Aún resuenan en los alrededores de Interlagos los últimos temblores de los motores V8 que se dedicaron a explotar los miembros de los equipos de Fórmula 1 este domingo. En esta jornada de resaca de gran premio, todavía queda mucho que analizar y muchas imágenes que guardar en la mente antes de poner el foco en un 2014 que ya se viene encima.
Una mente analítica como la de Fernando Alonso estará ahora mismo trabajando aún a más de 10.000 revoluciones. Puede estar pensando en qué momento de la carrera de este domingo podría haber mejorado, qué hubiera pasado si la lluvia hubiese aparecido como se esperaba o qué trazada hubiera sido mejor para ganar tal o cuál décima en tal o cuál curva. De nada sirve ya darle vueltas a un gran premio que sirvió, además de para que Vettel igualara otros dos récords, para muchas despedidas o cambios. Y es que si se ha creado una gran expectación en torno a lo que vaya a suceder en 2014, buena parte de culpa es por las inmensas novedades que van a producirse.
Fernando Alonso ha cerrado la temporada 2013 con dos victorias, nueve podios, dos vueltas rápidas, 89 vueltas en cabeza (un 7,9%) y 242 puntos finales. Todo ello sin ninguna ppole' -ya van 29 carreras sin salir desde el primer lugar de parrilla- y ni siquiera una primera fila -su mejor clasificación en sábado ha sido un tercer puesto-. La traducción de estos datos se ha concretado, en definitiva, en un nuevo subcampeonato, el tercero en la cuenta personal del piloto asturiano, los mismos que consiguieron Graham Hill y Nigel Mansell.
En frío, los datos no son malos del todo. Muchos campeonatos se han decidido con cifras peores a las que ha marcado Alonso con un coche que en ningún momento se mostró superior, y que se acabó de hundir con ese endurecimiento de Pirelli en verano que tan bien le vino a Red Bull y a Sebastian Vettel.
Sin poles no hay paraíso
Sin embargo, en comparación con las cifras de Vettel, lo que ha hecho Alonso es poco más que una temporada gris. Trece victorias, dieciséis podios, siete vueltas rápidas, 684 vueltas en cabeza (un 60,5%) y 397 puntos finales que, incluso, le habrían valido para proclamarse él solo subcampeón del mundo de constructores. La clave, la gran diferencia, entre Vettel y Alonso llega en el apartado de poles: trece del alemán por un rotundo, redondo y contundente cero del español. Alonso no ha sido capaz de liderar una tabla de tiempos en una Q3 nunca en este 2013, y de hecho hay que remontarse a aquella extraña carrera de Alemania 2012 para ver su última pole.
El que sale primero, tiene menos probabilidades de accidentes y necesita adelantar menos. Es una obviedad que, no obstante, no es tan fácil de aceptar. Red Bull ha conseguido un dominio total en este campo, y si una máquina casi perfecta se pone en las manos de uno de los pilotos con más talento a una vuelta, está claro que la pelea por las 'poles' va a estar más que decidida desde el principio. Ferrari tendrá que trabajar mucho de cara a 2014 si quiere recuperar una hegemonía que en tiempos de Michael Schumacher tenían más que confirmada.
Toca mejorar. Ese es el mensaje que se saca de 2013. Fernando Alonso, tras la carrera de Brasil, aún con las sensaciones en caliente, recordaba que aún no ha ganado en el trazado paulista ya que, “por unas cosas o por otras”, siempre llegan “un poco justos” a final de temporada. Este recadito no es más que una de las muchas conclusiones a las que ha llegado el español en esta campaña que repasaba. “El mejor momento fue Barcelona, con la victoria en casa delante de todo el público, y el peor India. Pensábamos que podíamos hacer una buena carrera, clasificamos con los duros para tener una buena estrategia, y en la primera curva, cuando pierdes el morro fue un momento de frustración. Ya iban saliendo las cosas un poco mal, y para un gran premio que parecía que se enderezaban un poco fue un momento durillo...”, recordaba. Todo cambiará el año que viene: los motores V6 turbo, el nuevo sistema ERS -una evolución que, en teoría, mejora la idea del KERS-... y la llegada de Kimi Räikkönen. Fernando Alonso sólo ha conocido a Felipe Massa como piloto Ferrari a su lado, y el aterrizaje del finlandés supondrá todo un reto y, sobre todo, una incógnita. Kimi, que se ha librado del 'marrón' de la gala de la FIA después del tercer puesto obtenido por Mark Webber, se volverá a vestir de rojo y supondrá un rival mucho más duro que Massa para Alonso. “Los rumores son que habla poco y que está un poco más aislado, y eso es seguramente lo que puede echar de menos Ferrari, pero lo que tenemos que hacer ahora es pensar en hacer un buen coche en el equipo en invierno. Si el coche va bien como el Red Bull, da igual que haya Multi 21 o 35, ganas todas las carreras y el ambiente es estupendo. Si el coche va mal, puede haber más disputa”, describía Alonso sobre lo que espera de su próximo compañero.
Alonso dio con la clave: si el coche sale bien parido, el ambiente será mucho más relajado. En Maranello tienen unos meses de mucho trabajo, en el que tendrán que confirmar esa intención para derrocar el reinado de Red Bull. El futuro Ferrari 2014, del que aún no conocemos ni el nombre, supondrá una piedra de toque en una familia en la que la falta de resultados -entiéndase como campeonatos- empieza a agrietar las relaciones internas. El crédito de Stefano Domenicali como jefe de la escudería está cada vez más agotado, Luca Cordero di Montezemolo ha pedido reacción y el temor de una posible espantada de Alonso en dirección a McLaren está en el ambiente. Con estos hilos se tejerá una pretemporada 2014 que se augura tan apasionante como dubitativa.
