Fernando Alonso, durante una de sus pruebas de pretemporada./Ahmed Jadallah (Reuters)
Fernando Alonso afronta su tercera temporada de rojo y el objetivo sigue siendo el mismo: ser campeón del mundo por tercera vez en su carrera. El agridulce sabor de la campaña 2010 se convirtió en un amargor insoportable en el 2011, cuando el Ferrari apenas pudo optar a la victoria y el Gran Premio de Gran Bretaña se puede considerar un paréntesis en una difícil temporada. No obstante, el asturiano no pierde esa media sonrisa -nunca plena, ya que esa se la guarda para lo más alto del podio- que le hace aspirar a grandes metas.
Aunque el discurso de «la pretemporada no vale para mucho», «lo verdadero llega en Melbourne» y «no sabremos dónde está cada equipo hasta dentro de cuatro carreras», lo cierto es que Ferrari afronta este 2012 con el cambio de actitud como 'leit motiv'.
La gran actuación de Sebastian Vettel en las dos últimas temporadas juega a favor y en contra de Alonso y sus opciones al título. A sabiendas de que Red Bull es quien debe defender el título, el español se ha tomado esta temporada con una actitud distinta, sin la presión de ser el claro favorito. Solo puede mejorar. Con permiso de Button y Hamilton, el piloto asturiano es quien debe acabar con el reinado de Red Bull. Llega a 2012 en su momento más maduro, perfecto para lograr el gran sueño de igualar los títulos de, entre otros, Ayrton Senna. Sólo él y Vettel podrían proclamarse tricampeones, y destacarse con claridad de la pareja de McLaren, posiblemente la más igualada de la parrilla.
Alonso, que cumple once temporadas consecutivas en Fórmula 1, quiere entrar con fuerza en el top tres de victorias en la historia de la Fórmula 1. Para ello, no solo deberá desempatar a 27 con Jackie Stewart, sino que tratará de superar las 31 de Nigel Mansell. Aunque la estadística solo sirve para engordar los libros, el español intentará alzarse en esta temporada que algunos ven de transición de cara a la de 2013 -cambios de motores, como principal nueva norma de la FIA- sobre los Red Bull. ¿Habrá recuperado el 'matador' su olfato ganador?
