Sebastian Vettel se quedó a un paso del dominio total en Austin en 2012. Fue el más rápido en todas las sesiones de libres y en la clasificación y logró la vuelta rápida. Pero se quedó a un paso de la victoria, que fue para Lewis Hamilton. En este 2013 no quiere que le vuelta a ocurrir lo mismo. Por eso, y pese a que no comenzó con el mejor tiempo en los primeros libres, se despidió de la jornada inaugural en el circuito texano con el mejor crono, confirmando así que quiere seguir agrandando su ya abultada nómina de récords con una más el domingo.
El primer día en Austin comenzó con más complicaciones de las esperadas. La niebla que cubría el trazado texano hacía imposible no sólo rodar, sino algo mucho más importante: que el helicóptero médico pudiese volar. Esto provocó sendos retrasos hasta que, finalmente, pudieron salir 40 minutos después de lo previsto. Pero el lío no se había acabado. Cuando ya habían empezado a rodar varios monoplazas, el helicóptero seguía sin poder realizar su trabajo en caso de ser necesario. En esta ocasión, se había estropeado la antena por lo que se había quedado sin comunicación con la torre de control. De nuevo, bandera roja y todos a boxes. Finalmente, después de otros 20 minutos de espera, los pilotos pudieron disputar una ‘mini’ sesión en la que un sorprendente Fernando Alonso se colocó al frente de la tabla de tiempos, al superar in extremis a Jenson Button y a Valtteri Bottas. El de McLaren, no obstante, gozó durante muy poco tiempo de este pequeño éxito, ya que los comisarios le pillaron adelantando cuando estaban las banderas rojas desplegadas en pista, por lo que perderá tres posiciones en la parrilla de este sábado. Tampoco fue una sesión corriente para el tetracampeón del mundo Sebastian Vettel, que se tuvo que conformar con la decimoctava posición en la tabla de tiempos, después de dedicar el poco tiempo que estuvo en pista a probar distintas configuraciones de su RB9.
Desaparecida la niebla totalmente, y ya sin ningún factor meteorológico que impidiese el correcto desarrollo de la agenda prevista, la segunda sesión de entrenamientos libres se disputó con total normalidad. Esto es: con Vettel razonablemente tranquilo dominando, con Mark Webber a una prudencial distancia y los hombres de Mercedes por detrás. Tanto con neumáticos medios como con duros, Vettel ha conseguido stints muy prometedores, por lo que no será de extrañar que nuevamente se despida de otro circuito con un doblete de ‘pole’ y victoria.
Quien no estará ahí arriba, salvo sorpresa, será el propio Fernando Alonso. Después de la alegría suscitada en el box de Ferrari por la sorpresa de verse arriba, ni ellos mismos entendían por qué, la subida de la temperatura en la segunda tanda de libres les ha devuelto a la cruda realidad. El F138 funciona excepcionalmente bien con la pista fría, pero en cuanto el sol golpea el asfalto, el monoplaza rojo pierde intensidad. Si a esto le unimos que Alonso sólo está apto para competir, pero no está al 100%, no se puede esperar mucho más. En el cuello del piloto español se podían apreciar esas llamativas vendas de colores de kinesioterapia, que buscan reforzar la recuperación muscular tras el golpe sufrido en Abu Dabi hace dos semanas.
La jornada ha servido para ver de nuevo en pista a Heikki Kovalainen, que ha dejado además muy buenas sensaciones en su primer día de trabajo de nuevo para el equipo de Enstone (cabe recordar que Kovalainen ya corrió para el equipo Renault, cuya sede está ahora en manos de lo que hoy es Lotus). El finlandés se ha tomado en serio el papel de Kimi Räikkönen, recién operado en Salzburgo de la espalda, y ha sido el más rápido del resto; es decir: ha sido quinto, tras los Red Bull y los Mercedes. Ha sido un poco más rápido que los Sauber de Esteban Gutiérrez, espoleado por los miles de compatriotas mexicanos que han ido a arroparle a Texas, y de Nico Hülkenberg, que sigue haciendo unas actuaciones más que decentes para merecer un puesto en la parrilla de 2014 que, a día de hoy, no tiene.
Si el día comenzaba con una situación surrealista, también se ha cerrado con otro momento cómico. Max Chilton perdía el control de su monoplaza en la curva 20, debido al fuerte desgaste de los frenos en este circuito. Tanto fue así, que de sus ruedas salían llamaradas por los discos al rojo vivo. Los comisarios, lejos de preocuparse, llegaron al lugar con paso calmado sin apenas preocuparse por el monoplaza y comenzaron su labor para retirar el coche. La grúa levantó el MR02... y se quedó ahí. El peso había hundido el eje delantero del tractor, y se había quedado empanzado. Al final consiguió salir, no sin esfuerzo, y levantando algún comentario por radio de los pilotos que pasaban por ahí, como Felipe Massa. “Estos chicos no saben lo que hacen”, bromeaba el brasileño, al que se unía también Hülkenberg con «Jesús, ¡pero cuánto tardan en sacar el coche de ahí!». Todo quedó en una anécdota, afortunadamente.
