Una psicóloga explica cómo detectar y actuar si tu hijo es un NAS (niño altamente sensible)

Entrevista con Úrsula Perona, autora del libro NAS Niños altamente sensibles, una obra fundamental para reconocer las necesidades de estos menores

Carlota Fominaya

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La sensibilidad es un don, pero también puede convertirse en un dardo envenenado . Por eso, explica la psicóloga Úrsula Perona, autora de NAS Niños Altamente Sensibles , «conocer los rasgos y las características de estos menores ayudará a los padres a comprender sus comportamientos, entender sus necesidades y saber cuál es la mejor manera de acompañarles en su crecimiento para que se desarrollen en plenitud».

¿Cómo es exactamente un niño altamente sensible, cuáles son sus principales rasgos?

Un niño altamente sensible se caracteriza por cuatro grandes rasgos. Uno: la fineza sensorial. Su sistema neurosensorial es tremendamente agudo, por lo que son capaces de percibir todos los estímulos tanto exteroceptivos, es decir toda la información proveniente del exterior a través de los sentidos (ruidos, olores, texturas…) Así como los Interceptivos, es decir la percepción de sus propios estados internos: dolores, molestias, así como estados emocionales. El segundo de los aspectos está relacionado con el procesamiento profundo de la información. Su capacidad de análisis de toda esta información que perciben es intensa, aguda, y profunda. No se les escapa nada. La conciencia, entendida como la capacidad de prestar atención a los propios estados y a todo lo que sucede alrededor, y que se encuentra alojada en la ínsula, una parte pequeñita del cerebro, se ha demostrado que está hiper activada en las personas altamente sensibles. El tercer de los rasgos estaría relacionado con la propia sensibilidad, intensidad a la hora de experimentar las emociones, gran empatía y compasión, y fuerte emotividad. Y la última de las características, fácilmente predecible a partir de las tres anteriores, tiene que ver con la sobre estimulación, o como decía la psicóloga Elaine Aaron, la descubridora de este rasgo de personalidad: Overestimulation.

¿Se puede confundir con un niño de alta demanda? ¿Con un TDAH? ¿con un niño quisquilloso, pesado?

En primer lugar debe quedar claro que la alta sensibilidad no es una patología, simplemente estamos hablando de un rasgo de personalidad. Al igual que el Alta Demanda que hace referencia a un patrón de personalidad que reúne una serie de características definitorias. Es verdad que ambos tipos de personalidad a menudo se confunden o solapan. Por mi experiencia clínica, muchos niños de Alta Demanda, son también niños altamente sensibles. Pero no todos los niños altamente sensibles son de Alta Demanda, en primer lugar porque la mayoría, son del grupo introvertido tímido, que poco tiene que ver con la extroversión, hiperactividad o exceso de energía tan propio de los niños de Alta Demanda . La confusión con el trastorno por déficit de atención no es habitual, pues estos niños tienen características muy diferentes. El apelativo de quisquilloso, maniático o pesado sí que lo reciben a menudo , puesto que es muy frecuente escucharles quejarse e incluso montar grandes rabietas por ejemplo por no querer ponerse una prenda determinada de vestir. La mamá de una niña altamente sensible me dijo el otro día que su hija le gritó: «mamá, tú no lo entiendes! La ropa muerde» . Imagínate que descriptivo. Con esa sensibilidad tan increíble, cualquier pequeño estímulo, puede resultar muy molesto o desbordante, hecho que a los demás, quizá no tan vulnerables al roce de la ropa, por ejemplo, nos cuesta entender. Una queja muy común tiene que ver con las costuras de los calcetines, la negativa a ponerse ciertas prendas o calzado… y nos cuesta mucho hacer la atribución correcta: a veces pensamos que se trata de un desafío, y puede que esté más bien relacionado con la alta sensibilidad.

Un padre o madre con un niño de estos... ¿cuándo empieza a percibir que su hijo es... diferente?

Los padres son los mejores conocedores de sus hijos, y por lo general, suelen ser conscientes, desde bien pronto, que su hijo presenta rasgos especiales. El problema viene cuando compartimos estas inquietudes o dudas con los demás, porque quien no tiene un niño con estas características, a veces le cuesta comprender el grado de exigencia, de demanda, o de complejidad que implica su crianza. Por eso suelen sentirse culpables, pensar que hacen algo mal, o quítarle importancia: por el juicio de los otros.

¿Hay alguna forma de determinar clínicamente que tu hijo o hija es «altamente sensible»?

