Llegaba Sebastian Vettel con todas las opciones para proclamarse campeón del mundo de 2012 en su primera oportunidad matemática para hacerlo. El alemán había dominado durante todo el fin de semana, y se había mostrado intratable, hasta el punto de que cualquier opción de acercarse a él era poco más que un sueño. Sin embargo, en Fórmula 1, como suelen repetir como un mantra los pilotos, los puntos se reparten el domingo.

Y es que pocos contaban con un Lewis Hamilton que ha brillado con luz propia en Austin, en el estreno de este circuito en el calendario del Mundial. El inglés ha protagonizado una de sus mejores carreras, protagonizando una lucha con Vettel que se resolvió en la vuelta 42 a su favor. Después de perseguir de manera incansable al alemán y enseñarle el morro durante varias vueltas, finalmente pudo con él en la zona de DRS... del que Vettel se quejó, impotente por no poder defenderse. Lejos queda ya la carrera de Abu Dabi, en la que el mismo mecanismo le sirvió en buena parte para poder culminar la remontada que le llevó desde el pit lane a la victoria. En cuanto Hamilton le pasó, Vettel no pudo más que resignarse a acercarse poco a poco, o a pelearle por la vuelta rápida de carrera que, finalmente, se llevó. Los lamentos del alemán hacia el DRS y hacia la actitud de un doblado, Narain Karthikeyan, no hacen más que confirmar la decepción de un Vettel que ya se sabía campeón.

Del 'sacrificio' de Massa al alternador de Webber

Para que Vettel amarrara el título, debía ganar y que Alonso no fuera cuarto, al menos. El español no defraudó y ya en la primera curva se había colocado en esa posición, después de arrancar en una inesperada séptima posición. Y es que Ferrari no dudó en utilizar todas las armas posibles, incluso las que no pueden colocar sobre pista. ¿Que Alonso sale por el lado sucio de la parrilla, donde se estimaba que se pierden dos plazas como poco? Pues se busca un recoveco en la normativa para permitirle partir desde el lado limpio, aunque eso implique 'sacrificar' a Massa. Unas horas antes de la salida, decidieron romper el sello de la FIA de la caja de cambios -sin sustituirla- para que el brasileño fuera penalizado con cinco posiciones y que Alonso ganara una plaza en la parrilla. Una estratagema que los más puristas no vieron con buenos ojos, como tampoco lo hicieron cuando Red Bull aprovechó en Abu Dabi para sustituir la caja de cambios y los reglajes de Sebastian Vettel para que este saliera desde el pit lane.

A Alonso los boxes casi le cuestan muy caros. Cuando estaba peleando con Kimi Raikkönen, un problema en el neumático trasero derecho le impidieron salir en condiciones para seguir luchando con solvencia con el finlandés al que, casualmente, también le falló la misma rueda en su parada en boxes. La pelea del español pasó a Jenson Button, que al salir desde muy atrás decidió hacerlo con neumáticos duros para parar a sustituirlos más tarde. En cuanto este se apartó, llegó un inesperado y viejo problema en uno de sus rivales: el alternador del Red Bull de Webber le dejaba tirado, obligando al australiano a abandonar. Precisamente era en Austin donde Renault volvía a llevar la especificación de 2012 de esta pieza, que ya había fallado a Vettel en dos carreras este año.

Fernando Alonso no soltó la tercera posición en toda la carrera, ya lejos para pelear con Hamilton y Vettel, pero cómodo con respecto a Kimi Raikkönen, al que el juego de neumáticos duros no le funcionó tan bien como el anterior y se vio superado, incluso, por un Felipe Massa que ha cuajado una de sus mejores carreras de la temporada. El brasileño ha finalizado cuarto, en una prueba en la que salía -para ayudar al equipo- en una impuesta undécima plaza. Y lo que es más importante, de cara a la pelea que sostiene su compañero: supo controlar a Raikkönen lo justo como para que este no fuera una incómoda 'mosca' en el retrovisor de Alonso.

Red Bull, campeón del mundo

Aunque Vettel no pudo celebrar su título de manera individual, su equipo sí está de enhorabuena. Pese al abandono de Webber, Red Bull, que sólo necesitaba cuatro puntos de aquí a final de temporada, se ha proclamado campeón del mundo de constructores por tercer año consecutivo. En una temporada en la que la igualdad ha sido la imperante -sobre todo en la primera parte del año-, han sabido imponerse con autoridad a sus rivales, beneficiados por un McLaren que ha tenido más sombras que luces y por un Ferrari en el que Alonso ha dado 260 de los 367 puntos con los que llegará a Brasil.

Allí será donde se acabe la temporada 2012, una de las más emocionantes de la historia de la Fórmula 1, y en la que se jugarán el todo por el todo los dos únicos pilotos que han podido llegar con opciones: Sebastian Vettel y Fernando Alonso. El alemán lo tiene relativamente fácil: con ser cuarto, haga lo que haga el español, le sirve para alzar su tercera corona mundial. El español, no obstante, ha salido de Austin con más puntos de los esperados. Después de la decepcionante clasificación del sábado, llegar a Brasil con opciones es todo un éxito. Alonso llega pleno de facultades, e Interlagos -donde amenaza lluvia, para acabar de darle emoción a este fin de temporada- se presenta como uno de los mejores escenarios para igualar a mitos como Ayrton Senna, Nelson Piquet, Niki Lauda, Jackie Stewart y Jack Brabham.