![Kimi Räikkönen sabe lo que hace](/RC/201303/13/Media/raikkonen--647x231.jpg)
Ficha técnica:
“Dejadme sólo, sé lo que estoy haciendo”. Una frase que pasará a la historia de la Fórmula 1, entre tantas otras, que salió de la malhablada boca del campeón del mundo de 2007. Kimi Räikkönen no es un piloto cualquiera. Después de dejar el barro y el polvo de los rallies para retornar al asfalto impoluto de la F1, en el asiento que iba a estar reservado a Robert Kubica, el 'hombre de hielo' demostró que el su regreso distaba mucho del protagonizado por Michael Schumacher. Con una victoria -la memorable de Abu Dabi-, siete podios y dos vueltas rápidas. Un balance que, para el ultracompetitivo Raikkönen, le supo a poco.
El campeón de 2007 dejó el volante de Ferrari en 2009 para probar en los rallies y después coquetear con la Nascar. Se aburría de la Fórmula 1, de las constantes idas y venidas para eventos publicitarios. No le gustaba tampoco hablar con los ingenieros. A él sólo tenían que darle un coche, él lo pilotaba, y al volver al 'box' se metía en su habitación. Poco hablador y seco, de rictus habitualmente serio, pero con un lado juerguista y fiestero en extremo cuando se desmelena, Räikkönen es un ejemplo más de la extensísima escuela de conducción finlandesa.
Nacido en Espoo (Finlandia) en 1979, acumula 19 victorias y 69 podios desde que saltó a la F1 en 2001. Ya en su tercer año (2003) se quedó a las puertas de la gloria. Fue subcampeón en el mundial de pilotos a tan solo dos puntos de un Schumacher que sufrió lo suyo para sostenerle. En 2005, su temporada con más triunfos (siete), volvió a rozar el oro, pero se topó con Fernando Alonso. Y finalmente, el salto a Ferrari le consagró en 2007. Después de ser el piloto con más victorias del año, las luchas cainitas en el seno de McLaren le brindaron en bandeja de plata su primer y, por el momento, único campeonato. Un vibrante triunfo en Interlagos le dio uno de los mundiales más disputados de la historia. Lo ganó por un escaso punto de diferencia con respecto a Alonso y Hamilton, empatados a 109.
En su regreso a Lotus, demostró que ahora sí acepta la idiosincrasia de la Fórmula 1. Sus ya famosas frases se han convertido en eslóganes impresos en camisetas, sudaderas y en el imaginario colectivo de la Fórmula 1. Este año, el E21 de Lotus puede dar alguna que otra sorpresa. Kimi volverá a dar guerra para colarse entre los gallitos del corral. Aunque su cara no lo demuestre, está dispuesto a presentar batalla.