A la playa, piscina y ríos, mejor sin lentillas
Pautas básicas de uso, mantenimiento, higiene y desinfección de las lentes de contacto en fechas estivales
En verano se cambia el horario, se hacen más flexibles y se relajan ciertas normas y hábitos, pero, Sara Bueno, profesora de Óptica y Optometría de la Universidad CEU San Pablo , recuerda que en lo que no se debe «bajar la guardia» es en las pautas básicas de uso, mantenimiento, higiene y desinfección de las lentes de contacto.
El agua de la piscina y la mala higiene son las principales causas de infecciones oculares por lentes de contacto durante la época estival, según ha destacado el doctor José Luis Güell, coordinador del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), quien añade la «importancia» de extremar los hábitos de higiene para evitar futuras complicaciones, según recoge Ep.
En este sentido, el experto apunta que en verano se dispara el uso de lentillas, así como la tendencia a quitarse y ponerse las mismas, «por lo que las condiciones de higiene suelen ser más precarias ». De este modo, ha puesto de relieve la «importancia» de conservar correctamente las lentillas, fundamentalmente en aquellas que son de uso semanal o mensual.
Sara Bueno recuerda que no se deben utilizar cuando se estén realizando actividades acuáticas, tan propias del verano. «No se deben usar en playas, ni piscinas ni en ríos... porque el agua puede ser apta para el baño, pero no para entrar en contacto con la lente, que se va a empapar de esa agua que va a estar en contacto con el ojo». Esta recomendación incluye la ducha diaria , que debe hacerse sin las lentes de contacto.
Asimismo, el doctor apunta que el uso de lentillas hace que el ojo no reciba el oxígeno suficiente , lo que puede causar sequedad y dañar la córnea. Así, pueden aparecer lesiones como queratitis o defectos epiteliales corneales que requieren un tratamiento de antibióticos o lubricantes. En caso de complicaciones, se puede recurrir a un trasplante de córnea.
Aunque a corto plazo no se note nada especial si no se siguen bien las pautas, la profesora subraya que «el daño que se está haciendo al ojo se puede manifestar, no inmediatamente pero sí en un plazo corto o medio que finalmente va a dar problemas a la salud de los ojos».
En las piscinas la patología más común es la queratitis infecciosa, que en un 70% de los casos afecta a aquellos usuarios de lentillas que hacen un uso inadecuado de la misma. Frente a ella, el doctor Güell ha puesto de relieve la «importancia» del diagnóstico precoz, ya que pueden llegar a provocar una pérdida de visión . Por su parte, en la playa se presentan menos riesgos por la presencia de yodo y otros antisépticos en el agua.
En España hay más de 2,5 millones de usuarios de lentes de contacto, sobre todo agrupados en los segmentos más jóvenes de la población, entre los 12 y los 35 años. A partir de los 35 años los usuarios van decreciendo lentamente, abandonando su uso por diferentes motivos.
Su uso está especialmente extendido en estas edades porque además de la comodidad, facilitan la práctica de deportes y actividades físicas y de ocio, pudiendo además elegir entre diferentes formas de uso y reemplazo.
Después de acudir a un óptico optometrista para una revisión de la visión y del estado de salud de los ojos y comprobar si es necesario hacer algún cambio en alguno de los parámetros de las lentes de contacto, es importante recordar las principales pautas de uso:
En primer lugar: lavarse y secarse cuidadosamente las manos con un jabón suave y una toalla que no suelte pelusas antes de tocar las lentes de contacto. es sorprendente la cantidad de microorganismos que tienen las manos antes de lavarlas.
En segundo lugar: cumplir los horarios de uso recomendado . Si se quieren usar durante más tiempo seguido, consulte con un optometrista, hay materiales de lentes de contacto que dejan pasar más o menos oxígeno y en función de ello te recomendarán cuanto tiempo debes usarlas, así que esto se puede modificar cambiando el tipo de lente que llevas.
En tercer lugar: nunca aclarar las lentes de contacto co n agua del grifo . Aunque sea un agua apta para el consumo, ello no significa que tenga un control microbiológico apto para usar con lentes de contacto y pueden producirse infecciones oculares muy graves por este motivo.
En cuarto lugar: No utilizar las lentes de otra persona ni dejar las propias a otra persona. No usar lentes de marca desconocida o que vengan en envase de apariencia «dudosa», con el envase abierto o dañado. Tampoco utilizar con ellas nunca líquidos que no se conozcan, o caduquen. No todas las soluciones de mantenimiento son adecuadas para todas las lentes ni todas se utilizan igual, pueden ocasionar problemas en los ojos si no se tiene esto en cuenta. Si se utiliza maquillaje , maquillarse siempre después de haberse puesto las lentillas. Y desmaquillarse siempre después de quitarse las lentillas al final de la jornada.
En quinto lugar: si las lentillas son de un solo uso , tirarlas al final de este. Aunque solamente se hayan llevado unas horas. Si son desechables de más de un uso (una semana, un mes…) limpiarlas cuando se quiten con la solución única que se usa habitualmente, frotando con la yema de los dedos. Aclararlas con la misma solución y guardarlas en el estuche con solución limpia. Nunca reutilizar o «rellenar» la solución del estuche ya usada. Por la mañana cuando se pongan, vaciar el líquido del estuche portalentes, limpiar el estuche con un poco de solución única y dejar abierto boca abajo, para que se seque al aire. Y reemplazar por uno nuevo al menos cada tres meses. Casi todas las soluciones de mantenimiento incluyen un nuevo estuche en cada envase que se compra. Tirar entonces el anterior.
Por último: si se experimenta algún problema ocular , quitarse las lentes de contacto y acudir a un profesional. Puede ser solamente incomodidad, sensación de roce o arenilla en el ojo, un exceso de secreción (legañas), cambios en la visión o enrojecimiento. Un profesional del cuidado de la vista determinará si las lentes de contacto son adecuadas o detectará cualquier posible problema.
Aunque no es frecuente, pueden desarrollarse problemas oculares graves si no se siguen las pautas adecuadas al usar lentes de contacto. Y, por supuesto, no usar las lentes de contacto si se tiene una infección ocular , o experimentar malestar ocular, lagrimeo excesivo, cambios en la visión, enrojecimiento u otros problemas oculares. Si ocurre una de estas condiciones, contactar de inmediato con un óptico optometrista o con el médico oftalmólogo.
Noticias relacionadas