La Reina Isabel II y su mayor sacrificio

Los veterinarios reales han tenido que sacrificar 26 cisnes por la gripe aviar

La Reina Isabel II

ABC

A la Reina Isabel II de Inglaterra se le acumulan los problemas. A su delicado estado de salud y los quebraderos de cabeza ocasionados por su hijo el príncipe Andrés y las amenazas de su nieto el príncipe Harry se ha unido un brote de gripe aviar en las inmediaciones de palacio que ha obligado a tener que sacrificar 26 cisnes reales.

Según ha publicado 'The Sun Online' al menos seis de las aves murieron a causa de la enfermedad en medio de los temores de que el virus se propague. En total ya han muerto 33 aves en una zona de unos 3 km, en la que se estima hay entre 150 y 200 cisnes.

El Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales llamó a los veterinarios del centro de rescate Swan Lifeline para sacrificar a los cisnes. Cada verano se lleva a cabo un inventario anual tradicional de cisnes en el río Támesis.

Conocida como Swan Upping, la ceremonia se remonta al siglo XII cuando la Corona reclamó la propiedad de todos los cisnes mudos sin marcar en aguas abiertas en Gran Bretaña. Hoy, la Reina ejerce este derecho solo en ciertos tramos del río Támesis y los afluentes circundantes. La propiedad se comparte con la Worshipful Company of Vintners y la Worshipful Company of Dyers, a quienes la Corona les otorgó derechos de propiedad en el siglo XV.

Swan Uppping ahora sirve como un control de salud anual cuando los cisnes y los pollitos se pesan, se anillan y se revisan para detectar signos de enfermedad o lesión.

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