Así era la relación entre Verónica Forqué y su hija, virgen María

«No intima tanto, no quiere a todo el mundo ni le cuenta a todo el mundo todo a la primera, como hago yo. Es muy lista». Así de orgullosa se mostraba la actriz con su pequeña

Verónica Forque y su hija María Gtres

Antonio Albert

En los últimos años, madre e hija hacían siempre dos viajes juntas al año: uno en verano, otro en navidades. La relación entre ambas era de amor absoluto, de apoyo incondicional, como pudimos apreciar en la visita de María Forqué (31 años) al plató de ‘MasterChef’ cuando más lo necesitaba Verónica : «¡Eres una guerrera y te amo! Mi corazón, para ti siempre», le decía a su madre, que rompía a llorar emocionada. Aquello fue un remanso de paz en el fragor de una batalla que la actriz no supo gestionar. «La quiero mucho. Hablamos mucho, siempre hablamos mucho porque ella es más observadora. No intima tanto, no quiere a todo el mundo ni le cuenta a todo el mundo todo a la primera, como hago yo. Es muy lista». Así de orgullosa se mostraba Verónica , que dejaba de lado cualquier atisbo de divismo para mostrarse como lo que era, una madre que adora a su pequeña. De su inteligencia, de su valor, de su atrevimiento... De todo lo bueno que tenía -que tiene- María, siempre hablaba Verónica en las entrevistas. La madre presumiendo de aquello que ella apreciaba en su hija y que, precisamente, ella parecía necesitar: «Es muy feliz, muy madura, no se complica la vida por nada». En eso, como en otras cosas, fueron muy distintas.

Instagram

Conocida por una campaña publicitaria de Loewe que se hizo viral y en la que también participaron las sobrinas de Ana Belén y Esperanza Aguirre , María pronto rompió con el estereotipo que lanzaba la campaña.

Tuvo una epifanía creativa en un viaje a Tailandia donde se enamoró de un faquir, tuvo serios problemas de alimentación, sufrió porque no quería tener pecho, estudió Bellas Artes, vivió en Nueva York e imbuida por las vanguardias, abrazó el arte digital manteniendo el efecto rompedor de las performances y los desnudos. Una foto en la bañera, metida en litros de sangre, fue su primer ‘hit’ artístico. María se convirtió en ‘virgen María’, la provocadora que hace caja con sus creaciones. Más que un pseudónimo, una marca. Todo vale para comunicar, desde Twitch o Instagram. También tiene dos perfiles en OnlyFans -uno artístico y otro, más erótico por explícito- con los que asegura ganar más de 5.000 euros al mes. En las redes rompe con la monotonía de la realidad, que detesta por aburrida. Frente a eso, ella recurre a «un mundo de perversión y oscuridad» que le ha valido calificativos como excéntrica .

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