Las Primeras Comuniones, en el aire: «La de mi hija se pasa a otoño, pero no sabemos cómo será»
Mientras unas familias desconocen las nuevas fechas, otras negocian ya con restaurantes
El pasado domingo Raquel debía haber hecho su Primera Comunión. La semana antes de que se declarara el estado de alarma habían empezado en su parroquia las primeras confesiones. Todo estaba casi listo: el vestido encargado, el menú elegido e, incluso, los regalos que esperaba con ansia estaban ya envueltos. Pero el decreto vino a cambiarlo todo y, de momento, solo sabe que quizá en otoño pueda celebrarla.
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Óscar , que tiene una hija que hacía su comunión en los próximos días, sí que ha recibido un mensaje de su parroquia, informándole de la nueva fecha. Les han adjudicado el próximo 16 de septiembre, y tras llamar al restaurante donde tenían reservada comida para 20 personas, ya tienen comprometida una boda para esa fecha. «El problema ya no es que cambien la comunión, porque con el Covid-19 nos han cambiado a todos toda la vida. La cuestión es que podamos celebrarlo después como mi hija Zoe se merece», lamenta. Desde su familia han escrito a la parroquia para buscar una fecha alternativa, opción que solo se contempla para casos «de fuerza mayor». La incertidumbre se suma a la decepción: «En el caso de que nos permitan cambiarla, además, tampoco podrá celebrarla con su grupo ni con sus amigos, como estaba planeado inicialmente».
Sin fecha prevista
No en todas las diócesis saben las nuevas fechas. Magdalena , catequista en Bailén (Jaén), cuenta la gran desilusión que ha supuesto para sus alumnos el aplazamiento. Desde el Obispado de su provincia solo les han dicho que serán «en otoño» y «si todo va bien», aunque hay familias que han optado por reservar, casi al azar, nuevas fechas en otros restaurantes. «Los más pequeños siguen ilusionados, saben que la Comunión, tarde o temprano, les llegará aunque ahora tengan que aplazarla», cuenta. «Son los padres los que están más preocupados, por tener que buscar una alternativa con el restaurante y porque ya tenían tanto la ropa como los preparativos muy avanzados. Muchos temen un 'gran estirón' estos meses, pero no es lo importante, porque la ropa, al final, se arregla», añade la catequista.
Desde la organización de consumidores Facua advierten del aumento de de consultas relacionadas con las celebraciones. Rubén Sánchez , su portavoz, es claro: «La familia tiene derecho a que le devuelvan el dinero que han adelantado», aunque la empresa puede proponer en 60 días una alternativa como una bonificación o un bono para utilizarlo en otro momento. Ahí, lo que recomienda es valorar «si les merece la pena dejar guardado el dinero para una celebración con una fecha que sea la que satisfaga al consumidor».