¿Qué hago cuando tengo un cansancio que «no puedo con mi alma»?

Durante las semanas previas a las vacaciones de verano son frecuentes síntomas de agotamiento tanto en el trabajo como en casa

La carga mental es lo que está detrás del síndrome de la mujer agotada

Analizar las prioridades ayuda a combatir los efectos del cansancio
Raquel Alcolea Díaz

Raquel Alcolea Díaz

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«¿No sientes que últimamente el cansancio te azota a todas horas?»... Lo habrás escuchado junto a la máquina del «café» del trabajo, o en una conversación ajena en el autobús, o a un amigo o amiga por teléfono o a tu cuñado cuando os veis en la comida familiar o incluso en el grupo de WhatsApp de los padres del colegio. «Estar agotado», «no poder con la vida», o «que duela hasta el alma» son expresiones más que habituales en el mes de junio. Este agotamiento hace que, según explica Verónica Rodríguez Orellana, Directora y Psicoterapeuta en Coaching Club , planifiques rutinas que incumples sistemáticamente, te cueste horrores concentrarte, soportes menos a los compañeros y al jefe y encima te sientas culpable, pues cada vez encuentras menos excusas que justifiquen cómo te sientes.

Y esta sensación de falta de energía , que además se traduce en dificultades para conciliar el sueño, parece ser un mal endémico en las semanas previas a las vacaciones. Solo hay que ver en la televisión o en cualquier anuncio de prensa o de internet, como incide la experta, el aluvión de anuncios de productos que prometen combatir «los evidentes signos del cansancio» y que van desde pastillas a lociones, pasando por vitaminas, suplementos, cereales o bebidas energéticas. Pero la realidad es más prosaica pues, como comenta la psicoterapeuta, «a estas alturas del ejercicio anual, lo que resulta lógico y comprensible es la necesidad de tirar la toalla, pero no como metáfora del desistimiento y la derrota, sino como sinónimo de extenderla en la playa».

Así reacciona tu cuerpo ante el estrés

Vivir con la angustia de rendir por encima de nuestras posibilidades, excediendo horarios y capacidades provoca, según revela Ernesto de Antonio Hernández, coordinador Coaching Club, una reacción somática que consiste en la generación de la hormona cortisol , liberada por el cuerpo en respuesta al estrés y que produce efectos negativos como el aumento de grasa o el incremento de la presión arterial, lo que acentúa el agotamiento y nos lleva a los límites de la resistencia personal.

Esta sintomatología, que es consecuencia de la dificultad para asumir las limitaciones y dosificar las energías, se intensifica en esta época del año y puede conducir, según alerta el experto, a padecer el denominado «síndrome del trabajador quemado» , además de otros trastornos.

Cómo entrenar nuevos hábitos

Tal como aclara Verónica Rodríguez Orellana, la buena noticia es que los seres humanos son capaces de recomponerse desde unos niveles ínfimos de autoestima y de renacer de sus cenizas.

Por eso, lo primero que se necesita para abordar el agotamiento, según explica, es identificar los puntos críticos que ocasionan malestar y, una vez focalizados, comenzar a trabajar sobre ellos. «El equilibrio y el éxito no consisten en estar siempre bien o encantados con nosotros mismos, sino en encontrar respuestas cuando las cosas se ponen complicadas, en los finales de ciclo y en los cambios bruscos de la vida cotidiana», revela.

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