La mediación familiar tras una ruptura conflictiva con hijos llega a la Iglesia
El servicio ofrece herramientas de búsqueda de soluciones y acuerdos
La mediación familiar, como búsqueda de soluciones y acuerdos entre partes que están enfrentadas en los niveles más extremos, llega ahora al ámbito eclesiástico. El objetivo de este nuevo Servicio de Acompañamiento y Mediación Intrajudicial Canónico (SAMIC) del Tribunal Eclesiástico Metropolitano de Valencia es atender a las familias desde antes de iniciar el proceso matrimonial canónico y durante el mismo, pero sobre todo, «a parejas ya rotas que presentan una alta conflictividad en sus relaciones como ex pareja o con los hijos habidos durante el matrimonio», especifica Jorge García Montagud, vicario judicial y director del SAMIC . «No dejamos a los padres y especialmente a los menores sin acompañamiento y ayuda en ningún momento, sino que los atendemos incluso después de haber terminado los servicios del Tribunal y de haberse declarado la nulidad».
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Lo habitual es que hasta sus puertas, añade García Montagud, « lleguen familias con problemas graves y cuestiones urgentes, a las que se atiende enseguida , y se les ofrece un servicio de varios profesionales altamente especializados que van desde la figura del mediador, hasta la del psicólogo o el abogado». Es un cuidado, aclara este vicario judicial, «diríamos que transversal y longitudinal, hasta que la persona lo necesite. Es decir, que no estamos marcando tampoco una fecha de caducidad, no les estamos diciendo que van a ser atendidos en tres sesiones, ni en uno o cuatro meses, sino que realmente esto depende de la necesidad de cada persona. Esto también es algo novedoso: atender a las personas de forma indefinida, hasta que lo necesiten».
Gran aceptación
Lo que más se valora de este servicio, pionero en la Iglesia, señala García Montagud, «es la celeridad en la atención y la rapidez con la que se acoge la petición de ayuda del usuario y su familia cuando ahora mismo, en otros contextos, hay largas listas de espera para atender situaciones como estas, que necesitan urgentemente de intervención». El SAMIC, asegura, «está comprometido en ofrecer esta ayyuda en un periodo brevísimo de tiempo. La Iglesia está ahí cuando se la necesita, que es en este momento dramático en muchas ocasiones en la vida de las familias rotas».
Se trata de una iniciativa, concluye Lourdes Ruano, catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad pública de Salamanca y presdienta de la Asociación Española de Canonistas, «digna de ser exportada e implementada en las distintas diócesis españolas, bien en el ámbito judicial –en el Tribunal Eclesiástico–, o como servicio a prestar desde la pastoral familiar».