En breve:
Pastor Maldonado afronta su tercera temporada entre el optimismo y la incertidumbre. El venezolano logró el año pasado lo que muchos no han conseguido en toda su carrera: ganar un Gran Premio. Lo hizo en Montmeló y se convirtió en un héroe en un país que, de la mano del fallecido Hugo Chávez (que veía al ex campeón de la GP2 como un ejemplo para la juventud), le idolatra y le sustenta económicamente. Fue el punto álgido de una temporada con demasiadas decepciones ya que el sudamericano solo fue capaz de puntuar en cinco de las veinte carreras del campeonato y pasó del éxito más absoluto a quedarse las ocho pruebas siguientes con el casillero a cero. Su compañero, Bruno Senna, fue capaz de sumar en el doble de pruebas, eso sí, lejos de los puestos de honor.
Maldonado ha demostrado en sus dos años en la Fórmula 1 que es un piloto rápido y osado (a veces, incluso, rozando la imprudencia) pero este año tiene que demostrar cierta regularidad en una escudería que, pese a no estar entre las favoritas, cuenta con una historia respetable y un monoplaza con interesantes e innovadoras soluciones aerodinámicas.
Pese a su irregularidad, Pastor Rafael Maldonado Motta está llamado a ser uno de los grandes animadores de la Fórmula 1 en los próximos años. 'Pastorcito', como le llaman aquellos que le han visto crecer desde que comenzara a competir en kárting a los cuatro años, llegó al circo de las cuatro ruedas con el aval deportivo y el petróleo como patrocinador. El equipo Williams realizó una apuesta arriesgada con este joven de 25 años valiente cada vez que se sube al monoplaza, con ganas de contagiar su espíritu revolucionario y demostrar que no se equivocaron al prescindir de otros valor al alza como el alemán Hülkenberg, con quien, curiosamente, formó tándem en el ART Grand Prix en el año 2009.
Maldonado está decidido a ser el primer venezolano que hace carrera larga en la F-1, después de las apariciones fugaces de Ettore Chimeri y Piero Drogo, y las intentonas de Johnny Cecotto, que participó en 1983 y 1984. Mimbres para lograrlo tiene. Lleva la velocidad en la sangre, heredada de su padre, Pastor, y sus tíos Johnny y Manuel, y acumula la formación necesaria (Fórmula A, Fórmula Renault, Fórmula 3000, World Series by Renault y GP2) para confirmar que sus títulos 'menores', su condición de mejor rookie de GP2 en 2007 y su récord de seis triunfos consecutivos en 2010 hasta coronarse en Monza -uno de sus circuitos preferidos junto al de Spa o Mónaco- pueden tener un exitoso epílogo codeándose con Fernando Alonso, Lewis Hamilton o Sebastian Vettel.
Su relación con Chávez le situó en el centro de la polémica, algo que, lejos de rehuir, alimentó en sus discursos públicos y su relación con la afición a través de las redes sociales. En sus funerales, fue uno de los guardias de honor junto al féretro del presidente. Porque 'Pastorcito' ya no es el niño travieso y alegre que amenizaba las reuniones familiares. Desde que recibió su instrucción en el liceo Militar Libertador formó sus convicciones personales y entendió que sin sacrificio nunca llegaría a lograr las metas que se propusiera. Y ahora que ha llegado su momento no está dispuesto a que ningún runrún que no sea el del motor de su Williams le aparte del camino que le han marcado sus duros entrenamientos y una revisión de su dieta para ser el más ligero, dentro y fuera de las pistas, para demostrar el talento y la disciplina que le preceden y acallar las críticas de aquellos que le consideran veloz, pero siempre errático.