Cuando este viernes, sobre el circuito de Sepang, los pilotos se bajaron de sus coches después de la disputa de los segundos entrenamientos libres del GP de Malasia, todos miraron con cara resignada a la tabla de tiempos mientras bebían agua para paliar el sofocante calor. Al frente de la clasificación, un nombre, el de Nico Rosberg. Al igual que unas horas antes en los primeros libres, un Mercedes había controlado sin demasiado sufrimiento la sesión. Sólo se ha completado un gran premio y estamos en medio del segundo, pero ya son muchos los que colocan el cartel de indiscutibles favoritos a los corredores de las flechas plateadas.
El dominio de Mercedes se tiene que confirmar sobre la pista aún, pero es cierto que los vientos de la Fórmula 1 les están siendo muy favorables. Aún es muy pronto para bajar a Red Bull del trono, pero en Mercedes han sabido ganar presencia en las últimas temporadas, hasta que ha llegado su momento en este 2014. Todos están de acuerdo en una cosa: en rendimiento puro a una vuelta o en condiciones de carrera, ellos están un paso por delante. Otro asunto sería unir factores como la fiabilidad de los motores, que ya obligó a Lewis Hamilton a abandonar en Melbourne, o comprobar cómo se adaptan a los compuestos más duros este año, pero a día de hoy son los rivales a batir por todos los demás.
Nico Rosberg lidera ahora la clasificación general de pilotos y nada hace pensar que eso vaya a cambiar el domingo, salvo abandono. El alemán ha encontrado su mejor estado de forma después de muchos años de deambular y prometer mucho sin acabar de cuajar. Ahora, con un monoplaza superior, está ante la mejor oportunidad de emular a su padre y convertirse en campeón del mundo de Fórmula 1. Los Rosberg, entonces, igualarían a la dinastía de los Hill, cuando Damon conquistó el título, al igual que su padre Graham.
Antes, tendrá que vérselas con Hamilton. El abandono del británico en Australia puede ser vital a la hora de decidir el Mundial, si es que se convierte en una lucha de dos entre los corredores de Mercedes, tal y como se prevé. Hamilton, campeón en 2008, parte como el teórico favorito y líder de la escudería con más jefes de la parrilla y sobre la que aún sobrevuela la alargada sombra de Ross Brawn, supuestamente jubilado. Sin embargo, todo esto puede cambiar si Hamilton no es capaz de superar a Rosberg. De cara al público y la prensa, tanto uno como otro han asegurado que la rivalidad será totalmente sana, por lo que no veremos un nuevo caso similar al de Ayrton Senna y Alain Prost... o al del propio Hamilton con Alonso.
McLaren y Ferrari pierden protagonismo
En la historia de la Fórmula 1 ha habido en cada época una o varias grandes escuderías que han dominado, mientras que otras se quedaban por detrás. Antaño eran Brabham, Tyrrell o la Lotus de Colin Chapman. Después llegaron las distintas épocas de Williams, McLaren, o Benetton-Renault... pero siempre con Ferrari entre medias. La escuadra italiana es la única que se mantiene indemne desde el inicio de los tiempos de los monoplazas, y por eso está considerada prácticamente sinónimo de Fórmula 1. La historia reciente, para los más jóvenes, colocan al ‘Cavallino’ en lo más alto, debido al extraordinario dominio de Michael Schumacher, pero no siempre fue así. La escudería italiana estuvo 16 años sin lograr un campeonato de constructores (1983-1999) y 21 uno de pilotos (1979-2000).
Ahora parecen haber vuelto a una época algo gris. Desde 2007, y aquel año fue gracias a la descalificación de McLaren, Ferrari no ha vuelto a lo más alto de ninguno de los dos campeonatos. El dominio absoluto de Red Bull ha impedido a Fernando Alonso alzarse con un título que, por sus actuaciones en pista y según sus propios rivales, bien hubiera merecido. Ahora mismo está en ese punto en el que puede regresar a lo más alto... o mantenerse en el ostracismo otra temporada más. Algo así le ha ocurrido a McLaren. La temporada 2012 ha sido la más desastrosa para los de Woking desde hacía casi tres décadas, aunque el podio del joven Kevin Magnussen (su gran promesa de futuro) les ha devuelto la esperanza.
No obstante, tanto una como otra han perdido bastante fuerza en el campo político de la Fórmula 1. No es casual que el ascenso deportivo de Mercedes coincida con las buenas relaciones en el barro administrativo que tienen sus dirigentes con los máximos responsables de este deporte, con Bernie Ecclestone a la cabeza. El aún mandamás de la Fórmula 1 sabe que, bien por su edad -84 años-, bien por sus innumerables casos judiciales, su reinado en la competición está llegando a su fin. Toca elegir sucesor, y uno de los mejor posicionados es el joven Toto Wolff. Después de la negativa de Christian Horner de convertirse en su delfín, el actual director ejecutivo de Mercedes se ha colocado en la primera posición de la parrilla de la herencia de ‘Mr. E’. Y eso, a la hora de negociar tal o cual normativa, beneficia mucho más que ganar cinco campeonatos seguidos.