El Bichero, cocina de calidad basada en los productos del mar
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El restaurador Fermín Anguita volvió a abrir las puertas de El Bichero el pasado día 13 de diciembre, a pocos metros de donde se ubicaba anteriormente y con un nuevo diseño más elegante y vanguardista . Se trata de una cochera remodelada en el centro de Jerez , donde se respetan los amplios vanos para integrar un concepto de restaurante de barra y de mesa y mantel . Aunque el anterior local carecía de la amplitud necesaria, su terraza y la zona peatonal desde la que se accedía le daban un encanto especial; ahora ha apostado por un restaurante de mayor comodidad y espacios , incluyendo una zona reservada bastante amplia. La terraza todavía no estaba definida, pero esperemos que en breve consiga una prolongación de la misma identidad que el restaurante. Se encuentra en pleno centro de Jerez, a escasos metros del Ayuntamiento, de la Pescadería Vieja y en una de las zonas de mayor oferta gastronómica de la ciudad .
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El Bichero siempre ha apostado por una cocina de calidad basada en los productos del mar: pescados y mariscos . Y en su nueva apuesta sigue esa línea ampliando hacia una cocina de elaboración tradicional .
Nuestro menú se basó en un pescado al aceite de oliva , muy típico de su carta, precedido de algunas tapas y platos de cocina tradicional incorporados a la nueva carta por la reapertura.
La decoración del local junto con la escenificación de las mesas y el servicio perfectamente uniformado y atento te hace presagiar que la comida va a ser muy agradable.
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Así, comenzamos la cena con un pudding de cabracho invitación de la casa acompañado de una copa de fino. Su textura era perfecta, suave en boca y con mucho sabor . El pudding de cabracho en algunas ocasiones peca de ser demasiado basto, de textura poco suave y seco.
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En Jerez existen tres restaurantes de referencia para degustación de una buena ensaladilla , y uno de ellos era el antiguo Bichero, así que la entrada en el menú la hicimos con su típica ensaladilla de gambas . Lo cierto es que resultó algo diferente de lo que recordábamos del antiguo restaurante, en este caso estaba algo seca y las gambas pasaban desapercibidas, ciertamente no era como la solían hacer .
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Seguidamente, decidimos probar con un plato de nueva incorporación en la carta y dos tapas de cocina elaborada. El plato consistía en unos cardos con langostinos , y fue un acierto . Ambos ingredientes maridaban perfectamente y plato estaba muy conseguido. Los cardos carecían de hebras y estaban “al dente”, así que la textura fue perfecta, y los langostinos estaban en una proporción adecuada. Lo cierto es que se trata de un plato sencillo, diferente pero muy conseguido.
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En cuanto a las tapas elegimos el calamar relleno y albóndigas de choco . Tanto el calamar relleno como las albóndigas de choco iban acompañada de patatas fritas caseras bien hechas. La presentación en ambos casos fue básica pero funcional , sin grandes pretensiones. En cuanto al calamar, lo encontramos algo seco por dentro, le faltaba una mayor integración del aliño y textura más ligada, además de estar la salsa poco trabajada.
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Por el contrario, la albóndiga se encontraba mejor preparada en ese aspecto . La cantidad de las tapas eran lo suficiente como para poder degustarlas y no hartarte de ellas.
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Una vez terminamos con los entrantes pasamos al plato principal, que consistió en un “pargo al aceite” acompañado de otra especialidad de la casa como son los tallarines con nata y berberechos . Comentar que los pescados al horno en aceite de oliva son la especialidad de la casa . El pargo es un pescado muy sabroso que se alimenta fundamentalmente de crustáceos y camarones, y que aprovecha y mantiene muy bien su sabor en este tipo de cocinado, de hecho, estaba en su punto perfecto de horno, así como de frescura . Su acompañamiento no defraudó, aunque echamos de menos la posibilidad de poder añadir un “chorreón” de aceite de oliva virgen extra de cosecha temprana que siempre ayuda a realzar el pescado y darle un toque de calidad al plato. La presentación fue la clásica, te ponen los lomos del pescado limpio en el plato junto con el acompañamiento que te dan a elegir, y que en nuestro caso fueron los tallarines.
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Para finalizar, los postres quizás sean lo más endeble de la carta, pocos y clásicos , sería interesante poder tener más opciones y que sorprendieran al comensal. Reseñar que, como gesto, nos trajeron una pequeña degustación de su tarta de galletas con chocolate y de queso por no querer un postre completo.
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En cuanto a la carta de vinos no pudimos ojearla por estar todavía en elaboración.
Es de agradecer que durante toda la comida nos cambiaran el servicio completo después de cada plato . Algo poco habitual en los tiempos que corren, donde te dejan los cubiertos hasta el postre o bien, en el mejor de los casos, te cambian únicamente el plato. Como inconveniente pudimos percibir que los olores de la cocina estaban presentes en el comedor, algo que no se ajusta al nivel de restaurante.
En El Bichero impresiona la decoración, el ambiente, el servicio, la calidad del género y su cocina , aunque todavía requiere de pequeños ajustes en algunos platos para cuadrar el círculo de la excelencia.