
Podio del Gran Premio de EEUU. / Ap
El domingo, 25 de noviembre de 2012, quedará marcado en la historia del deporte y de la Fórmula 1. Fernando Alonso o Sebastian Vettel. Solo puede ser uno el que salga de Interlagos como el tricampeón del mundo de F1 más joven de la historia. Dos gigantes del automovilismo que pondrán el broche de oro a una temporada memorable, en la que ha habido, a falta de conocer el resultado de Brasil, ocho ganadores de gran premio, siete ‘poleman’ distintos, once corredores que se llevaron la vuelta rápida... Pero solo dos que optan a llevarse la máxima gloria. Alonso y Vettel. Vettel y Alonso. Dos caras distintas, dos estilos, dos pilotos antagónicos. Dos rivales perfectos que, quizá, acaben compartiendo algo más que pista de aquí a dos años.
Dos titanes se enfrentan este fin de semana sobre el trazado de un circuito que ya coronó a muchos ganadores. De hecho, Fernando Alonso alzó sus dos coronas aquí, en Interlagos, curiosamente en uno de los pocos circuitos donde ha corrido en los que nunca ha ganado. Sebastian Vettel, por contra, sí sabe lo que es vencer ante el público brasileño -lo hizo en 2010-, pero no se ha llevado sus dos títulos aquí, sino en Abu Dabi y en Japón. Estadísticas contrarias de dos corredores condenados a encontrarse una y otra vez desde hace un par de campañas, y que de poco servirán para intentar predecir qué va a pasar este fin de semana.
Los números no mienten, y son favorables a Vettel. Al ‘niño’ de la Fórmula 1 le vale con acabar cuarto en un circuito donde nunca ha bajado de esa posición. Precisamente, la que le sirve para proclamarse por tercer año consecutivo campeón del mundo y alargar así su gobierno, al que muchos ya consideran dictadura, por un año más. En rueda de prensa, en la que coincidió de nuevo con Alonso, no quiso dar nada por hecho, y recordó que no es la primera vez que el favorito acaba cediendo su ventaja. Él lo sabe bien: era uno de los que menos opciones tenía en 2010, y Ferrari acabó entregándole, sin querer, la corona. «Esto es deporte y puede pasar cualquier cosa. El fin de semana empieza mañana (por este viernes) y no el domingo. Tenemos que ir paso a paso para asegurarnos de obtener el mejor resultado posible», afirmaba.
Los 13 puntos que separan a Vettel de Alonso debería ser un colchón suficiente para el de Red Bull, pero la historia ha demostrado que en Fórmula 1 no se decide nada hasta que no se da el banderazo a cuadros. Muchos son los que tienen en mente a Alain Prost y su épica victoria en Australia’86, cuando se jugaba el título con Mansell y Piquet. El británico tenía que quedar tercero, hiciera lo que hicieran sus rivales, pero un reventón acabó con sus opciones, Piquet acabó más atrás de lo necesario y Prost acabó venciendo y llevándose el título. Más cercanos son los recuerdos de Hamilton, precisamente en Brasil, en 2008, cuando venció en la última vuelta y dio al traste con un título que Massa ya celebraba. O qué decir de lo ocurrido en 2010, en Abu Dabi, cuando una serie de circunstancias muy acertadas acabaron dejando a Vettel al frente de la carrera y campeón a la postre.
Alonso también espera que algo ocurra. La suerte le debe una -o varias- por los dos abandonos de esta temporada, ninguno imputable al asturiano. Sin embargo, con la lógica en la mano, sabe que es Vettel quien tiene todas las opciones para ganar. Él intentará hacer lo que siempre ha hecho, y lo que ha logrado esta temporada en doce ocasiones: subir al cajón. «Intentaremos llegar al podio. Eso nos daría más de 13 puntos. Luego necesitamos una extraña combinación de resultados. Si ganamos, bien, y si no le daremos la enhorabuena a Vettel», afirmó, resignado, ante los medios.
Los aliados de Alonso
Todas las miradas apuntan al cielo. Las previsiones meteorológicas apuntan a lluvia durante todo el fin de semana, pero aún no queda claro si habrá durante la carrera o no. Lo que sí parece seguro es que la temperatura será muy fría con respecto a los entrenamientos libres y la clasificación. El Autódromo Jose Carlos Pace, que ha sufrido algunas reformas desde la temporada pasada -la más clara es el reasfaltado de la escapatoria de la famosa ‘S’ de Senna-, se puede convertir en un auténtico caos en el que Alonso pretende brillar. Bajo agua, es el español el que más tiene que ganar y el que menos tiene que perder, ya que, pase lo que pase, será subcampeón del mundo.
Otro de los factores que juega en contra de Sebastian Vettel es la mecánica. El abandono por el fallo del alternador de Mark Webber suscitó no poca polémica, y Renault volvió a recibir todas las miradas. El motorista francés no ha dudado en cambiar todos los alternadores de los equipos a los que provee, entre los que se encuentra Red Bull. Vettel no se puede permitir el lujo de ceder lo más mínimo, y menos en una carrera en la que la mecánica ya sufre de por sí, y donde un error se puede pagar muy caro.
Por último, el resto de pilotos. Hamilton viene con la moral por las nubes después de su victoria en Austin, y Massa ya ha avisado que luchará con todas sus armas por ganar ante su público y resarcirse de varias temporadas lejos de lo más alto. El brasileño, del que poco se espera, puede acabar de confirmar su buena progresión para este fin de temporada con una buena actuación. No obstante, todas las miradas están puestas en Vettel y Alonso. Serán ellos los que copen, por última vez, la atención de millones de espectadores en todo el mundo. Solo puede quedar uno y no hay lugar al fallo.