A día de hoy, puesto que no hablamos de ninguna patología, y además en psicología es bastante infrecuente utilizar pruebas médicas para hacer un diagnóstico, la mayoría de veces se trata de diagnósticos son clínicos: no existe prueba específica alguna. Lo que sí hay es algunos cuestionarios que nos pueden orientar, y ayudar a identificar esos rasgos, como el que diseñó la doctora Aarón, que está disponible en mi libro. Al margen de eso, son muchas las características de personalidad, y los rasgos de comportamiento que nos permiten descubrir y conocer en profundidad la personalidad de nuestros hijos, y poder por lo tanto dar les el acompañamiento educativo que precisa.

¿Cómo deben actuar unos padres que tienen un hijo de estas características en casa?

Los niños altamente sensibles tienen más tendencia a traumatizarse, a experimentar las cosas de una manera muy intensa, y a desarrollar ansiedad y depresión en la adolescencia o edad adulta si viven en un entorno hostil y poco respetuoso con sus necesidades afectivas y emocionales. Por contra, los experimentos científicos también nos informan de que se benefician especialmente de las terapias, de los libros de autoayuda, etc. Precisamente por esa capacidad de introspección, de inteligencia y sensibilidad que les caracteriza . Es muy importante respetar la personalidad de nuestro hijo sea cual sea, invertir tiempo en conocerle bien, y aceptarle. El mejor regalo que podemos hacer a un hijo siempre es el amor incondicional. Y en segundo lugar aprender a acompañarle, a educarle y a guiarle de manera que la sensibilidad se convierta en un don, y no en un regalo envenenado, que sería la cara oscura de este rasgo. Ten encuenta que ser tan consciente de todo, tan sensible en un mundo extraordinariamente complejo, que a menudo deja de lado las emociones, que considera débil o frágil a una persona sensible, puede hacer mucho daño.

¿Qué tipo de mensajes deben dar a su hijo?

En primer lugar validar cómo es y cómo se siente. Esto es muy importante, porque tener una imagen positiva de si mismo y aceptarse, es la base de una sana autoestima, y ésta a su vez, la base de la inteligencia emocional. En segundo lugar haría especial hincapié en la necesidad de educar con un pie en el presente y uno en el futuro, me explico: respetar y acompañar las emociones de nuestro hijo altamente sensible, no significa sobreprotegerle, ni meter en una burbuja de cristal, porque eso sería educar solo para hoy. Tenemos que atender sus necesidades y al mismo tiempo ayudarle a trabajar intensamente en entenderse, desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas, en el autocuidado, y la gestión emocional. Darle herramientas para que sea capaz de autogestionarse es un regalo para toda la vida. Así mismo favorecer un entorno amable con sus necesidades, con sus gustos, con sus tiempos y ritmos, especialmente delicados durante la infancia. Tendemos a la uniformidad en la crianza, a pensar que todos los niños tienen que hacer las mismas cosas en los mismos momentos del desarrollo, y nada más lejos de la realidad.

¿Cambia en la edad adulta? ¿Lo controlan o mejor dicho, lo enmascaran?

Los rasgos de la personalidad no son algo inmutable, van modificándose a lo largo del tiempo, pero solo sutilmente . La estructura básica de la personalidad viene determinada genéticamente y no se producen grandes cambios en el tiempo. Un niño altamente sensible, será un adulto altamente sensible, y esto es algo maravilloso. Porque la sensibilidad es un rasgo que se ha encontrado en estudios en más de 100 especies animales, y, en muchísimas personas que son referentes en nuestra sociedad: grandes pensadores, humanistas, filósofos, o políticos son personas altamente sensibles. Y por supuesto los artistas. Es curioso: en las manadas de lobos, los altamente sensibles siempre eran los líderes de la manada, precisamente por esa capacidad para estar pendientes de todo, saber qué es lo más conveniente en cada momento, saber para qué es bueno cada uno de los otros lobos y qué papel deberían ocupar en la manada por el bien de todos.

¿Cómo se puede convertir esta característica en un aspecto positivo, que no lastre la de estos niños?

Esta característica no necesita convertirse en un aspecto positivo porque ya lo es . Una persona sensible tiene la capacidad de ver más allá que los demás, de conectar de una manera más profunda con los otros, y consigo mismo. Tienen un mundo interior rico, lleno de emociones, de sutilezas, son capaces de percibir la belleza todo lo que sucede alrededor con un nivel de profundidad exquisito. La clave está en ese acompañamiento del que hablaba, en el cual la sensibilidad puede ser por un lado expresada y desarrollada a través del medio en el que el niño o el adolescente se sienta cómodo y le ayude: puede ser escribiendo, pintando, o simplemente teniendo sus tiempos para estar a solas. Por otro lado, es igual de importante dar esas herramientas ante el desbordamiento emocional, la sensación de sobrecogimiento ante los acontecimientos del entorno, y enseñarles a expresar de una manera adaptativa cuando se encuentran desbordados, o sobrepasada.

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