Vanesa, madre de Noah (730 gramos): «Durante 80 días el hospital fue mi casa, y eso ha sido una ayuda en el desarrollo del niño»

Esta madre ha estado ingresada en el Servicio de Neonatología del Hospital Universitario 12 de Octubre

Foto: José Ramón Ladra
Carlota Fominaya

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El pequeño Noah tenía que haber llegado al mundo hace tan solo diez días, el pasado 9 de febrero, pero lo hizo el 3 de noviembre. Esta familia ha pasado ochenta días de ingreso en total en el Hospital 12 de Octubre , para el que solo tienen palabras de agradecimiento. «Puedo decir que todavía hoy, con mi bebé ya en casa, completamente sano, cuando me despierto cada mañana recorro mentalmente esos pasillos y echo de menos a cada una de las personas, de las caras amigas que me han acompañado en el camino largo, duro y con mucho miedo e incertidumbre que he vivido con Noah», reconoce Vanesa. De hecho, relata, «justo ayer mismo escribí a uno de los médicos diciéndole que para nosotros es una persona muy especial. Creo que desde el primer momento fuimos un equipo. Ellos, los profesionales, y nosotros, la parte de la familia. Siempre traté de construir unos lazos lo más afectuosos posibles y durante ochenta días para mi el 12 de Octubre no fue un hospital, fue mi casa y todo el personal se convirtió en mi familia ».

La manera en la que Vanesa y Nuno, el padre de Noah, entendieron su parte del trabajo durante la estancia del pequeño en la UCIN y en cuidados intermedios de la unidad de neonatología hasta el alta, el pasado 22 de enero, fue sin duda parte de la salvación del pequeño. «Para mi era como un trabajo» , rememora esta madre. Así lo cree fehacientemente la jefa del Servicio de Neonatología, la doctora Carmen Pallas, para quien es sumamente importante que las familias acompañen a sus niños para un buen desarrollo neurológico y general. Este «trabajo» incluye una colaboración total con las tareas y el cuidado de los niños, en el aseo… «Aprendí y me involucré en todo al principio. Era un prematuro anunciado desde el minuto uno y eso también me ha dado mucha fuerza para poder afrontar todo esto. Pensaba que si con 730 gramos, y siendo el ser más vulnerable del mundo, él estaba demostrando toda esa fortaleza como iba a ir yo a remolque. Tenía que tirar del carro como él».

Así esta madre, plenamente consciente de su papel, preguntó a las enfermeras, que en plena pandemia estaban bajo mínimos, qué podía hacer. « Simplemente el hecho de coger a estos niños es toda una incertidumbre . Impacta verlos con mascarilla de oxígeno, vías, electrodos, pulsímetro… Piensas que puedes tirar, que puedes hacer daño al bebé… pero ellas me enseñaron a ser autónoma, y el tercer día ya era capaz de coger sola al niño, de cambiarle el pañal, de transferírselo a su padre… Era mi camino con Noah y quería acompañarle durante el mismo. También pensé que, si pasaba algo, no me quería quedar sin coger a mi hijo».

Embarazo gemelar

Desde el primer momento esta fue una historia difícil. «Todo fue muy duro. Después de tres pérdidas y una reproducción asistida fallida, me quedé embarazada de gemelos de forma natural. En la semana 17 vimos cómo su hermano crecía un 30 por ciento por debajo. Parece ser que es algo habitual porque estaban en la misma placenta y se interferían el uno al otro. Hubo que realizar una intervención y me dijeron: hay un 20 por ciento de que tu bebé no salga adelante. Como así fue », relata. De aquella intervención, que realizaron en agosto, salió con una fisura en la placenta y hasta el 21 de octubre estuvo en un sillón «sin moverme ni pestañear», asegura Vanesa. De aquella época recuerda con horror las esperas en las consultas, con la placenta fisurada perdiendo agua.

El 3 de noviembre, finalmente llegó Noah al mundo. Desde entonces, y hasta el pasado mes de enero, ha estado tanto en cuidados intensivos como intermedios del Hospital 12 de Octubre donde ha tenido «un equipo entero a mi disposición, con una calidad humana increíble. Es un hospital familiar, y tienen muy bien merecido el título» . Vanesa captó desde el primer minuto el enfoque de la jefa de Servicio de la Unidad, que aboga por la colaboración de los padres para ayudar el mayor desarrollo neurológico de estos niños, y quiso aprender y formarse. « Saben que el vínculo materno filial es como un medicamento, lo mejor para tu hijo. Y no solamente lo fomentan, es que han hecho una apuesta claramente para mantener el vínculo madre-hijo-familia y han puesto a disposición todas las herramientas para que así sea. El hecho de que llegues y tengas tu box, un sillón, una cama, tu intimidad con tu hijo, que puedas estar el tiempo que quieras… todo va enfocado a lo mismo».

Participar en los cuidados

Hoy, después de todo, ya desde su casa, reflexiona Vanesa, « ver la evolución de Noah fuera del vientre ha sido algo mágico, él es un milagro . Hemos tenido suerte de que naciera en esta unidad de referencia neonatal a la que, de hecho, cuando hay un caso de prematuridad extrema trasladan bebés desde Puertollano, Soria, Toledo… A veces pienso que si no hubiéramos estado en el 12 de Octubre, el niño no hubiera sobrevivido. Solo puedo dar gracias».

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