Bernie Ecclestone, el gran patrón de la Fórmula 1, será juzgado por corrupción en Alemania a finales de abril, acusado de haber pagado sobornos durante la venta en 2006 de los derechos comerciales del deporte del motor a un fondo de inversión. «Por el momento está previsto que el juicio empiece a finales de abril de 2014», anunció en un comunicado el tribunal de primera instancia de Múnich.
El multimillonario británico, de 83 años, quien ya avanzó que afirmará ser inocente ante el tribunal de Múnich, «renunciará a su cargo de director hasta que se cierre el caso», según anunció la sociedad gestora de la Fórmula 1 Delta Topco. «Ecclestone aseguró al Consejo de Administración que es inocente de las acusaciones y que tiene la intención de defenderse vigorosamente», indicó Delta Topco en un comunicado. «Ecclestone propuso, y el Consejo de Administración lo aceptó, renunciar a su cargo de director hasta que se cierre el caso», añadió. No obstante, la sociedad gestora de la F1 considera necesario «que Ecclestone continúe administrando la Fórmula 1 en el día a día, pero con mayor control del Consejo de Administración».
En este contexto, se considera probable que, si bien ya no firmará los contratos directamente, Ecclestone los siga negociando con las escuderías, los promotores o los dueños de los circuitos, entre otros, como lo ha venido haciendo con gran discreción desde los años 80. Ecclestone está acusado de pagar sobornos al banquero alemán Gerhard Gribkowsky que se ocupaba de la venta de los derechos de explotación comercial de la F1 al fondo de inversión británico CVC. En esa época, el banco público Bayern LB, donde trabajaba Gribkowsky, era el propietario de los derechos y CVC le compró por 839 millones de dólares los derechos de la disciplina reina del automovilismo.
La justicia alemana investiga desde hace dos años sobre unos 35 millones de euros girados por Ecclestone a Gribkowsky, en 2006 y 2007. En el mes de junio de 2012, Gribkowsky fue condenado a ocho años y medio de prisión en Múnich por ese escándalo. Gribkowsky confesó durante su juicio que había recibido ilegalmente dinero de parte del patrón de la Fórmula 1, en 2006 y 2007, incriminándolo.
Ecclestone dijo entonces que había sido chantajeado por el exbanquero, comentando que ese dinero era una forma de comprar su «silencio» por sumas de dinero que no había declarado al fisco británico. «Nunca hubo amenazas (explícitas) del tipo: 'o pagas o voy a ver al fisco'. Pero yo tenía ese pensamiento en mi cabeza», declaró entonces Ecclestone.
El dueño de la F1, quien siempre se cuidó de no poner los pies en Alemania desde que estalló el escándalo, fue a declarar a Múnich en aquel entonces a cambio de la promesa que no iba a ser arrestado durante su estancia. A finales de octubre la justicia suiza lanzó una investigación sobre otro caso de corrupción relacionado con él. El alto tribunal de Londres también le acusó en octubre de haber acordado un «pacto de corrupción» para intentar mantener su control sobre la Fórmula 1 y la justicia podría tomar una decisión en los próximos días, según la prensa alemana.