«¿Qué opciones tengo de volver a trabajar si los colegios siguen cerrados?» Dudas ante la desescalada

Dejarlos con los abuelos no es una opción ya que siguen siendo factor de riesgo

Efe
Nieves Mira

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Con el inicio de la desescalada anunciada por Pedro Sánchez y sin visos de que se reanuden las clases presenciales, muchos padres temen que las empresas que les han permitido teletrabajar estas últimas semanas los requieran en sus puestos de trabajo. Los que lo tienen más complicado son aquellos que no tienen con quién dejar a sus hijos y los que tienen desaconsejado llevarlos con sus abuelos, grupo de riesgo todavía.

De momento no se sabe si este año se podrán retomar las clases de manera física. Aunque algunas comunidades como Andalucía y Madrid apuntaban a mediados de mayo para recuperarlas, lo cierto es que no hay ninguna referencia a ello en la Orden del Ministerio de Educación publicada el pasado viernes en el BOE con directrices para el final de curso 2019-20 y el inicio del próximo. El texto, eso sí, determina que las clases no se extenderán más allá de junio y que se premiarán las dos primeras evaluaciones.

Para el resto del verano cada comunidad decidirá lo que hacer con los centros, si los mantienen cerrados o si se pueden abrir para implantar programas de refuerzo. De momento, cada región parece tener sus propios planes. Mientras en País Vasco ya se ha anunciado que se mantendrán cerrados, en Cataluña, Castilla y León o Murcia habrá programas de refuerzo, y el resto de regiones esperarán instrucciones del ministerio.

Pocas opciones para los padres

La primera opción y la más asequible sería que las empresas siguieran permitiendo a sus trabajadores que realicen sus funciones desde casa . Muchas se han tenido que adaptar rápidamente a esta nueva forma de trabajar, con sistemas de fichaje remotos, videoconferencias y software para hacer las tareas en línea. Con el anuncio del cierre de los colegios, fueron muchas las entidades que permitieron a sus empleados acogerse a esta modalidad de trabajo, que se amplió después también al resto de la plantilla sin descendencia. Con la vuelta a la normalidad que se pretende conseguir, son bastantes las compañías que permiten, por ejemplo, alternar días de teletrabajo y trabajo en la sede, o que quienes tienen niños menores en casa continúen desde allí sus labores.

La prioridad del teletrabajo en la pandemia del coronavirus y el impulso a la adaptación o reducción de jornada fueron aprobados por el Gobierno en el Real Decreto-ley de 17 de marzo de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19. El pasado 22 de abril, el Consejo de Ministros aprobó prorrogar durante dos meses más el carácter preferente del teletrabajo y prolongó durante un mes el derecho de los empleados con hijos o personas dependientes a su cargo de acomodar la jornada laboral o reducirla si lo necesitan para atender su cuidado.

Pero, ¿qué pasa cuando no hay opción de teletrabajar ? Si el trabajo de los padres solo puede hacer físicamente, si se acaba el periodo de ERTE para muchos y se requiere la vuelta a la sede, una opción a la que acudir antes de pedir una reducción de jornada o de días, sería la de buscar a una persona que se encargue de los niños mientras sus padres trabajan. «Pero claro, ¿cómo te aseguras ahora de que un cuidador que viene de fuera no está contagiado y que no estás metiendo el virus en tu propia casa?», se pregunta una madre de dos hijos trabajadora. Aunque se respeten las medidas de distancia social, el Gobierno aún no ha difundido criterios para este tipo de servicios que deberán empezar a prestarse a domicilio, con las guarderías y colegios cerrados.

Obligados al despido

En el aire quedan los miles de puestos de cuidadores que se encargaban de llevar al colegio, recoger y dejar en casa a los niños cuyos padres trabajaban. María, una madre madrileña con dos hijos, se confiesa «asustada» ante la situación: «Pagaba a una señora para llevar a los niños, cuidarlos cuando estaban malos, a veces durante semanas enteras. Esta semana pediremos un crédito para el despido con indemnización por 5 años trabajados, porque estamos las dos en nuestras respectivas casas». Ahora, ante la posibilidad de volver al trabajo, desecha la idea de llevarlos con su padre, «mayor de 75 y con problemas cardíacos varios, y yo, en la ruina ».

Otra opción, hasta que se vuelva a la normalidad, puede ser acogerse a una excedencia . Lo cierto es que hay padres que en verano la solicitan porque les sale más barato dejar de ir al trabajo que inscribir a sus hijos los dos meses en un campamento urbano. Dentro de esta opción se puede estudiar también la opción de solicitar una reducción de jornada que permita a ambos progenitores repartirse las horas del día en el cuidado de sus hijos y compaginarlas con el trabajo.

Lo menos recomendado sigue siendo llevar a los niños con los abuelos. Aunque lleven cinco semanas confinados, pueden ser portadores del coronavirus sin presentar síntomas, y los más mayores siguen siendo el grupo de mayor riesgo. Lo ideal, si no se puede buscar a alguien que los cuide, sería preguntar a otros familiares más jóvenes antes que a los mayores. Muchos universitarios, por ejemplo, han creado estos días diversas redes de solidaridad y se ofrecen a cuidar de los que más lo necesitan.

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