Raquel Bollo: «Isabel Pantoja ha perdido la cabeza»

A Raquel Bollo , con la PCR recién hecha, la han castigado sentándola sola en mitad del icónico pasillo de Telecinco. Así, aislada, como escarmiento por la fiesta del primer cumpleaños de su nieta Alba en la que no había ni mascarillas, ni distancia social, ni aforo limitado, ha empezado su intervención en «Domingo Deluxe» ; pidiendo perdón y asumiendo responsabilidades.

Raquel, como dice la «promo» de «Sálvame», se había pasado las medidas contra la pandemia por el Bollo. Así que, como acto de contricción, es la primera invitada con mascarilla. Pero el castigo dura lo justo para llevarla a plató, donde el pelotón de fusilamiento de colaboradores confirma que el escándalo pandémico sólo es una excusa: vamos al meollo, Isabel Pantoja y la fauna de Cantora. Sin embargo, Raquel deja claro que ha recibido varias ofertas del programa para hablar de la tonadillera, el hijo DJ, la hija adoptiva y la sobrina influencer, y que no va a chapotear en el fango de la herencia envenenada. Tranquilos, ha llegado el día. E incluso ha dado un buen titular.

Recurriendo a Charo Vega , a la que entrevistaron la víspera, sacan a relucir anécdotas íntimas de Isabel, a la que presentan como una mujer manipulada por su hermano Agustín , «que le ha lavado el cerebro». «Isabel nunca se ha enfadado conmigo. Pero Isabel Pantoja es una mujer que si necesita abrirse, se abre entera, pero ahora hay cosas de las que no quiere hablar. Yo he estado mandándole mensajes y sólo ha contestado a cosas de mis nietas. A buen entendedor…».

Raquel sabe que la Pantoja lo está pasando muy mal desde que se estrenó «La herencia envenenada» : «Yo quiero a Isabel y adoro a Kiko . Me da igual que Kiko tenga o no razón, yo lo que le dije es no podía ir a un plató para hablar mal de su madre. Es antinatural. La cosas en privado tienen mejor arreglo. Por lo que yo sé, Kiko lo intentó. Pero ahora todo queda escrito, queda dicho, y es difícil arreglar eso. Estoy segura de que si hubieran hablado, si ella le hubiera explicado lo que pasó con el dinero, nada de todo esto habría pasado».

Raquel, que siempre ha sido adalid de la tonadillera, reconoce que no es la misma desde que estalló el escándalo familiar: «A Isabel le puede dar rabia cuando escucha a su hijo, y estoy segura que luego se mete en el cuarto a llorar. Ha perdido la cabeza : también hay que entender que Isabel se ve ahora y, con lo que ella ha sido… Es normal. Y con lo que ha pasado en la vida, en la cárcel, que eso pasa factura. En "Supervivientes" volvió a tener ganas de vivir y ahora ha vuelto a encerrarse: ella ahora reacciona así cuando las cosas van mal. También sé que dentro de un tiempo se va arrepentir lo más grande. Para mí, además de todo el tema económico, el principal error ha sido no hablar con su hijo». Con quien debería hablar es con Agustín, que ha amenazado a los hijos de Isabel con ponerles demandas. Su hermana nunca le ha dicho que dejara de amenazarles con medidas judiciales.

Raquel reconoce que le despistan las decisiones de su amiga, como esas llamadas telefónicas fuera de tono, o cuando LA llamaba al programa «Sálvame» para que contara barbaridades de su propia hija, a lo que la Bollo se negaba porque sabía que era uno de sus «arrebatos» que se le pasaban al día siguiente. Diva y soberbia son calificativos habituales que recibe la Pantoja. Escuchando todo esto, se quedan cortos.