Con Fernando Alonso al frente de la ‘Scuderia por cuarta campaña consecutiva y Felipe Massa de segundo, Ferrari se presenta casi obligado a revivir momentos de gloria. Después de un lustro sin el título de pilotos y de cuatro años sin el de constructores, el equipo de Stefano Dominicali inicia el Mundial bajo presión. El fichaje de Pedro Martínez de la Rosa para integrar la nómina de pilotos probadores junto a Marc Gené y el italiano Davide Rigón se considera un gran valor añadido debido a la experiencia del catalán y a su excelente relación con el astro asturiano.
Presente desde 1950, con 16 títulos de constructores, 15 de pilotos y una legión de seguidores, la ‘Scuderia’ lo es todo en el ‘gran circo’. Enzo Ferrari fue su primer impulsor y el argentino José Froilán González ganó la primera carrera para ‘il cavallino rampante’ en el Gran Premio del Reino Unido de 1951. Un año después llegaría el primer título con el italiano Alberto Ascari, que repitió éxito en el ejercicio siguiente.
El mítico Juan Manuel Fangio, que ya había sumado tres títulos como piloto de Alfa Romeo, Maserati y Mercedes, logró el tetracampeonato con Ferrari en 1956. Solo dos años antes de morir, el inglés Mike Hawthorn consiguió el cetro en el 58. Los italianos siguieron sumando éxitos a principios de los sesenta, gracias al estadounidense Phil Hill (1961) y al británico John Surtees, el único capaz de ascender a lo más alto del podio en motociclismo y F1 (1964).
La aparición de escuderías como Brabham, Lotus o McLaren hizo sufrir una década oscura a los transalpinos, que no celebraron un nuevo entorchado mundial hasta 1975, de la mano del austriaco Niki Lauda. Dos años después fue el sudafricano Jody Scheckter quien dio al equipo rojo su novena corona secundado por Gilles Villeneuve. Este piloto canadiense protagonizó la mayor tragedia deportiva en la historia de Ferrari, al fallecer en un accidente en el GP de Bélgica de 1982. Pese no ganar ningún título, es uno de los pilotos más queridos y admirados de los ‘tifosi’ por su valentía y agresividad en la pista.
Ferrari tardó más de veinte años en volver a sonreír. El alemán Michael Schumacher fue el responsable del ‘risorgimento’. De 2000 a 2004 sumó cinco títulos consecutivos en los que, además, dominó con mano de hierro y corazón de ‘kaiser’. Luego llegaría ese galardón de Räikkönen. En su cuarto ejercicio con los italianos, el ‘guaje’ tiene la palabra.
El equipo continuó en 2012 con la reestructuración en su departamento técnico iniciada el año anterior. Se realizaron nuevas incorporaciones como las de Steve Clark o Hirohide Hamashima y se le dio un enfoque más agresivo al diseño del monoplaza El inicio de temporada no fue el deseado y el coche mostró estar lejos de sus rivales, pese a lograr una victoria en condiciones climáticas variables en Malasia. Las mejoras incorporadas al monoplaza funcionaron y Alonso consiguió ponerse líder del mundial mediada la temporada, tras una épica victoria en Valencia. Tras encadenar varios podios y afianzar el liderato, en buena medida por las retiradas de su máximo rival, Alonso fue embestido por Romain Grosjean en Bélgica y sufrió un toque con Kimi Räikkönen en Japón. Ambos incidentes le obligaron a retirarse en ambos grandes premios, lo que unido a la mejora del Red Bull le hizo perder el liderato frente a Sebastian Vettel en el Gran Premio de Corea. A pesar del esfuerzo de Ferrari y de Alonso, Vettel y Red Bull se proclamaron otra vez campeones . La ‘Scuderia’ conservó el segundo puesto en el Mundial de constructores. Ahora, se le exige dar un paso más en su evolución.