Rocío Carrasco, marcada por la desgracia

Pilar Vidal

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08/04/2021
Actualizado a las 13:27h.

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Tuvo una infancia privilegiada. Rocío Carrasco vivió rodeada del amor de sus padres, dos grandes en lo suyo. Pedro Carrasco , el mejor boxeador de este país y Rocío Jurado , una voz prodigiosa de fama mundial. Pudo y supo disfrutar de los lujos y privilegios que ellos le pudieron dar. Y fue una joven rebelde que se escapó por amor con el primer joven que le escribió cartas y le prometió la luna. Un cuento que estaba destinado a tener un trágico final .

Con Argentona como escenario y compartiendo piso con unos desconocidos comenzó a madurar Rocío Carrasco y yo me atrevería a decir que a valorar las cosas. Por eso ahora reconoce orgullosa que no es materialista ni lo ha sido. Y eso que su madre le dejó toda su fortuna para que nunca le faltase de nada, ni a ella ni a sus hijos. Si es que no los perdía antes, por eso no los incluyó en el testamento a pesar de estar loca con ellos. Fue una visionaria. Porque sabía lo que pasaba dentro de su casa aunque en muchas ocasiones hizo primar a la artista. Rocío Carrasco comenzó a coquetear con la prensa durante su fugaz noviazgo y posterior matrimonio. Así ganaba dinero fácil . Y por eso muchos hoy la crucifican por haber vendido su vida en el pasado y no haber sabido respetar que quisiera estar fuera del circuito durante muchos años. El silencio que iba a ser su cura, sirvió a otros para dibujar de ella una opinión muy negativa; la de mala madre, altiva, pasota, creída... todo valía para desprestigiarla. Se fue un trozo de ella el día que su padre falleció.

Perdió su niñez. Y aún hoy llora y le reclama a su exmujer no haberle dado el reloj de su padre, el que llevaba grabado la fecha de la boda con su madre Rocío Jurado . Se quedó tranquila por su última conversación en la que se perdonaron. Su familia la ha criticado y como ella dice han dado un giro de 180 grados por resquemor a algo que no consideran justo, pero que en el próximo capítulo detallará. Que triste tener que ir con tus hijos pequeños al juzgado para ser psicoanalizados por un equipo profesional. Y todo por luchar por su custodia, que consiguió pero cuya felicidad le duró poco. No le dio un respiro hasta conseguir que sus hijos la odiaran y se alejaran de ella. Tampoco la han dejado disfrutar de la segunda oportunidad que le dio al amor con Fidel Albiac . Y por más que proclame su cariño a los cuatro vientos, la gente sigue demonizándole y acusándole de tenerla abducida. Tampoco tuvo suerte con las tatas, ni con el chófer, ni con algunas que iban de íntimas amigas. Todos la traicionaron en un plató por un puñado de euros. Y sin embargo ella, a pesar de que ellos si la han descalificado, no necesita insultarles.

Se limita a decir que con sus actos se retratan. Y a todo esto hay que sumar un accidente casi mortal. Y todo con apenas treinta años. Que juventud tan desgraciada e irrecuperable. Igual que sus hijos, a los que ha perdido en esta sangrienta batalla que por desgracia viven muchas exparejas malavenidas. Y eso que estamos en el capítulo seis. Y a estas alturas aún hay gente que duda de su testimonio. No creo que esté muy orgullosa de desnudar su alma de esta manera. Si sirve como bálsamo o terapia bienvenido sea. Porque estos asuntos, como ella misma ha dicho, los ha judicializado. Y aunque la justicia es lenta, ella cree en ella. Aislada y odiada personal y profesionalmente. Así renace la nueva Rocío Carrasco, desde cero. ¿No querían tanto que hablara?. Ahora no saben como digerir su testimonio documentado. Tomen asiento que aún queda mucho por contar.