Familias de acogida
«La peor violencia contra un niño es dejarlo crecer sin sentir cariño»
La presidenta de la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (ASEAF), María Aráuz de Robles, ha animado a las familias a «perder el miedo» y a «abrir la casa a un menor»
La Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (ASEAF) ha destacado que más de 21.000 niños , que viven en centros bajo la tutela de las administraciones, esperan ser acogidos por una familia y recuerdan que « la peor violencia contra un niño es dejarlo crecer sin sentir cariño «.
Durante el encuentro «Los Desayunos Solidarios» de Bankia, la presidenta de ASEAF, María Aráuz de Robles , ha animado a las familias a «perder el miedo» y a «abrir la casa a un menor» , y ha recordado que muchos de los niños tutelados «entran en los centros cuando son pequeñitos y salen cuando tienen 18 años».
En España, hay más de 40.000 niños que no pueden vivir con sus progenitores por muchos motivos -como adicciones o maltrato- y que deber ser tutelados por las comunidades autónomas: más de 21.000 menores en acogimiento residencial y unos 19.500 en familias.
Para la presidenta de ASEAF, los menores viven en centros porque «no hay familias suficientes» y opina que «en entornos familiares el niño se siente acogido, en un centro abandonado».
« La peor violencia que se puede ejercer contra un niño es dejarlo crecer sin sentirse querido «, ha aseverado, quien ha destacado »que cuando se acoge, te das cuenta de que es un bien para todos y descubre la verdadera dimensión de la paternidad«.
«Cualquier niño necesita un adulto que esté loco por él», ha añadido.
Durante el encuentro solidario, el guionista y director de cine Raúl Serrano , que vivió 14 años en un centro tutelado, ha reconocido que es «muy duro crecer en un centro solo sin nadie te diga buenas noches, ni te preguntan si estás bien».
«Creces desvinculado y con sensación de abandono», ha señalado Serrano, quien reflejó la vida de esos niños en el documental « Así crecen los enanos «.
«En ese proyecto quiero mostrar una realidad, tengo la espina clavada, y darles voz a esos niños que no pertenecen a ningún lugar y que son muchas veces abandonados de formas distintas, que padecen además de graves carencias curriculares, también afectivas y problemas de autoestima», ha concluido.
Noticias relacionadas
- Piden dotar de mayores recursos al acogimiento familiar en lugar de favorecer residencial
- «La sangre hace parientes, pero el amor hace familias. Eso es ser padres de acogida»
- Cumplir 18 años: la eterna condena de los niños tutelados
- Julia, madre de acogida: «Es un proyecto enriquecedor que te cambia la vida»