Almudena Cid da un golpe en la mesa tras separarse de Christian Gálvez: «Me he sentido tan engañada»

La sobreexposición del nuevo amor está siendo difícil, incómodo y desgarrador

El plan secreto de Cid que deja claro su estado de ánimo

Gálvez y Cid, en un evento en 2018 GTRES | Vídeo: EP
Saúl Ortiz

Saúl Ortiz

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Hace poco más de veinte semanas, Christian Gálvez pregonaba su amor por ella en las redes sociales. Almudena Cid compartía con sus seguidores los mensajes de una pasión que, por aquel entonces, no era más que ceniza reposando sobre la cama. Hacía pocos días que la gimnasta y el presentador habían celebrado su décimo aniversario de boda y todo parecía estar en su sitio. Ninguno de los dos aparentaba tener dudas sobre unos sentimientos que nacieron al calor de los focos y que, ironías del destino, han quedado deshilachados, cuestionados y humillados entre luces y cámaras.

Almudena bebía los vientos por él. Sentía que Christian era el mejor compañero que podía tener. A fin de cuentas ambos habían demostrado que con amor y paciencia hasta el más farragoso de los problemas podía resolverse. Algo cambió de repente. Cid empezó a notar que que Gálvez había alterado sus formas caballerosas, que no era el mismo. Fue cuando pidió un poco de oxígeno para poder estudiar, a fondo, el guion de la obra de teatro 'Una historia de amor' que, tras triunfar en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, girará por toda España. No fue una ruptura ni tampoco se disfrazó de adiós temporal. Ambos entendieron que la petición de Almudena era casi un grito de auxilio en tiempos de máxima presión .

A partir de entonces, todo fue muy rápido. Demasiado. El anuncio de la separación fue categórico y los rumores empezaron a acumularse en las esquinas de ese plácido hogar en el que convivían. Almudena sabía que algo estaba pasando, que no era casual tanta celeridad en los movimientos. Perpleja, sostenida por su familia y los compañeros de teatro, preguntó hasta quedar sin aliento. Christian había empezado una relación con Patricia Pardo y si las fechas no encajan, menos lo hacen los sentimientos.

Gálvez, de paseo (y de la mano) de Patricia Pardo este fin de semana GTRES

La sobreexposición del nuevo amor está siendo difícil, incómodo y desgarrador. La actriz está destrozada y se recompone, como puede, de un golpe demasiado certero. Asiste impávida a ese enamoramiento repentino y televisado de su ex y llora de impotencia ante lo que considera un engaño. Dice poco, pues no es necesario expresarse con frases inacabables para empatizar con su dolor: «Me he sentido tan engañada… Ahora necesito comportarme acorde a mis valores. Quizás algún día se sepa todo», repite con una dulzura quebrada por la traición.

Almudena no está bien. Su entorno más próximo ha cerrado filas en torno a ella y se ocupa de que pase sola el menor tiempo posible. La casa de los amigos en la que vive desde entonces se le cae encima por todos esos recuerdos de lo que ahora, piensa, fue una farsa. Un matrimonio que parecía el extracto almibarado de un cuento de hadas pero que, con la perspectiva del dolor punzante y devastador, no fue más que un canto de sirena: «No se con quién estuve», expresa Almudena, sin pedir nada a cambio, sin aspavientos y sin hacer de su sufrimiento un espectáculo. Una rosa no florece en cuatro días.

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