Nacidos durante la pandemia: madre y bebé deben permanecer juntos en todo momento
La experiencia del parto sigue siendo la misma que antes del coronavirus gracias a las pruebas serológicas y a los circuitos asistenciales separados y seguros
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Los servicios de Ginecología fueron de los primeros en reaccionar al comenzar la pandemia puesto que el recuerdo de la incidencia de virus anteriores, como el SARS o el MERS, que sí afectaban mucho a las embarazadas, les hizo ponerse en guardia de inmediato. Por eso, aunque las mujeres embarazadas no eran población de riesgo respecto a la COVID-19, los ginecólogos reaccionaron desde el primer momento creando circuitos seguros de parto .
«Nuestra obsesión era que la madre nunca estuviera separada de su bebé, a pesar de que en los primeros días de la pandemia hubo por desgracia algún caso que no fue así, debido a los primeros protocolos sanitarios vigentes en aquel momento», recuerda Yoana Chiverto, ginecóloga del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. «Pero enseguida decidimos cambiar esos protocolos para que, salvo por razones médicas de gravedad del estado de salud materno o neonatal, madre y bebé nunca estuviesen separados, independientemente de si eran COVID positivas o negativas». En un momento crítico, en el que la separación física era una cuestión de casi vida o muerte, el Hospital La Moraleja mantuvo su máxima irrenunciable de preservar la compañía de la futura mamá, tanto de su bebé como del acompañante que eligiera.
Desde el inicio de la pandemia, el Hospital La Moraleja ha atendido 1.378 partos seguros, incluyendo los derivados desde el Hospital La Zarzuela, en el que los circuitos de maternidad se reconvirtieron en lugares de atención a pacientes COVID-19. De estos casi 1.400 partos, sólo en un minúsculo porcentaje se separó a madre y recién nacido, siguiendo las instrucciones recibidas para la atención al parto por parte de las autoridades sanitarias. Fueron los partos sucedidos en los primeros días de la pandemia .
Lo que la pandemia se llevó (y lo que no)
Desde entonces, los protocolos de seguridad han demostrado su eficacia y se han enriquecido: «Sin duda. Hemos incorporado todo lo que añadía protección a nuestras pacientes, pero hemos prescindido de hábitos que podían entrañar riesgos, como por ejemplo, las visitas al Hospital: han estado prohibidas desde el primer momento y seguirán así durante mucho tiempo, ya sean padres, hermanos o quien sea. Con el tiempo, hemos aprendido que esta es la clave donde no podemos bajar la guardia: los no convivientes . Si permitiéramos el contacto aquí, el riesgo de infección subiría. Esta es la misma razón que permite la gestión del acompañante, que suele ser una persona que convive con la mamá: no hay justificación sanitaria que explique la separación de una pareja que viven juntos , ni en el ingreso, ni en la dilatación ni en el parto», ha explicado la Dra. Chiverto.
El conocimiento preciso del estado serológico de las futuras mamás está siendo fundamental para lograr un parto seguro : «Hacemos una prueba PCR justo antes del ingreso, para partos programados o cesáreas, ya sean pacientes que acuden por primera vez al hospital o las que llevan en el Servicio todo su embarazo. Si se acude por Urgencias, la PCR se hace en el momento», detalla la dra. Chiverto.
En función del resultado de la prueba, la embarazada tiene tres opciones de circuito asistencial: uno limpio, para negativos; otro específico, para positivos, y un tercero, para indeterminados porque todavía se desconoce el resultado. Los tres ámbitos son completamente seguros, la práctica médica es la misma en todos y en los tres, mamá, bebé y acompañante permanecen juntos. « Salvo por motivos médicos, nunca separamos a la madre y a su acompañante del bebé . Incluso en el puerperio inmediato, las horas inmediatas después del parto, siguen en el paritorio, antes de pasar a la planta. Pero juntos en todo momento ».
La seguridad también preside la dinámica de las estancias hospitalarias, para aquellas mamás que precisan atención tras cesárea. Pero el Hospital La Moraleja dispone de un alta precoz también en este caso, para pacientes que se recuperen bien y que sus circunstancias personales y familiares les permitan volver a casa en menos de 48 horas, en condiciones óptimas. En cualquier caso, esta opción es voluntaria para las personas que quieran regresar a su domicilio lo antes posible. Las demás serán atendidas como siempre en el Hospital, bajo las ya mencionadas medidas de seguridad.
Digitalización para estar más cerca
Respecto al seguimiento de las embarazadas , las consultas digitales son una opción que ha crecido notablemente durante la pandemia, aunque no sustituyen a los controles presenciales necesarios para el correcto seguimiento de la gestación: «Son un valor añadido complementario que permite a las pacientes ver o pedir resultados de pruebas, realizar consultas, solicitar informes, pautar medicación o resolver dudas con su ginecólogo, evitando desplazamientos o tener que acudir a un hospital, y que además les permite realizarlas desde cualquier lugar donde se encuentren, no necesariamente desde su lugar de residencia».
Esto supone una mayor rapidez en el contacto con su médico y una mejora en su seguimiento. Durante los picos de la pandemia, cuando la situación hospitalaria estuvo peor, incluso posibilitó concentrar las visitas de seguimiento presenciales en aquellas imprescindibles y realizar el resto de los controles de manera virtual. Igualmente, pacientes que se encontraban en cuarentena o aislamiento pudieron consultar con su médico sin acudir al centro.
La pandemia también provocó un cambio en los tradicionales cursos de preparación al parto . En el caso de Sanitas, también se digitalizó. «Son charlas dirigidas por las matronas en las que solventan todas las dudas de las madres . Se trata de 8 sesiones de las cuales 4 las da la matrona, 3 el servicio de fisioterapia y una los compañeros del Servicio de Psicología. Engloba la atención al embarazo, parto, postparto, lactancia, cuidados del recién nacido, suelo pélvico y esfera emocional de la gestación. En este caso, la digitalización también nos ha permitido estar más cerca de las mujeres embarazadas, ya que hacerlo de modo presencial estaba totalmente contraindicado», ha explicado Chiverto.
Transcurrido un año largo de pandemia, ahora es más fácil convencer y tranquilizar a las mamás: « Estamos mucho mejor que al principio, sabemos más de la COVID-19, y los protocolos que usamos son mejores . La experiencia del parto es la misma, con los mismos controles de embarazo y consultas previas y siempre con la posibilidad de la videconsulta para evitar desplazamientos innecesarios», concluye la ginecóloga.
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