Valdés y una «campaña general en contra del Barça»
El FC Barcelona vive el inicio de un incendio que comenzó hace días y que ahora avanza descontrolado. El presidente, Sandro Rosell, vio las primeras llamas e intentó apagarlas con un manguerazo. «Leo Messi es el mejor del mundo y merece ser el mejor pagado del mundo», dijo el jueves. Pero no logró extinguirlo. Menos de 24 horas después de esas palabras, el fuego se recrudeció. El delantero argentino concedió una entrevista radiofónica al programa 'El món a RAC1', líder de audiencia en Cataluña en la franja horaria matinal, algo excepcional en un jugador que huye de ese tipo de contactos directos con los medios de comunicación. Estaba claro que quería transmitir un mensaje con el mejor altavoz posible para que llegara a todos los barcelonistas. Y se quedó a gusto desde su país, donde prosigue la recuperación.
«El señor Faus es una persona que no sabe nada de fútbol y que quiere manejar el Barça como si fuera una empresa. Y no lo es. El Barcelona es uno de los equipos más grandes del mundo y debe estar representado también por los mejores dirigentes. Y le recuerdo que ni yo ni nadie de mi entorno pedimos nunca ningún aumento ni ninguna renovación. Y eso él lo sabe muy bien». El estudiado monólogo de Messi era la respuesta a las palabras del vicepresidente económico del Barça, Javier Faus, quien hace diez días comentó en el mismo programa: «No veo ningún motivo para mejorar el contrato a un señor al que ya se lo mejoramos hace seis meses». Se refería el directivo a los rumores que indicaban que el aumento del salarial del '10' era inminente para compensar los 40 millones que se embolsó el padre de Neymar por el fichaje. A Messi no le molestó tanto el sentido de la frase como el ninguneo hacia su persona que conlleva ese irrespetuoso «a un señor» empleado por Faus. Al fin y al cabo, él sabe que por su calidad tiene las renovaciones garantizadas. Es significativo que sus declaraciones se hayan producido justo cuando Andoni Zubizarreta, director deportivo, está en Argentina supervisando su recuperación.
Como suele ocurrir en estos casos, alrededor de una situación así siempre surgen los que quieren aprovecharse. Y antes que los rivales deportivos habituales de fuera, el Real Madrid y su entorno, que se frotan las manos al percibir una crisis en el enemigo, los que más corren son los que aspiran a recuperar o a tener el poder en el club. Joan Laporta, expresidente y líder de la oposición, soltó una frase oportunista en su cuenta de Twitter: «Quien ama el fútbol, quien ama al Barça, ama a Messi. Ha sido, es y será el mejor de los mejores». Sabe que Messi es intocable para el socio azulgrana, más que Sandro Rosell y que él mismo. Mejor posicionarse a su lado.
La polémica interna eclipsó incluso a la externa, mucho más mediática por ser extradeportiva, la relacionada con la supuesta implicación del padre de Messi en una trama de blanqueo de dinero a través de los partidos benéficos del jugador organizados en verano. Aunque el Ministerio de Interior y la Guardia Civil ya ha desvinculado al jugador y a su entorno del asunto, la mancha queda y el jugador también salió al paso en RAC1.
«Estoy mentalizado en mi recuperación y no pienso en otra cosa. No leí nada, pero mi familia me comentó un poco lo que se está diciendo y lo lamento profundamente no sólo por mí, sino por personas que quiero como mi papá o jugadores que son amigos. Lo que hacemos nosotros en estos partidos es cien por cien benéfico». Y aseguró que su padre, Jorge Messi, seguirá llevando sus asuntos: «Estamos muy unidos. Me da risa que digan que nos vamos a distanciar».
