Tu hijo adolescente no te ignora porque quiere: su cerebro es el verdadero culpable
Una investigación de la Universidad de Stanford explica que se trata de la «señal biológica con la que los menores empiezan a independizarse de sus progenitores», siendo un síntoma de «maduración saludable»
«Nos quejamos de los adolescentes cuando viven en casa como si fuera un hotel, pero los padres tenemos mucha responsabilidad»
La adolescencia es una etapa tan apasionante como caótica. Que los adolescentes contesten a sus padres u odien que les pongan límites forma parte de su neurodesarrollo, lo cuál no impide que los progenitores velen por su educación y sean los responsables de hacerles saber que en casa no pueden vivir como si fuera un hotel .
«Es un equilibrio dificilísimo», reconoce David Bueno , doctor en Biología y autor de 'El cerebro del adolescente'. En definitiva, la ciencia tampoco se lo pone fácil a esos padres y madres que se preguntan de manera constante cuándo acaba dicha estapa.
Ahora se ha desvelado, según una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad de Stanford y publicada recientemente en la revista ' JNeurosci ', que l os adolescentes que ignoran a sus madres no lo hacen a propósito . «En torno a los 13 años, los cerebros de los jóvenes dejan de centrarse en las voces de sus madres para dar paso a voces nuevas. Se trata de la señal biológica con la que los menores empiezan a independizarse de sus progenitores», señala el estudio.
Por tanto, no te lo tomes como algo personal cuando tus hijos te ignoren cuando les digas «ponte con los deberes» o «recoge tu habitación» porque « sus cerebros no están registrando tu voz como lo hacían en la preadolescencia ». Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el funcionamiento cerebral de los jóvenes.
Síntoma de maduración
«Al igual que un bebé sabe sintonizar con la voz de su madre, un adolescente sabe sintonizar con voces novedosas», señala el autor principal del estudio, Daniel Abrams, profesor clínico asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento. «Como adolescente, no sabes que estás haciendo esto -continua-. Simplemente eres tú: tienes amigos y nuevos compañeros y quieres pasar tiempo con ellos. Tu mente es cada vez más sensible y se siente atraída por estas voces desconocidas».
Se trata de una señal más que tiene que ver con ese interés de los adolescentes por el entorno social , lo que indica una «maduración saludable», según los expertos.
«Un niño se independiza en algún momento de sus padres y eso tiene que ser precipitado por una señal biológica subyacente», explica el autor principal del estudio, el doctor Vinod Menon, catedrático y profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento. «Eso es lo que hemos descubierto: se trata de una señal que ayuda a los adolescentes a relacionarse con el mundo y a formar conexiones que les permiten ser socialmente hábiles fuera de sus familias ».
«Las voces de nuestro entorno son una fuente de sonido muy gratificante que nos permite sentirnos conectados, incluidos, como parte de una comunidad y de una familia», recuerda Abrams.
No hay que olvidar que las interacciones sociales de los niños sufren una gran transformación durante la adolescencia, dejando atrás esa etapa en la que los menores experimentaban una mayor actividad cerebral al escuchar la voz de su madres. «Nuestros hallazgos demuestran que este proceso tiene que ver con los cambios neurobiológicos», apunta Menon. «Cuando los adolescentes parecen rebelarse al no escuchar a sus padres, es porque están programados para prestar más atención a las voces de fuera de su casa», cocnluye.
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