Vacaciones, ¿con amigos o en familia? Cómo evitar conflictos
Claves para una divertida convivencia con unos y otros
Las deseadas vacaciones de verano son uno de los momentos más esperados del año. Sin embargo, esta experiencia puede verse afectada positiva o negativamente según con quién viajemos, tanto si son amigos como familiares. Puede suceder que, sin haber tenido nunca antes 'encontronazos' con esas personas, la situación de convivencia saque a relucir asuntos que no nos gustan del otro, y surja el conflicto.
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Cuando viajamos, estamos fuera de nuestro entorno. Esto provoca algunas molestias que pueden manifestarse de forma inusual. Y si a la ecuación le sumamos que cada persona tiene sus propias manías, necesidades, metas, etc., las cosas se complican más. «Siempre va a haber diferencias cuando hacemos un viaje en grupo. La idea no es dejar de viajar con tu familia o con amigos, sino tener en cuenta algunas claves que te preparen para vivir estas vacaciones como una experiencia divertida y reparadora», explica Laura Córdoba, psicóloga en TherapyChat . Apunta que planear unas vacaciones con amigos o familiares y no tener en cuenta determinadas consideraciones puede acabar siendo una decepción.
Motivos que pueden causar conflictos
Toma de decisiones unilateral . La clave de las vacaciones grupales es compartir y negociar cada paso sin que alguien tome el control o decida por su cuenta. Cuando las decisiones se toman de forma unilateral, surge el conflicto.
Supervisión «no solicitada». Viajar con algunas personas que se denominan sobreprotectoras puede terminar limitando la libertad del grupo respecto a ciertas actividades. Esto puede llevar a una menor dosis de aventura donde algunos deseos se ven reprimidos en favor de decisiones más consensuadas.
El agotamiento genera estrés. No importa lo emocionados que estemos de llegar al destino, llegar allí puede ser extremadamente estresante. Retrasos en los viajes, levantarse temprano o encontrarse fuera de tus horarios habituales puede generar estrés. Todo esto puede tener un impacto en los niveles de energía y paciencia, provocando mal genio o ansiedad.
Estrategias para prevenir el conflicto
Con la familia
Respetar y escuchar diferencias. Los miembros de la misma familia a menudo tienen diferentes intereses y personalidades. Y eso está bien. Se puede reducir el conflicto respetando esas diferencias, mostrando amor y encontrando compromisos que funcionen para todos los miembros de la familia.
Planificar el viaje con antelación, pero sin pasarnos. De esta manera se puede comentar el viaje con detalle previo a las vacaciones para que luego no haya sorpresas o reacciones desagradables. Sin embargo, no debemos abusar de la planificación, pues resultaría contraproducente y agotador.
No culpar a los demás. Este suele ser un problema que aparece en las familias. Cuando algo sale mal, nuestra respuesta natural es culpar a alguien más en la familia. Sin embargo, la culpa nunca resuelve el problema ni vuelve a encarrilar nuestras vacaciones. Es mejor concentrarse en lo que se puede hacer en el momento para resolver el problema.
Con los amigos
Recuerda que somos diferentes. Todos tenemos distintas personalidades y distintas necesidades emocionales. Hay que tener en cuenta todas las perspectivas para evitar los conflictos.
Descubrir lo que todos quieren. Es importante tener en cuenta diferentes aspectos de las vacaciones para poder planificarlos con antelación. De esta manera, se pueden abordar las discusiones antes de que comience el viaje.
No todas las actividades deben ser actividades grupales: No todo el mundo se sentirá cómodo con lo mismo. Dedicar tiempo a las necesidades personales será algo muy positivo.
Consejos para sobrevivir a esta experiencia
Con la familia
Ser considerado, no transigente. Es importante no planificar la totalidad de las vacaciones en torno a los niños o a los otros miembros de la familia. Si uno no se siente entusiasmado con lo que está haciendo, este sentimiento tiende a contagiarse a los que le rodean.
No forzar el 'tiempo en familia'. Es importante reconocer y apoyar la independencia, y no solo de los más pequeños. Tratar de forzar una relación exigiendo tiempo a sus familiares rara vez resulta en el tiempo de calidad que se desea.
Si me enfado, pido perdón. Tenemos que considerar que es normal o incluso esperable, que en alguna ocasión 'perdamos el control'. Lo importante en este momento es que seamos capaces de reparar el daño y restablecer la confianza y los buenos sentimientos que este arrebato ha interrumpido.
No proyectar las experiencias pasadas en las vacaciones familiares. Si bien es importante tener en cuenta el pasado y lo que no gustó de las vacaciones familiares en la infancia, es importante no proyectar esos malos momentos en la vida actual.
Con los amigos
Lo principal para poder sobrevivir a un viaje con amigos es la comunicación. Es tan importante respetar y comunicar tus necesidades, como respetar los intereses de los amigos. ¡Eso sí! No siempre hay que hablar en el momento o justo después de que se produzca una discusión. Es importante permitir un tiempo para reunir ideas y bajar el nivel de tensión.
Definir las tareas de cada uno. Es importante que todos sientan que son partícipes en el grupo, pero a su vez que tengan alguna responsabilidad sobre el viaje. A nivel convivencia, resulta necesario respetar a los demás en lo más básico, pasando por la correcta limpieza de los espacios comunes.
Duerme y deja dormir. Un buen sueño es indispensable para estar de buen ánimo. Es necesario ser conscientes de las necesidades de sueño de cada uno y organizarnos de manera adecuada.
La parte individual. Resulta indispensable que cada uno sea consciente de cómo se va encontrando a lo largo de los días. Sé responsable de tu estado de ánimo y de cómo puedes contribuir tú al bienestar del grupo para volver a casa con tus amistades intactas.
En el caso de que finalmente llegue a producirse el conflicto, Laura Córdoba asegura que «la principal manera de recuperar una relación ante un conflicto en vacaciones es mediante la comunicación, con una conversación cara a cara. La importancia del lenguaje corporal y las expresiones faciales nos ayudan a reducir malentendidos o la mala comunicación que pueden resultar de un mensaje o una llamada telefónica. Además, el momento y cómo decidimos comunicarnos también es importante y se tiene que tener en cuenta. Es importante no ver este acercamiento como otra confrontación más. Si ha habido un conflicto, se debe resolver y abordar, no consiste en generar un enfrentamiento aún más grande. Hablar de ello puede ser una oportunidad para compartir los sentimientos, ver cuáles eran los pensamientos del momento y los motivos por los que se actuó de una determinada manera».