un político cercano a Putin que fue buscado por la Guardia Civil española
Por primera vez, un ciudadano ruso ha sido declarado culpable de injerencias durante las elecciones presidenciales norteamericanas de 2016. Se trata de Maria Butina, de 30 años, que hoy ha comparecido ante el juez y ha admitido las acusaciones de la fiscalía de que se infiltró en organizaciones conservadoras como la Asociación Nacional del Rifle para defender intereses rusos.
El caso de Butina, detenida en julio de 2017 , no se incluye dentro de la macrocausa del fiscal especial Robert Mueller, sino que ha sido instruido por la fiscalía federal de forma independiente. Paralelamente, Mueller ha presentado cargos contra 25 ciudadanos y tres empresas de Rusia , sobre todo por injerencias políticas en redes sociales.
Ante el juez, Butina ha dicho que operó en EE.UU. «bajo las directrices de un funcionario ruso», que la fiscalía ha identificado como Alexander Torshin , político y vicegobernador del Banco Central de Rusia, cercano al presidente, Vladimir Putin y con conexiones con España.
La Guardia Civil española intentó arrestar a Torshin en Palma de Mallorca en 2013 durante un encuentro previsto con Alexander Romanov, un mafioso ruso condenado en España por blanqueo de capitales. La Audiencia Nacional le investigó pero no presentó cargos contra él. Nunca fue apresado y niega las acusaciones.
Un juzgado federal de Washington debe dictar ahora sentencia sobre Butina, que se enfrenta a un máximo de cinco años de prisión por los cargos de conspiración. La fiscalía considera probado que «intentó establecer canales no oficiales de comunicación con ciudadanos de EE.UU. con poder y capacidad de influencia sobre política norteamericana».
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