Julia Janeiro responde a una de sus críticas más duras: «Eres muy joven para desnudarte. Luego, no llores»

El salto a la fama de Julia Janeiro desde que cumpliese los 18 años, el pasado 18 de abril, ha provocado numerosos comentarios sobre su infancia y adolescencia . Desde que alcanzase la mayoría de edad, el abogado de la familia del diestro se encarga de analizar todo lo que se cuente sobre la hija de Jesulín de Ubrique y los comentarios que recibe en redes sociales para saber si estas acusaciones vulneran sus derechos fundamentales.

La primogénita del diestro con María José Campanario ya apuntaba maneras desde adolescente y el día que perdió el anonimato decidió que su futuro lo quería enfocar a las redes sociales para dedicarse a su gran pasión: el mundo de moda. Tardó unos meses en dar el paso, pero por fin la joven debutó a principios de este mes de junio como influencer en Instagram, grabando un vídeo en el que anunciaba su primer trabajo como influencer promocionando una marca pequeña de gafas de sol.

El trabajo de las influencer es más complicado de lo que parece y más si eres hija de padres famosos. La joven está sometida a diario al escrutinio del ojo público. Decenas de comentarios, tanto positivos como negativos, llenan a diario sus redes sociales. A pesar de que la mayoría de famosos no suele entrar en las provocaciones, Julia no ha podido más y ha respondido a una de sus seguidoras que le decía: «Eres muy joven para desnudarte tanto en las redes por ganar seguidores. Respétate y si no, luego no llores ante las críticas. Es un consejo como mujer ».

Ante esto, la hija del diestro ha comentado en sus 'stories' de la red social: «Mensajes así me llegan continuamente. Para empezar, como mujer puedo hacer y enseñar lo que me parezca o no. Como mujer, puedo tomar las decisiones que vea convenientes. Y como mujer, muchas de vosotras tendríais que evitar hacer este tipo de comentarios dañinos hacia otras mujeres. Queréis respeto e igualdad pero entre nosotras somos las peores . Lo mejor de todo es que todos esos comentarios que recibo vienen de mujeres que, por edad, podrían ser perfectamente mi madre o, incluso, mi abuela. Hay que cambiar mucho el chip».