El polémico cartel: cabezas y cuerpos de modelos a las que no se pidió permiso
Los errores de la diseñadora catalana han otorgado una dimensión internacional a la campaña de Igualdad
Otra modelo denuncia el polémico cartel de Igualdad por eliminar la prótesis de su pierna

'El verano también es nuestro' es el lema elegido por el Instituto de las Mujeres, adscrito al Ministerio de Igualdad, para la campaña de «sensibilización a la ciudadanía en general y en especial a las mujeres de todas las edades y diversas, para fomentar ... una imagen equilibrada y no estereotipada de los cánones de belleza femeninos», explican a ABC desde este organismo. La campaña cuyo cartel ilustrado es obra de Arte Mapache, un conocido estudio catalán de ilustración muy activo en la lucha contra la gordofobia, comenzó a difundirse a través de redes sociales el pasado miércoles. Dos días después, la polémica estaba servida y el Ministerio de Igualdad y su ministra Irene Montero volvían a recibir cientos de zascas.
Y es que el cartel se ha elaborado como una especie de collage en el que se han utilizado cuerpos y rostros de modelos curvy sin pedir su autorización y ni siquiera se había comprado la licencia del uso comercial de la tipografía utilizada en el cartel. Lo que no se imaginaba la ilustradora es que Nyome Nicholas-Williams, la modelo de talla grande de 30 años afincada en Londres y de ascendencia dominicana y jamaicana sería alertada por alguno de sus 80.000 seguidores que le hicieron llegar el cartel. Ella no tardó en denunciar los hechos a través de sus redes sociales «Mi imagen está siendo utilizada por el Gobierno español en una campaña, ¡pero no me han preguntado! ¡Gran idea, pero mala ejecución! Pedid usar mi imagen o al menos etiquetarme», escribió. Una reacción que provocó un efecto dominó, que permitió identificar a otra modelo cuyos derechos de imagen también han sido usurpados. Se trata de Raissa Galvão, una influencer brasileña a la que tampoco se le ha contactado ni remunerado tras utilizar su imagen en la campaña del Gobierno. Pero no han sido las únicas. Ahora, se ha descubierto la identidad de otra de las protagonistas del polémico cartel, Sian Lord. La modelo, a través de su cuenta de Instagram, se ha pronunciado y ha dejado clara su postura con el Gobierno de España por editar su cuerpo: "Se usa mi imagen, pero han borrado mi pierna ortopédica. No sé ni cómo explicar la rabia que siento ahora mismo. La han cogido sin mi permiso".
La ministra Montero fue la primera en tuitear el cartel el pasado día 27 de julio acompañándolo del siguiente mensaje «Todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. ¡El verano es para todas!#ElVeranoEsNuestro», sin embargo se apresuraba a desmarcarse de los errores de la campaña señalando a Arte Mapache como la responsable última de lo sucedido. Mientras, en twitter se distribuía un contrato colgado en el portal de transparencia en el que se adjudicaba a la empresa The Tab Gang S. L el servicio para el diseño de la creatividad y la producción de una campaña de sensibilización contra los estereotipos de género basados en los cánones de belleza, dirigida a la población general por un importe de 84.500 euros. La propia directora general del Instituto de las Mujeres, Antonia Morillas, se apresuraba a desmentir en las redes a todos aquellos que daban veracidad a esta información. Puestos en contacto con ella asegura a ABC que «la contratación del cartel ha tenido un coste de 4.990 euros. La campaña cuya licitación aparece publicada en la plataforma de contratación responde a una campaña de publicidad institucional que no ha sido lanzada aún y que está incluida en el plan anual de publicidad institucional del Gobierno». A la vez que matizaban que «los comentarios de odio contra los cuerpos diversos en redes muestran que estas campañas son más necesarias que nunca».
Ilustradora y activista
Para Arte Mapache, la de ayer viernes fue una jornada que no olvidaran ya que se vieron obligadas incluso a cerrar su cuenta de Instagram y apartarse de las redes sociales, no sin antes asumir toda responsabilidad «Espero poder solucionar todo esto lo antes posible, asumo mis errores y por eso ahora estoy intentado reparar el daño causado. Mi intención jamás fue hacer abuso de su imagen, sino trasladar en mi ilustración la inspiración que suponen para mí mujeres como ellas Nyome Nicholas, Raissa Galvão... Su trabajo y su imagen deben ser respetados». La ilustradora que se esconde detrás de la campaña es G.E., de 33 años y natural de Esplugues de Llobregat. Según contaba ella misma y confirmaba la propia modelo Nyome Nicholas-Williams, ambas habían hablado y estaba dispuesta a pagarle y llegar a un acuerdo por haber utilizado su imagen.
Detrás de esta modelo londinense de talla de grande se esconde un negocio en toda regla. No es de extrañar que se quejase por el cartel de la campaña de Igualdad. Puestos en contacto con ella, nos remite a su agencia de modelos e imagen, que nos responden con mucha amabilidad, a la vez que nos informan que Nyome cobra 200 libras, más un 20% para la agencia por responder a unas cuatro o cinco preguntas vía email. No hace distinciones en cuanto a medios escritos, quiere cobrar por hablar de la polémica, a pesar de ser una abanderada del movimiento body positive que aboga por la aceptación de todos los tipos de cuerpo, sin importar el color, forma o el peso. Marcas como las farmacias Boots, las más conocidas del Reino Unido, Dove o Adidas, la han contratado para su publicidad.
A ella se le debe el cambio en la política sobre las imágenes de desnudez en Instagram. «Todos los días se pueden encontrar millones de fotos de mujeres blancas desnudas y muy delgadas en Instagram, ¿pero una mujer negra y gorda que celebra su cuerpo está vetada? Fue impactante para mí. Siento que estoy siendo silenciada», dijo en su momento, para luego celebrar el cambio en la normativa de la plataforma como «un gran paso». De hecho, el director de Instagram, Adam Mosseri, le envió un correo electrónico a Nyome para disculparse personalmente. La modelo brasileña, Raissa Galvão, con 300.000 seguidores y un perfil similar al de su colega londinense, no ha reaccionado a la polémica.
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El Instituto de las Mujeres no tiene pensado retirar la campaña. Con esta polémica sobre el diseño y a pesar de haberse reconocido los errores, se ha conseguido con apenas cinco mil euros, un impacto publicitario de alcance internacional, algo impensable cuando este organismo la programó.
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