Formar una familia en los próximos 5 años solo es prioritario para un 26%
El 83 por ciento creen que es hoy más difícil tener hijos que en generaciones anteriores
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Prosperar en su vida profesional, viajar y conocer diferentes culturas, ampliar sus estudios... y, en última instancia, formar una familia. Ese es el orden de prioridades para los próximos cinco años del 87 por ciento de la población menor de 45 años, tal y como indica el VIII Barómetro de la Familia presentado ayer por The Family Watch . El estudio, realizado a partir de 601 encuestas telefónicas a personas con y sin hijos en todo el territorio nacional durante las fechas navideñas, fue presentado ayer por la directora general de esta institución, María José Olesti; la responsable del área de investigación de GAD3, Sara Morais, y el secretario general de la Fundación Madrid Vivo, Carlos de la Mata, entidad que patrocina el estudio.
Replicar el modelo paternal
El informe ha querido saber cuáles son los planes familiares de este sector de población y concluye que el 60 por ciento de las personas encuestadas sin descendencia reconoce que desean tener hijos, aunque es cierto que lo ven como una meta más a largo plazo. Es decir, aclara la responsable del área de investigación de GAD3, «el deseo existe, pero hay algunos aspectos que este grupo de edad considera determinantes a la hora de tomar la decisión de formar una familia y que hacen que retrasen cada vez más su decisión, y que se resumen en uno: estabilidad, tanto laboral, como profesional».
Así, para el 87 por ciento de los encuestados menores de 45 años resulta prioritario prosperar en el trabajo, por encima de formar una familia, que solo lo es para el 26 por ciento, aunque esté en el horizonte de un 48 por ciento. Lo que ocurre, ratifica el profesor de Sociología de la Universidad de Málaga y exdirector del Departamento de Investigación del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) , Luis Ayuso, es que «en España está perdiendo prestigio el hecho de ser padre, porque no solo está disminuyendo el número de hijos, sino también el deseo de tenerlos».
#conciliación y deseo de tener hijos. El 86% considera que el apoyo ee su cónyuge es básico para tener hijos. Le sigue disponer de recursos económicos, estabilidad laboral y tener tiempo disponible. #barómetroTFW2019 pic.twitter.com/Zll7lM0O3J
— Familia sostenible (@TheFamilyWatch) 8 de enero de 2019
El tema laboral también está para Ayuso entre los principales motivos para que esto suceda. En concreto, él destaca un proceso de inserción en el mundo laboral más tardío, difícil, y con sueldos más precarios. «Cada vez son más aquellos que no están dispuestos a renunciar a un puesto de trabajo que les ha costado mucho esfuerzo y tiempo conseguir simplemente por tener un hijo», explica. El modelo de «súper mamá que pasa tres horas en la cocina para que toda la familia vaya a comer a casa está en declive absoluto por la incorporación masiva de esta al mercado de trabajo», recuerda este sociólogo, que recientemente ha publicado «Nuevas imágenes del cambio familiar en España».
No solo eso. Tal y como recoge este VIII Barómetro de la Familia , un 86 por ciento de los encuestados tiene como requisito imprescindible a la hora de tener un hijo la necesidad de que exista apoyo de una pareja. Casi al mismo nivel estarían el disponer de recursos económicos (con un 79 por ciento), y tener tiempo (un 77 por ciento). En este sentido, tal y como indica el informe, la conciliación se convierte en una de las cuestiones fundamentales para plantearse tener descendencia, y un 35 por ciento de los entrevistados reconoce que no le resulta fácil conciliar su trabajo con la vida personal y familiar. «Curiosamente, los que no tienen hijos lo ven más difícil que los que ya tienen niños, que son más positivos al respecto», resalta Morais.
Esa sensación de falta de conciliación se extiende, además, a todas las edades, puesto que un 23,1 por ciento reconoce que no tiene tiempo a diario para cuidar de sus hijos, nietos, o personas mayores o dependientes a su cargo. Así, tal y como recoge este estudio, el 83 por ciento considera que en la actualidad es más difícil formar una familia que en generaciones anteriores. «Es llamativo que en los menores de 45 años, donde se concentra la población en edad fértil, el 90 por ciento crea que hoy es más difícil tener hijos. Son conscientes de que las circunstancias laborales y económicas han cambiado y, en la mayoría de los casos, desean replicar el modelo que han vivido en su casa y que tienen como referencia, cosa que no es factible», ha reconocido Morais.
Un país envejecido
La demografía es pues, el centro del estudio de este barómetro, que explica en parte las razones que están llevando a nuestro país a unas preocupantes cifras de natalidad. «Seguro que influyen muchas variables a la hora de ser padres, pero entre unos motivos y otros, el dato que nos debería llevar a todos a la reflexión es que cada vez se retrasa más el momento del embarazo, siendo la edad media de la primera gestación los 32 años, y dando lugar al problema de natalidad de primer nivel que tiene nuestro país», determina Olesti. «El envejecimiento de la población es uno de los principales problemas de la sociedad española», corrobora Morais.
A esto se añade el grupo de los que no quieren tener hijos o no desean más de los que tienen, por distintas causas. Un 69,3 por ciento explica que el motivo es que es «demasiado mayor», un 58,2 por ciento asegura que ya tiene todos los que quiere, un 12 por ciento lo achaca a la falta de ingresos, un 8,1 por ciento argumenta que es por falta de tiempo, y un 3 por ciento dice ser demasiado joven.
Posible solución
A la vista de todos estos datos, concluye la directora de The Family Watch, «pensamos que se necesita un mayor reconocimiento social, laboral y político del valor de la maternidad, y poner en marcha políticas para su fomento». Para Ayuso la solución radicaría en apostar por «un gran pacto por las familias», y que el Estado empiece a considerar el hecho de tener hijos como un problema social, y no como algo privado», ha indicado a Efe. «Estamos hablando de cultura de país, por eso hay que trabajar a nivel económico y demográfico para el desarrollo de políticas familiares», aunque lo más importante es, a su juicio, entender «el papel de la familia en nuestro país, sus demandas y la fórmula para mejorar su situación».
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