A estas alturas de la temporada pasada había muy pocas cosas claras en la Fórmula 1. La principal incógnita era saber quién iba a proclamarse campeón del mundo, si bien ya se sospechaba que iba a ser cosa de dos. Pero otra de las grandes dudas era el futuro de Lewis Hamilton, y se anunció su salida de McLaren para fichar por Mercedes en sustitución de Michael Schumacher. Muchos vieron en este audaz movimiento un error por parte del británico, pero el tiempo se ha encargado de darle la razón.
Lewis Hamilton ha encontrado el sitio perfecto bajo las órdenes de Ross Brawn, Niki Lauda y demás responsables de la escudería de las flechas plateadas. Con McLaren a punto de cuajar su peor temporada, el campeón del mundo de 2008 ha sido durante toda la campaña una de las pocas alternativas que ha respondido al dominio de Sebastian Vettel. Tanto él como Nico Rosberg llevan demostrando en este 2013 que Mercedes está sólo un paso por detrás de Red Bull, y únicamente los problemas de principio de temporada con los neumáticos les han privado de luchar de tú a tú por el campeonato.
Uno de los ejemplos de esta presumible alternancia con Red Bull llega en Corea. Como ocurriera en otros circuitos estrechos, ‘ratoneros’ y, en definitiva, de características urbanas o semiurbanas, Hamilton y Rosberg han sabido intercalarse entre los hombres comandados por Christian Horner y Adrian Newey. Por primera vez desde el 28 de junio, es decir, cinco grandes premios después del GP de Gran Bretaña, Sebastian Vettel no acabó un viernes al frente de la tabla de tiempos. Esa pequeña victoria fue para un Hamilton exultante que quiere aprovechar el dubitativo momento que atraviesa Ferrari en este final de temporada para quedarse con el subcampeonato. Un premio bastante pobre para las sensaciones generales que ha dado Mercedes este año, pero ciertamente reconfortante: ser el primero de los ‘humanos’ por detrás del ‘sobrehumano’ Vettel.
Alonso, de más a menos
Hace varios grandes premios que dejó de ser noticia que Fernando Alonso no llegara siquiera al ‘top cinco’ en los tiempos de unos entrenamientos libres. El rendimiento del español a lomos del F138 ha ido cayendo a lo largo de la temporada de manera progresiva, y ahora ha acabado en una deriva que sólo se salva los domingos, actuación magistral del español mediante. Este viernes en Corea fue sexto y séptimo en cada sesión. Con esos mimbres, poco podrá hacer para pelear por una hipotética ‘pole’. Si el tifón Fitow le ayuda, puede que sepa encontrar el hueco y sorprender a sus rivales, pero en condiciones normales lo tendrá muy complicado. Otra vez.
Y eso que Corea es el escenario de una de sus victorias más completas como piloto de Ferrari. La logró en 2010, cita inaugural en este circuito, y siempre la considera una de las más especiales. Aquella victoria le permitió confirmar su candidatura al título de campeón, algo que este año no se podrá repetir. Y es que Vettel está demasiado lejos. Un hipotético abandono del alemán y una victoria del asturiano sería el mejor resultado posible para sus opciones, pero aún tendría que esperar otro milagro similar para llegar con opciones serias a Brasil.
En Ferrari cuentan con que el domingo la lluvia les eche un cable. Si es carrera en mojado, todos los datos recopilados este viernes servirán de muy poco, lo que puede ser una baza a favor de Alonso. Mientras Vettel y Hamilton se muestren tan fuertes con el trazado seco, poco podrá hacer.
