Dormir pese al calor: lo que debes hacer antes de acostarte para descansar como un bebé
Evitar que las altas temperaturas nos hagan desesperar, sin conseguir descansar, es complicado. Pero no imposible
El verano es la época del año más deseada con diferencia. Los niños están felices porque al fin tienen vacaciones y los mayores pueden desconectar del ajetreo laboral. Es tiempo de desconexión y la familia vive estos días de otra manera.
Sin embargo, el verano también se convierte en un enemigo. Especialmente por las noches. Conciliar el sueño con las altas temperaturas hace que muchos desesperen en las noches de verano . Evitar que las altas temperaturas nos hagan desesperar, sin conseguir descansar, es complicado. Pero no imposible. E aquí algunos trucos para que niños y padres descansen pese al calor .
Tal y como recuerda Erin Junker, propietaria de Happy Sleep Company, «todos dormimos mejor cuando hace frío». Por tanto, tener una habitación fresca es fundamental para el descanso. Sin embargo, con temperaturas que superan los 35 grados es complicado.
La experta señala que «la temperatura óptima de una habitación para dormir» debe oscilar entre los 18 y 20 grados . Si eres de los afortunados en tener instalado aire acondicionado en todas las habitaciones, te será más fácil. Si no, debes tomar ciertas medidas durante el día para evitar que la estancia se convierta en un auténtico horno: baja las persianas, cierra las ventanas, corre las cortinas y por un ventilador al final del día . Según Junker, todas estas opciones ayudan a mantener una habitación fresca de cara a un buen descanso.
Y es que evitar que la luz del sol incida directamente en la habitación de cada miembro de la familia es fundamental para que la temperatura no se dispare. De ahí la necesidad de bajar persianas y correr las cortinas. Por cierto, si estas últimas tienen aislamiento térmico o son específicas contra el sol, mucho mejor.
Otro truco infalible es darse un baño frío antes de acostarse . Incluso aunque los niños protesten, refrescarse bajo la ducha les ayudará a conciliar el sueño. No se trata de darle al agua fría lo máximo posible -puntualiza la experta- sino de darse «un baño más frío de lo normal para bajar la temperatura corporal ». Este hábito, además, enseñará a los más pequeños a entender que la hora de irse a adormir se acerca.
En el momento de acostarse, la ropa sobra. Junker recomienda usar sábanas ligeras de algodón, pantalones cortos y una camiseta. Y los bebés, basta con que duerman en pañal.
Por último, y al menos durante las primeras horas de la noche, deja el ventilador puesto para que siga moviendo ese aire «fresco» que has conseguido controlar durante todo el día. Eso sí, no lo dejes fijo ni a la máxima potencia para que no incida sobre tus hijos directamente o sobre ti mismo.
Noticias relacionadas